Hijo Eterno

 •  6 min. read  •  grade level: 15
 
Este término no es encontrado en la Escritura, aunque la verdad que transmite ciertamente lo es. Se refiere a la relación de Cristo en la Divinidad como Hijo, siendo aquello que ha existido eternamente. No se refiere a la eternidad de Su ser, sino a la eternidad de Su condición de Hijo (Filiación). Algunos piensan erróneamente que, aunque Él existió eternamente como una de las Personas en la Deidad, Él no llegó a ser Hijo hasta su encarnación. Este error es llamado “Filiación Temporal.” Los siguientes pasajes indican que la filiación de Cristo (o sea el hecho de ser Hijo) es eterna:
Proverbios 30:4 indica que la Filiación de Cristo no sólo existía antes de Su encarnación, ¡sino que existió desde antes de la creación del mundo!
Colosenses 1:13-16 y Hebreos 1:1-2 afirman que Cristo, como Hijo de Dios, creó el mundo, demostrando así que Su Filiación existía mucho antes de haber entrado en este mundo como un Hombre.
Isaías 9:6 y Juan 3:16 también indican que la Filiación de Cristo existía antes de que Él viniese a este mundo. Estos versículos declaran que el Hijo de Dios fue “dado,” y para que algo sea dado, primero debe existir. Si no, la palabra “dado” pierde su significado.
Muchos pasajes de las Escrituras (especialmente en el Evangelio de Juan) atestiguan el hecho de que Cristo, como Hijo de Dios, fue “enviado” del Padre. Nuevamente, esto demuestra que la Filiación de Cristo tenía que preceder a Su Humanidad, de lo contrario “enviado” también perdería su significado. Ver: Marcos 12:6; Juan 3:17, 3:34, 4:34; 5:23-24, 5:30, 5:36-38, 6:29, 6:38-40, 6:44, 6:57, 7:16, 7:18, 7:28-29, 7:33, 8:16, 8:18, 8:26, 8:29, 8:42, 9:4, 10:36, 11:42, 12:44-45, 12:49, 13:16, 13:20, 14:24, 15:21, 16:5, 17:3, 17:18, 17:21, 17:23, 17:25, 20:21; Hechos 3:26; Romanos 8:3; Gálatas 4:4; 1 Juan 4:9-10, 4:14.
J. N. Darby dijo: “Si no está Él como Hijo antes de Su nacimiento en el mundo, se pierde todo lo que el Hijo es. Si Él es Hijo sólo después de la encarnación, se pierde todo el amor del Padre al enviar al Hijo” (Collected Writings, vol. 25, p. 230-231). Él también dijo: “‘El Padre ha enviado al Hijo para ser Salvador del mundo.’ Él no envió meramente una idea. Aquel de Quien se dijo que fue enviado era una Persona que existía allí. Tampoco fue sólo cuando estaba en este mundo que fue enviado, pues Él dice: ‘Salí del Padre, y he venido al mundo’” (Notes and Comments, vol. 2, p. 281).
Juan 1:18 afirma, en referencia a Cristo como el Hijo de Dios “que está en el seno del Padre.” La palabra “está” en este versículo se refiere a algo eternamente presente.
Juan 11:27 dice de Cristo que es “el Hijo de Dios que ha venido al mundo.” Las palabras, “ha venido” confirman que el Hijo ya existía antes de ser hombre.
Juan 16:27-28 indica que Cristo como el Hijo de Dios “salió del Padre.” Esto demuestra que Él estaba al lado del Padre antes de haber venido a este mundo.
En Juan 17, el Señor se dirige al “Padre” como siendo el “Hijo.” Esta relación de Padre e Hijo es referida a través de toda la oración. Dos veces Él hace referencia a algo que existía entre Ellos antes de la fundación del mundo: la “gloria” que Él tuvo, como Hijo, con el Padre (versículo 5) y el “amor” que Él, como Hijo, disfrutaba del Padre (versículo 24). Estas dos cosas muestran claramente que Él estaba con el Padre como el Hijo antes de Su encarnación.
