Misterios

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Un “misterio” en la Escritura no es algo misterioso y enigmático, sino un secreto revelado, el cual, antes de ser revelado, era desconocido por los hombres (Deuteronomio 29:29). W. Kelly dijo: “‘El misterio de Su voluntad’ [Efesios 1:9] no significa que sea algo que uno no pueda entender, sino algo que uno no podría conocer antes de que Dios se lo dijese... La palabra ‘misterio’ significa lo que Dios se complació en mantener en secreto—algo que no había revelado antes—pero que es bastante inteligible cuando es revelado. ‘Misterio’ en el sentido popular, es totalmente diferente de su uso en la Palabra de Dios” (Lectures on the Epistle to the Ephesians, p. 25).
Los “misterios de Dios” (1 Corintios 4:1, 13:2, 14:2) son ciertas líneas de verdad que Dios no había dado a conocer a los hombres sino hasta la venida del Señor Jesucristo y el enviar del Espíritu Santo (Romanos 16:25; Efesios 3:5; Colosenses 1:26). Esencialmente, estos misterios constituyen la revelación cristiana de la verdad. Los apóstoles eran los “ministros” de estos misterios y así fueron los encargados de darlos a conocer a la Iglesia (1 Corintios 4:1). W. Kelly dijo: “Los ‘ministros ... de los misterios de Dios’ son los que han sido llamados y son responsables de dar a conocer las verdades especiales del cristianismo” (An Exposition of Timothy, p. 63).
Como creyentes en el Señor Jesucristo, los cristianos en general tienen el privilegio de haber sido instruidos en estos secretos del corazón de Dios (Juan 15:15; Romanos 16:25-26; Efesios 1:8-9; Colosenses 2:2-3). Puesto que estas verdades han sido reveladas abiertamente en los escritos inspirados de los apóstoles, ahora son la propiedad común de todos los creyentes. Por lo tanto, no hay una casta especial de cristianos con mayores privilegios que los demás creyentes en cuanto al conocimiento de estas cosas. Estas verdades preciosas son para toda la Iglesia de Dios. La revelación cristiana de la verdad no fue entregada a los apóstoles, sino, por los apóstoles “á los santos.” Así, los santos son los guardianes de la verdad y deben “contender eficazmente” por ella conociéndola y caminando en ella y divulgándola (Judas 3).
Hay una serie de referencias a estos “misterios” en el Nuevo Testamento. La palabra en el texto griego (musterion) aparece unas 27 o 28 veces, y ha llevado a maestros bíblicos a categorizarlos. Algunos dicen que existen siete misterios, otros dicen que hay diez y otros doce, catorce, diecisiete, etcétera. La diferencia de opinión en cuanto al número de ellos proviene de no tener en cuenta que algunas de las referencias hablan del mismo misterio, pero con expresiones ligeramente diferentes. La mayoría establece que son diez. Estos son:
1) Los Misterios del Reino
(Mateo 13:11; Marcos 4:11; Lucas 8:10). El Señor les indicó a Sus discípulos que existen varios “misterios” (plural) en conexión con el reino. Él estaba aludiendo a un subconjunto de diez similitudes descritas en el Evangelio de Mateo, que son un tipo especial de parábola que comienza con la frase: “El reino de los cielos es semejante a. ... ” (Mateo 13:24, 13:31, 13:33, 13:44, 13:45, 13:47, 18:23, 20:1, 22:1, 25:1). Estas similitudes describen la forma inusual que el reino tomaría en este tiempo cuando el Rey es rechazado y está visiblemente ausente de este mundo. Estas parábolas sirven para un doble propósito: Dan una comprensión de estas cosas en relación con el reino para aquellos que recibieron al Señor, pero también esconden la verdad de aquellos que no creen en Él (Mateo 13:10-17).
Estas diez similitudes indican que el reino en el día de hoy sería sin un Rey visible, sin un centro administrativo terrenal, sin fronteras nacionales, y que la mayoría de sus súbditos (que meramente profesan ser creyentes) no considerarían la autoridad del Rey, y vivirían como si Él no existiese. Además de eso, estas similitudes indican que este extraño conjunto de circunstancias y la mezcla de creyentes verdaderos y meramente profesantes continuaría existiendo en el reino hasta que el Señor aparezca. Estos “misterios del reino” presentan la verdad que era desconocida en tiempos del Antiguo Testamento, pero que ahora es revelada a todos los que creen. (Véase EL REINO DE LOS CIELOS en la sección titulada Reino, El).
