Lamentaciones 1

Lamentations
 
Aflicción dolorosa; confesión del pecado y del justo juicio de Jehová
No hay nada más conmovedor que los sentimientos producidos en el corazón por la convicción de que el sujeto de la aflicción es amado por Dios, que Él ama lo que está obligado a herir, y está obligado a herir lo que ama. El profeta, al exponer la aflicción de Jerusalén, reconoce que el pecado del pueblo la había causado. ¿Podría eso disminuir el dolor de su corazón? Si por un lado era un consuelo, por el otro humillaba y le hacía ocultar su rostro. El orgullo del enemigo, y su gozo al ver la aflicción del amado de Dios, dan ocasión para pedir compasión en nombre de los afligidos, y juicio sobre la malicia del enemigo. Al final del capítulo 1, después de la confesión completa de que fue el pecado de Judá el que había traído el mal sobre ellos, y que Jehová era justo, el pueblo invocó el ojo de Jehová para que mirara su dolor y juzgara a aquellos por cuya iniquidad fueron castigados.