Inmortalidad e Incorrupción

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Esto se refiere al estado inmortal en el cual los creyentes serán cambiados cuando sean glorificados. Para los santos del Nuevo y del Antiguo Testamento, esto ocurrirá en el momento del Arrebatamiento (1 Corintios 15:51-56; Hebreos 11:40). Para la porción martirizada del remanente judío creyente, esto será al final de la Gran Tribulación (Apocalipsis 14:13). Los santos del Antiguo Testamento no conocían mucho sobre la vida después de la muerte, pero esa verdad ahora ha sido traída a la luz por el evangelio. Ahora sabemos que hay “vida” para el alma e “inmortalidad” [o incorrupción] para el cuerpo (2 Timoteo 1:10).
Como se ha mencionado, en el momento del Arrebatamiento, el Señor efectuará un cambio en los santos que han muerto, lo que Pablo expresa como que “esto corruptible sea vestido de incorrupción” (1 Corintios 15:53 primera parte). El Señor también efectuará un cambio en los santos vivos que Pablo expresa como que “esto mortal sea vestido de inmortalidad” (1 Corintios 15:53 segunda parte). Este cambio será tanto moral como físico. Sus almas y espíritus serán librados de la naturaleza caída de pecado, y así, ellos serán hechos como Cristo moralmente (1 Juan 3:2). Además, sus cuerpos serán hechos como el cuerpo de Cristo físicamente (Filipenses 3:21).
El alma de todos los hombres es inmortal—independientemente de si una persona es salva o no. Génesis 2:7 dice: “Formó, pues, Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra, y alentó en su nariz soplo de vida; y fué el hombre en alma viviente.” Esto muestra que los espíritus y almas de los hombres son “vivientes;” no mueren. Estos vivirán para siempre, ya sea en el goce de la bendición de Dios o bajo condenación. Incluso después de que una persona muere y su cuerpo es sepultado, su espíritu y su alma continúan vivos. Con relación a esto, el Señor dijo, “porque todos [los muertos] viven á Él” (Lucas 20:38). Mientras que el alma del hombre es inmortal, su cuerpo es “mortal”—sujeto a la muerte (Job 4:1717Shall mortal man be more just than God? shall a man be more pure than his maker? (Job 4:17); Romanos 6:12, 8:11; 1 Corintios 15:53-54; 2 Corintios 4:11). La buena noticia es que llegará un momento para el creyente cuando “lo mortal” será “absorbido por la vida” (2 Corintios 5:4).