2) El Misterio de la Voluntad de Dios Acerca de Cristo y de la Iglesia
(Romanos 16:25; Efesios 1:9-10, 3:3-4, 3:9, 5:25-32, 6:19; Colosenses 1:26, 1:27, 2:2-3, 4:3). Este misterio es dicho ser “grande” porque es la joya de todos los misterios y es algo que está cerca del corazón de Dios (Efesios 5:32). Este revela la verdad de Cristo y de la Iglesia, y presenta el gran propósito de Dios de mostrar la gloria de esta relación ante el mundo en el día venidero.
La verdad revelada en este misterio ha sido “escondida” en el corazón de Dios desde los siglos (Efesios 3:9). El secreto que ahora ha sido dado a conocer es que Dios exhibirá la gloria de Cristo ante el mundo por medio de un vaso especialmente formado—la Iglesia, que es Su cuerpo y novia (Efesios 1:22-23, 5:25-32; Apocalipsis 21:9-22:5). Esta exhibición estará en dos esferas (en el cielo y en la tierra) y acontecerá en “la dispensación del cumplimiento de los tiempos,” que es el Milenio. (“El Cristo”—Efesios 1:10—traducción J. N. Darby) se refiere a la unión mística de Cristo y la Iglesia.) W. Kelly dijo: “Hay dos grandes partes en este misterio que estaba escondido pero que ahora es manifiesto. La primera es que Cristo debe ser establecido en el cielo por encima de todos los principados y potestades, y que el universo entero debe ser entregado a Él como Cabeza de la herencia en base a la redención—Él mismo siendo exaltado como Cabeza sobre todas las cosas tanto celestiales como terrenales, y la Iglesia unida a Él como Su cuerpo—siendo dado de esa manera como Cabeza de la Iglesia sobre todas las cosas. Luego, el otro lado del misterio es Cristo en los santos aquí abajo... En Efesios, el apóstol enfatiza más sobre el primero de estos aspectos, y en Colosenses sobre el segundo” (Lectures on Colossians, p. 107).
3) El Misterio de la Fe
(1 Timoteo 3:9). Esto se refiere a la revelación especial de la verdad que fue manifestada por la venida del Espíritu Santo. Esto implica las bendiciones específicas del creyente en conexión con la doctrina de Pablo y las instrucciones de conducta de los cristianos de acuerdo con la presente dispensación (1 Timoteo 1:4 – traducción J. N. Darby). Todo esto era desconocido en tiempos del Antiguo Testamento.
4) El Misterio de la Piedad
(1 Timoteo 3:16). Esto se refiere al secreto de la vida piadosa. Pablo dijo a Timoteo que si él quería saber “cómo te conviene conversar en la casa de Dios” (1 Timoteo 3:15), todo lo que necesitaba hacer era mirar al Señor Jesús y Su camino perfecto en este mundo. Así, el secreto de ser piadoso es conocer los caminos y maneras de Cristo e imitarlos. Esto no podría haber sido algo que los santos del Antiguo Testamento conocieran porque Cristo todavía no había venido para darnos el patrón perfecto de la piedad. W. Kelly dijo: “El secreto (ahora revelado) de la piedad es la verdad de Cristo. Él es la fuente, el poder y el patrón de lo que, de una manera práctica, es aceptable a Dios—Su Persona, como ahora es dada a conocer” (An Exposition of Timothy, p. 72). La meditación en Él y Su caminar nos lleva a imitar Su vida, y así caminamos en verdadera piedad en este mundo.
5) El Misterio de la Glorificación de los Santos
(1 Corintios 15:51-57; 1 Tesalonicenses 4:15-18). Esto se refiere a la revelación de la verdad sobre “la vida y la inmortalidad [incorruptibilidad]” que es traída a la luz por medio del evangelio (2 Timoteo 1:10). La resurrección misma no era un secreto. Los santos del Antiguo Testamento sabían que Dios resucitaría a los muertos, y ellos esperaban el momento en que eso iba a acontecer (Job 14:10-1410But man dieth, and wasteth away: yea, man giveth up the ghost, and where is he? 11As the waters fail from the sea, and the flood decayeth and drieth up: 12So man lieth down, and riseth not: till the heavens be no more, they shall not awake, nor be raised out of their sleep. 13O that thou wouldest hide me in the grave, that thou wouldest keep me secret, until thy wrath be past, that thou wouldest appoint me a set time, and remember me! 14If a man die, shall he live again? all the days of my appointed time will I wait, till my change come. (Job 14:10‑14); Salmo 16:10-11; Salmo 17:15). De hecho, era una parte de la fe judía ortodoxa (Juan 11:24; Hechos 23:8, 26:8; Hebreos 6:2). Era la manera en la cual ellos iban a ser resucitados, y la condición a la que ellos serían transformados, que ellos no sabían. Tampoco sabían ellos cuando era que esto ocurriría. Ellos simplemente creían que de alguna forma esto sería realizado “en el día postrero” (Juan 11:24).
