Mesa del Señor y Cena del Señor

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“La Mesa del Señor” (1 Corintios 10:21) es un término simbólico que significa el terreno bíblico de comunión sobre el cual el Señor reúne a los cristianos a Su alrededor. (No es una mesa física en la que los cristianos colocan los emblemas de la Cena del Señor en el partimiento del pan). Puesto que una “mesa” en la Escritura simboliza comunión, “la Mesa del Señor” se refiere a la comunión de los cristianos que el Señor formó. Es una comunión donde Él está en medio de aquellos que Él reunió para el culto y ministerio, y donde Su autoridad es reconocida y reverenciada en las acciones administrativas que ocurren en esa comunión. En verdad, la mesa del Señor es la única comunión entre los hombres a la cual los cristianos son llamados (1 Corintios 1:9). Todas las otras comuniones que los hombres hacen son divisivas, aunque hayan sido formadas con las mejores intenciones. (Ver Reunidos al Nombre del Señor).
Un error común es confundir “la Mesa del Señor” (1 Corintios 10:21) con “la Cena del Señor” (1 Corintios 11:20, 11:23-26). Muchas veces, estos dos términos son usados indistintamente como si no hubiese ninguna diferencia entre ellos, pero esto no es correcto. Como ha sido mencionado, la Mesa del Señor es un término simbólico, mientras que la Cena del Señor es una ordenanza literal de la que los cristianos participan cuando recuerdan al Señor en Su muerte, en el partimiento del pan.
Algunas diferencias entre estas dos cosas son: Si una persona está reunida al Nombre del Señor, ella está a la Mesa del Señor 24 horas al día, siete días a la semana, pero sólo toma la Cena del Señor en una hora específica en el día del Señor, una vez por semana. Otra diferencia es que, en condiciones normales, una persona debe venir a la Mesa del Señor una vez en su vida (cuando entra en comunión con aquellos reunidos al Nombre del Señor), pero debe venir a la Cena del Señor muchas veces—es decir, semanalmente. Por lo tanto, sería incorrecto decir que vamos a la Mesa del Señor en el día del Señor. Sería mejor decir que vamos a participar de la Cena del Señor en ese día. Personas bien intencionadas pueden decir cosas como: “El hermano Fulano se puso de pie a la Mesa del Señor para dar gracias,” pero el comentario sería más preciso si se dijera que: “el hermano se puso de pie en la Cena del Señor para dar gracias.”
Cuando alguien es recibido en comunión, es recibido a “la Mesa del Señor” donde tiene el privilegio de tomar de “la Cena del Señor.” Si una persona es “quitada” bajo un acto administrativo de juicio por la asamblea (1 Corintios 5:13), es separada de la Mesa del Señor, no sólo de la Cena del Señor. Así, ella es colocada fuera de la comunión de los santos reunidos al Nombre del Señor como un todo, lo que incluye el privilegio de partir el pan. Algunos piensan que el comer, mencionado en 1 Corintios 5:11 se refiere al comer de la Cena del Señor. De ahí, ellos concluyen que no debemos partir el pan con una persona que haya sido apartada, pero podemos comer una comida común con ella, y así, tener comunión individualmente. Esto, sin embargo, es un error; comer en este versículo tiene que ver con cualquier forma de comer—ya sea en el partimiento del pan o en una comida común en nuestras casas. El versículo afirma “que no os envolváis” socialmente (1 Corintios 5:11).
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La Cena del Señor es mencionada en 1 Corintios 10-11 en dos maneras. Algunas diferencias en estos dos capítulos son: En el capítulo 10:15-17 es el acto colectivo de partir el pan—dice, “la copa de bendición que bendecimos” y “el pan que partimos” mientras que el capítulo 11:23-26 es el acto individual de partir el pan. Dice: “Haced esto...”
En el capítulo 10:15-17 el “pan,” visto en su forma entera, representa al cuerpo místico de Cristo, mientras que el “pan” en el capítulo 11:23-26 representa el cuerpo físico del Señor en el que Él sufrió y murió.
Él capítulo 10:15-17 coloca primero “la copa de bendición,” seguido por el “pan,” porque está hablando de nuestro derecho de estar a la Mesa como creyentes redimidos—que es el resultado de Su sangre derramada. En el capítulo 11:23-26, el orden es inverso, colocando el partimiento del pan primero, siendo seguido por el beber de la copa, que es el orden en que debe tomarse la Cena (Lucas 22:19-20). Esto es así porque tomamos la Cena en memoria de Él en Su muerte, y Él sufrió en Su cuerpo primero; luego después de morir, Su sangre fue derramada.
En el capítulo 10:16-17, el partimiento del pan está en conexión con “la Mesa del Señor” en donde demostramos la comunión del cuerpo de Cristo (versículo 21). En el capítulo 11:26, en el partimiento del pan (“la Cena del Señor”), anunciamos la muerte de Cristo.
El capítulo 10:15-22 tiene que ver con nuestra responsabilidad de mantenernos separados de todas las otras mesas (comuniones), ya sean mesas cristianas divididas, mesas judaizantes o mesas idólatras; mientras que el capítulo 11:23-32 tiene que ver con nuestra responsabilidad de mantener la pureza personal en nuestras vidas.