Hebreos 5:8 muestra que hubo un punto en la historia personal del Señor cuando Él, como “el Hijo,” no sabía lo que era ser obediente, nunca habiendo sido sometido a la obediencia. Esto, por supuesto, fue antes de que Él se hiciese Hombre. Este versículo afirma, que a pesar de ser “el Hijo,” cuando se hizo hombre, Él tuvo que aprender la obediencia como cualquier otro hombre—por supuesto, Él aprendió eso en perfección. H. Smith dijo: “Él aprendió por experiencia lo que costó obedecer” (Outline of the Epistle to the Hebrews, p. 31).
1 Juan 1:1-2 afirma que Cristo, “aquella Vida Eterna,” estaba “con el Padre” antes de “aparecer” en este mundo. El hecho de que Él estaba “con el Padre” antes de venir al mundo, muestra que Él estaba allí como el Hijo, pues “padre” e “hijo” son términos correlativos; ¡no puede existir un padre sin que haya un hijo! Por eso, Él, como el Hijo, precedió a Su encarnación. El Sr. Darby comentó, “Lo que es llamado ‘La Filiación Eterna’ es una verdad vital; de otra manera perdemos el Padre enviando al Hijo, y el Hijo creando, y no tenemos Padre si no tenemos Hijo” (Notes and Comments, vol. 2, p. 300).
Hebreos 7:3 describe las características del sacerdocio de Melquisedec. El escritor inspirado no está diciendo que Melquisedec no tenía padre o madre, sino que él fue introducido en la Escritura (Génesis 14) sin que la Escritura nos dé ningún detalle sobre su genealogía. No está registrado quién era su padre y su madre. La enseñanza simbólica que el Espíritu de Dios usa de esto es que Melquisedec es presentado como una persona eterna con un sacerdocio eterno. El escritor añade: “hecho semejante al Hijo de Dios,” porque él asume que todos nosotros sabemos que el Hijo de Dios es eterno.
J. N. Darby dijo: “La idea de que Cristo solo llegó a ser el Hijo en Su encarnación es destructiva para el gozo más elemental de la Iglesia, y abominable para aquellos que tienen comunión por el Espíritu en la verdad” (Collected Writings, vol. 3, p. 89). Él también dijo, “yo considero vital mantener la Filiación antes de los mundos. Esta es la verdad.”
J. G. Bellett dijo: “Es evidente que el Hijo era el Eterno, el nombre de este Eterno Hijo es Jesucristo” (Bible Treasury, vol. 6, p. 57).
W. Kelly dijo: “Bajo todos los cambios, exteriormente, Él permanece desde la eternidad, el Hijo Unigénito en el seno del Padre. Por lo tanto, el Hijo estando en esta proximidad de amor, no tiene a Dios solamente, sino al Padre” (Lectures Introductory to the Gospels, sobre Juan 1, p. 463).
C. H. Mackintosh dijo: “Cuestionar la Filiación Eterna de Cristo, Su divinidad y Su humanidad inmaculada abre la puerta a una marea asoladora de error irreparable” (Notes on the Pentateuch, Levítico, p. 39).
W. T. P. Wolston dijo: “El Padre nunca fue encarnado, y el Espíritu de Dios nunca fue encarnado; pero el Hijo de Dios, el Verbo, ‘fué hecho carne, y habitó entre nosotros ... lleno de gracia y de verdad’ (Juan 1:14). El Hijo Eterno entró en esta escena, humillándose a Sí mismo y haciéndose Hombre” (Seekers For Light, p. 107).
W. Scott dijo: “‘El Unigénito Hijo, que está en el seno del Padre,’ está escrito en la Escritura sólo una vez y es la declaración de la profundidad y la ternura del amor en el cual el Hijo siempre habitó con Su Padre” (Bible Handbook, Old Testament, p. 72).
A. J. Pollock dijo: “Sabemos de los cuatro evangelios, cuál de las tres personas de la Trinidad el Señor Jesús era: el Hijo, el Hijo eterno, el Hijo desde toda la eternidad... rehusar reconocer esto es el Espíritu del Anticristo” (The Amazing Jew, p. 45).