Estas cosas fueron traídas a la luz por el evangelio y son un secreto revelado en el Nuevo Testamento. Ahora sabemos que los Santos que “durmieron en Jesús” (1 Tesalonicenses 4:14), serán resucitados “sin corrupción”—una condición glorificada—en el momento del Arrebatamiento (1 Corintios 15:51-56; Filipenses 3:21; 1 Tesalonicenses 4:15-18). También sabemos que, en el mismo momento, los santos vivos también experimentarán un cambio milagroso de glorificación y serán “vestidos de inmortalidad” (Romanos 8:11; 1 Corintios 15:53; 2 Corintios 5:4). El resultado será que los santos traerán “la imagen del celestial:” Cristo (1 Corintios 15:49). Serán como Él moralmente (1 Juan 3:2) y como Él físicamente (Filipenses 3:21). Esto no era conocido en tiempos del Antiguo Testamento.
6) El Misterio de las Siete Estrellas y de los Siete Candeleros
(Apocalipsis 1:12, 1:20). Esto se refiere a la responsabilidad que tienen los ancianos/sobreveedores (en las asambleas locales donde residen) para dirigir la asamblea en la doctrina y en la práctica de acuerdo con la mente del Señor. En la interpretación de lo que Juan había visto en la primera visión del libro (Apocalipsis 1:12-16), el Señor explicó que “los siete candeleros de oro” son las asambleas locales situadas en la tierra como un testimonio público para Él como portadoras de la luz en las comunidades donde están localizadas. Él también dijo que las siete “estrellas” son los “ángeles” de esas asambleas, y que éstos estaban en Su “diestra” (Apocalipsis 1:20; 2:1). Como “estrellas,” los ancianos en estas asambleas debían proporcionar luz, sabiduría y orientación para las distintas situaciones que las asambleas enfrentarían. Siendo también llamados “ángeles” indica que estos líderes espirituales debían actuar como mensajeros del Señor, asegurándose de que las cosas fuesen hechas correctamente. El hecho de que estaban en Su “diestra” indica que ellos deberían actuar como Sus representantes y, por lo tanto, eran directamente responsables ante Él. Esto, tampoco era conocido en tiempos del Antiguo Testamento, porque esta función sólo pertenece a la Iglesia y su testimonio en la tierra, y la verdad de la Iglesia en aquellos días no había sido revelada.
7) El Misterio del Olivo
(Romanos 11:25). Este misterio tiene que ver con la verdad dispensacional. La verdad dispensacional es la enseñanza bíblica que distingue las varias dispensaciones (administraciones) que la casa de Dios ha tenido, o tendrá, a través de los tiempos. (Ver Dispensaciones). La verdad dispensacional en conexión con el olivo se refiere a la suspensión en la dispensación de la Ley en la cual Dios ha tratado con Israel. Esta fue instituida debido al rechazo de Cristo por los judíos. Durante esta suspensión, Dios alcanzó a los gentiles y los trajo a una posición de favor. Esto es indicado en Romanos 11:17, donde el apóstol Pablo afirma que las ramas naturales del olivo han sido “quebradas” y las ramas de un “acebuche” (olivo silvestre) han sido injertadas en el árbol. Esto no significa que el mundo de los gentiles haya sido salvo por el evangelio, sino que la oportunidad y la gracia fueron extendidas a ellos.
El pasaje menciona que la masa de los gentiles, que exteriormente (profesamente) recibirá este privilegio, resultará ser incrédula, y ellos también, como ramas, serían “cortados,” y Dios tomaría las ramas naturales y las injertaría de nuevo (Romanos 11:18-24). Pablo añade que este nuevo injerto no ocurriría “hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles” (Romanos 11:25). Esto se refiere al número total de creyentes entre los gentiles que han sido “ordenados para vida eterna” (Hechos 13:48), creyendo el evangelio y siendo salvos. Una vez que esto haya acontecido, Pablo dice que Dios volverá Su atención a Israel y salvará a la nación (Romanos 11:26-29). Una vez más, este alcance a los gentiles no se encuentra en el Antiguo Testamento, y, por lo tanto, los santos del Antiguo Testamento no sabían nada sobre esto (Deuteronomio 29:29).
