La hija del faraón - 1 Reyes 9:24-28

1 Kings 9:24‑28
 
En 1 Reyes 9:24 la hija de Faraón sube de la ciudad de David a su casa que Salomón había construido para ella (cf. 1 Reyes 7:8). De acuerdo con esta casa, el rey construyó Millo, la ciudadela que en adelante formaba parte de Jerusalén (2 Sam. 5:9; 19So David dwelt in the fort, and called it the city of David. And David built round about from Millo and inward. (2 Samuel 5:9)
9He said unto me again, Stand, I pray thee, upon me, and slay me: for anguish is come upon me, because my life is yet whole in me. (2 Samuel 1:9)
Reyes 11:27; 2 Reyes 12:20; 1 Crón. 11:8; 2 Crón. 32:5).
2 Crónicas (2 Crón. 8:11) nos informa de la razón de este cambio de residencia. Salomón dijo: “Mi esposa no morará en la casa de David, rey de Israel, porque los lugares son santos, a donde ha venido el arca del Señor”. El arca había sido colocada primero en la ciudad de David (2 Sam. 6:1212And it was told king David, saying, The Lord hath blessed the house of Obed-edom, and all that pertaineth unto him, because of the ark of God. So David went and brought up the ark of God from the house of Obed-edom into the city of David with gladness. (2 Samuel 6:12)) y, como nos dice el pasaje en 2 Crónicas, en la misma casa del rey. Salomón lo había llevado de la ciudad de David, o Sión, al templo. Pero la esposa gentil no podía morar en el lugar santificado por la presencia del Dios del pacto, Jehová. Sin duda, ella podría tener su propia gran parte en los beneficios del pacto, incluso para estar asociada con aquel que era su representante en la tierra; Sin embargo, se debe mantener una distancia. El pacto hecho con Israel no le concierne directamente. En el Milenio habrá una diferencia entre Israel y las naciones. Estos últimos no recibirán su bendición sino por medio del pueblo de Dios. El pacto no será contraído con ellos.
Tres veces al año, Salomón sacrificaba sobre el altar de bronce (1 Reyes 9:25) construido para el templo por el ministerio de Hiram (2 Crón. 4:1)—la única mención de ello en 1 Reyes, y una mención incidental en eso. Además, quemó incienso en el altar dorado. Como hemos visto en 1 Reyes 8, en ciertas ocasiones ocupó el oficio de sacerdote, de Melquisedec y de intercesor. ¿No nos habla esto de Cristo? Toda dignidad está concentrada en Su persona, y Él las ha adquirido todas en virtud de Su muerte, sin la cual Él no podría asumir ni uno solo de estos oficios. El Capitán de nuestra salvación fue perfeccionado a través de los sufrimientos.
En 1 Reyes 9:26-28 encontramos de nuevo la relación de Salomón con Hiram en vista de la gloria y los asuntos externos del reino. El oro fluye hacia Jerusalén. Hiram es el amigo gentil, siempre dispuesto a servir a la grandeza del rey que está sentado en el trono de Jehová, y su buena voluntad para la casa del Señor también se extiende a la riqueza y prosperidad del reino.