8) El Misterio de Iniquidad [Desenfreno]
(2 Tesalonicenses 2:7). Este “misterio” tiene que ver con el espíritu de desobediencia que se mueve en la profesión cristiana y en el mundo generalmente. Se refiere a la actividad de la mente humana en oposición a la voluntad de Dios en todas las cosas, tanto divinas como seculares, a través de la influencia del diablo. La actividad oculta de la iniquidad es algo que ya estaba ocurriendo en el día de los apóstoles, y seguirá creciendo hasta ser plenamente exhibido en la apostasía del “hombre de pecado” (el Anticristo).
No es que Dios no haya puesto una restricción a la actividad de la iniquidad. El apóstol Pablo menciona que Dios tiene dos detenedores de esa actividad, que Él mismo ha establecido en la tierra para restringir el progreso de la iniquidad. Pablo los define como:
•  “Lo que impide” (2 Tesalonicenses 2:6).
•  “El que ahora impide” (2 Tesalonicenses 2:7).
“Lo que impide” se refiere al principio de ley y orden en el gobierno humano que Dios colocó en la mano del hombre para que lo ejercieran después del diluvio (Génesis 9:5-6; Eclesiastés 5:8; Romanos 13:1-7). J. N. Darby dijo: ‘Lo que impide,’ por lo tanto, es el poder de Dios actuando en el gobierno aquí abajo, como autorizado por Él. Aún el abuso más grosero de poder posee este último carácter. Cristo pudo decir a Pilato, ‘Ninguna potestad tendrías contra mí, si no te fuese dado de arriba.’ A pesar de lo perverso que él pudiera ser, su poder era ejercitado como viniendo de Dios” (Synopsis of the Books of the Bible, en 2 Tesalonicenses 2). El Sr. Darby también dijo: ‘Lo que impide,’ en el griego, significa que es una cosa. ¿Qué es esa cosa? Dios no ha especificado lo que es, y esto es, sin duda, porque lo que detenía entonces no es lo que detiene ahora. En aquel entonces, en cierto sentido, era el Imperio Romano, como pensaban los padres; que veían en el poder del Imperio Romano un impedimento a la manifestación del hombre de pecado, y, por tanto, oraban por la prosperidad de ese imperio. En la actualidad, el impedimento es la existencia de los gobiernos establecidos por Dios en el mundo” (Collected Writings, vol. 27, p. 302-303).
El segundo Detenedor que Pablo menciona es “El que ahora impide” (2 Tesalonicenses 2:7). Esto se refiere a una Persona divina—el Espíritu Santo que reside en la tierra en la Iglesia—actuando para restringir el mal en varias esferas. El apóstol Pablo dice que el Espíritu restringirá “hasta que sea quitado de en medio.” Así, habrá un tiempo en que el Espíritu Santo no residirá más en la tierra. Puesto que el Espíritu morará en la iglesia “para siempre” (Juan 14:16), cuando la Iglesia sea llevada de la tierra por el Señor en el Arrebatamiento, el Espíritu también se irá de la tierra en aquel momento. E. Dennett dijo: “Lo que Pablo enseña en 2 Tesalonicenses 2 es que lo que refrena la manifestación de este monstruo de iniquidad en el momento presente es la presencia del Espíritu Santo en la tierra, en la Iglesia” (Christ as the Morning Star and the Sun of Righteousness, p. 46). El Espíritu siendo “quitado” no significa que Él dejará de obrar en la tierra. Él continuará trabajando en la tierra, pero será desde el cielo como lo hizo en tiempos del Antiguo Testamento.
La iniquidad existe en el mundo y en la Iglesia. La apostasía—el abandono de la profesión hecha por alguien concerniente a la verdad—también está en actividad. (Los verdaderos creyentes no apostatan. Ellos pueden ser arrastrados con la corriente de la apostasía y pueden empezar a renunciar a ciertas doctrinas y prácticas, pero nunca abandonarán públicamente la profesión de su fe en Cristo.) La actividad oculta de la iniquidad está aumentando en la tierra porque el primer detenedor se está poco a poco debilitando a través de un aumento constante de la apostasía en el gobierno humano. Además de eso, puesto que el Espíritu de Dios está siendo ignorado cada vez más por los cristianos, Él está siendo más y más contristado, y, consecuentemente, no está ejerciendo Su poder para refrenar el mal como Él podría, si se Le fuese dado Su lugar legítimo en el testimonio cristiano. Pero cuando la Iglesia y el Espíritu Santo sean “quitados de en medio,” el mal lo inundará todo, de una forma sin precedentes. Este secreto revelado nos da a conocer que hay un fin para la actividad de la iniquidad en los juicios del Señor en Su Aparición (2 Tesalonicenses 2:8).
9) El Misterio de Babilonia, la Madre de las Rameras
(Apocalipsis 17:5). Este misterio revela que después de que la verdadera Iglesia sea llamada de la tierra en el Arrebatamiento, la falsa iglesia de creyentes meramente profesantes (la cual quedará atrás), será encabezada por el sistema católico romano. Tendrá el carácter de confusión religiosa y blasfemia por las cuales Babilonia era conocida en la historia; de ahí el mismo título es dado a ese sistema. La falsa iglesia usará su dinero e influencia en la esfera política para unir a las naciones en Europa occidental en una confederación de diez países (Apocalipsis 6:1-2, 17:12-13). Esto es realmente un renacimiento del Imperio Romano (Daniel 2:40-43, 7:7-8; Apocalipsis 17:7-11). Así, la iglesia de Roma en su corrupción eclesiástica controlará las superpotencias occidentales, conforme a la figura mostrada en la mujer que está sentada sobre una bestia (Apocalipsis 17:1-4). Este poder de control será sólo por un “breve tiempo” (Apocalipsis 17:10). Es decir, sólo va a durar los primeros tres años y medio de la 70ª semana de Daniel (Daniel 9:2727And he shall confirm the covenant with many for one week: and in the midst of the week he shall cause the sacrifice and the oblation to cease, and for the overspreading of abominations he shall make it desolate, even until the consummation, and that determined shall be poured upon the desolate. (Daniel 9:27)). A la mitad de la semana profética, la esfera política del imperio energizado por Satanás se levantará y destruirá ese sistema religioso corrupto (Apocalipsis 17:16-18). Puesto que el tema de la Iglesia no era conocido por los creyentes del Antiguo Testamento, la existencia de la falsa iglesia y su corrupción sería algo que tampoco no conocían.
10) El Misterio de Dios
(Apocalipsis 10:7) (Este “misterio” no es el mismo que “el misterio de Dios” en Colosenses 2:2, que es un aspecto del misterio de Cristo y la Iglesia.) El “misterio” en Apocalipsis 10 tiene que ver con el secreto de los “caminos” de Dios con los hombres, que son “inescrutables” (Romanos 11:33), siendo finalmente esclarecidos. Durante miles de años, Dios ha permitido que los hombres malvados continúen en su iniquidad sin aparentemente recibir castigo por ello. En verdad, Su paciencia y tolerancia con el pecado y los pecadores en este mundo causan perplejidad. Sin embargo, cuando Cristo intervenga públicamente en Su Aparición, y Él juzgue este mundo en justicia (Hechos 17:30-31), el misterio de Dios será “consumado [terminado].” Esto es, cuando Dios traiga Sus juicios sobre la tierra, este misterio se convertirá en un secreto revelado, y se verá la justicia de todos Sus tratos para con todos a través de los tiempos, y así Él será justificado en todo.
La oscura y siniestra actividad de mal que está ocurriendo hoy en día, aparentemente sin control, es algo que ha sido siempre difícil de entender para la mente del hombre. Muchas veces se pregunta: ¿Por qué Dios permite que el mal continúe creciendo en el mundo sin juzgarlo? Esta perplejidad es descrita en la queja de Asaf en el Salmo 73. Mientras que todos los misterios anteriores nos han sido ahora revelados, debemos esperar que este último misterio sea divulgado—lo que sucederá cuando el Señor aparezca.
W. Kelly dijo: “El misterio aquí no es Cristo y la Iglesia, sino Dios permitiendo que el mal continúe en su curso actual con aparente impunidad” (The Revelation Expounded, p. 127). Él también dijo: “Dios terminaría el misterio de Su actual aparente inactividad en el gobierno público de la tierra” (The Revelation Expounded, p. 126). H. Smith dijo: “El misterio de Dios en este pasaje se refiere al hecho de que, por largas épocas, Dios no ha intervenido públicamente en los asuntos de los hombres. La maldad de los hombres ha crecido sin ser controlada por ninguna acción pública de parte de Dios. A los hombres se les ha permitido satisfacer sus concupiscencias, alcanzar sus ambiciones, aumentar su rebelión contra Dios y perseguir Su pueblo. A través de las edades, el pueblo de Dios ha sido torturado, expulsado de sus hogares y martirizado en hogueras, y Dios aparentemente no ha interferido. Todo esto—que ha sido llamado el silencio de Dios—es un gran misterio.” (The Revelation, p. 60).
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