Capítulo 3 Adhesión a Cristo

 •  22 min. read  •  grade level: 12
Listen from:
El Amado del alma
Aquel a quien ama mi alma.
(Cantar de los Cantares 3:4)
Es el Cristo de la gloria
Quien mi corazón ganó;
Y lo iluminó radiante
Cual esplendoroso sol.
Aunque el mundo en que yo ando
Oscuro y frío aún está,
Excepto la estrecha senda
En que Él me ordena andar;
Yo he visto la faz de Cristo;
No me habléis de nada más.
Su dulce voz he oído
Y no le quiero dejar.
P. P.
Siento que no leemos la Escritura con suficiente intimidad de corazón con su autor. Leemos como si tuviéramos que familiarizarnos con palabras y sentencias. Si yo no obtengo que la Escritura me acerque a Dios, de corazón y de conciencia, no he aprendido la lección que Él querría enseñarme.
Cristo es nuestra lección, así como nuestro Maestro.... ¿Hay algún libro tan digno de ser leído como aquel que podemos llamar Jesús mismo?
(Lucas 19:12-27). Yo no estoy realmente en el espíritu de servicio si no recuerdo que Cristo es un señor ausente y rechazado por el mundo. Yo soy un siervo que tiene que reconocer con tristeza el hecho de que su Señor ha sido rechazado e insultado aquí. ¿No es un pensamiento conmovedor el considerar que los mismos insultos que fueron acumulados sobre Él, constituyen, en gran parte, las muchas y nuevas tentaciones que reclaman nuestros afectos? ¿Lo que en su caso eran viles calumnias serán realidad en nosotros?
El corazón, no la cabeza, es el padre de la elocuencia.
Queremos hacer mucho de Cristo; mucho de Él mismo y de sus gloriosas realizaciones para los pobres pecadores. Queremos más que todo los alientos de un alma plenamente satisfecha en Él, y la paz de una conciencia permanentemente en reposo a causa de Su incomparable suficiencia.
«Y cuando Él se levantó de la oración y vino a sus discípulos los halló durmiendo» (Lucas 22:45). ¡Ellos estaban en el pensamiento de Él! ¡No Él en el de ellos! Ellos no podían velar con Él ni una hora. Así es actualmente. Él vive para interceder por nosotros. «¿Vivimos nosotros siempre para amarle y servirle? Él vive siempre para Ti. ¿Vives tú siempre para Él?
Nuestro poder para atraer a otros al Señor radica principalmente en nuestro propio gozo y comunión con Él.
¿No hay el peligro de que la familiaridad con las cosas de Cristo sea mucho mayor que el verdadero conocimiento y relación con Él mismo?.... Yo puedo estar leyendo libros que hablen de Él, puedo hablar y escribir acerca de Él, mientras que otras personas estén privadas de este privilegio. Sin embargo, puede que ellas crezcan en el conocimiento y comprensión divina, avanzándome a mí a tal respecto.
Una cosa es rendir a Jesús nuestro tributo de admiración, aun con lágrimas, y otra cosa es unirse uno mismo con Él para mejor o peor, en el bien o en el mal. Una cosa es hablar bien de Él y otra abandonarlo todo por Él.
Oh necios y tardos de corazón para creer. ¿Creer que? «Todo lo que los profetas han dicho.» ¡Oh, que mi corazón y el vuestro sea constreñido por cada jota y cada sílaba de la Palabra de Dios!
Ciertamente vale el mundo entero tener una eternidad en íntima relación con Cristo.
¡Oh, cuan poco ha aprendido el corazón la lección viva y práctica de un Jesús rechazado y escarnecido.... Aunque la mente y la pluma pueden describir un elocuente cuadro de todo ello!
Señor, danos el honor de saber testificar de tu rechazamiento en este mundo orgulloso.
J. G. B.
Ocupados con Cristo
Una cosa he demandado.... contemplar la hermosura de Jehová e inquirir en su templo.
(Salmo 27:4)
Jesús, tú eres suficiente
A mi pobre corazón;
Tu paz y tu amor ardiente
Pueden calmar mi temor.
Fija nuestra torpe vista
Tan enteramente en Ti,
Que nada turbarnos pueda;
Aun hallándonos aquí.
La perfección de la vida cristiana es perderse de vista a uno mismo y hacer a Cristo el todo en todas las cosas.
La señal de un buen estado de alma es gozar de la presencia de Cristo. Cualquier cosa que aparta tu ojo de Cristo es una trampa del diablo.
El único objeto de la vida cristiana es aprender más de Él, pues Satanás no puede hallar entrada en un corazón que está lleno de Cristo.
No tenemos que regocijarnos tanto en las liberaciones del Señor, como en Aquel que nos libra.
Cuanto más profundo es el sentimiento de la situación de aquel que ha sido librado, más intenso será su afecto para el libertador.
La convicción intelectual está siempre falta de poder cuando se ocupa en la verdad, pero no trae a Cristo consigo.
Los israelitas tenían que recoger el maná, cada uno según lo que podía comer (Éxodo 16:16). El apetito tenía que gobernar la cantidad. ¡Cuán verdad es esto en el creyente ! Nosotros tenemos de Cristo tanto como deseamos; ni más ni menos. Si nuestros deseos son grandes, si abrimos plenamente nuestra boca espiritual, Él la llenará; pero si somos poco conscientes de nuestra necesidad solamente recibiremos un poco de Cristo.
Hay ocasiones cuando muchos creyentes sienten como si no pudieran llegar hasta la presencia de Dios para ser oídos.... Seguramente demostraría ser un antídoto a las tentaciones de Satanás si en tales ocasiones recordáramos que, si no oramos nosotros mismos, Cristo nunca deja de llevarnos ante el trono de Dios en su intercesión siempre prevaleciente.... Pronto disiparía nuestra pesadumbre y frialdad de corazón, porque ello nos llevaría a mirar fuera de nosotros mismos y esperarlo todo de Él, y de su continuo ministerio por nosotros en la presencia de Dios.
Un corazón poseído de Cristo es fortificado contra las más seductoras tentaciones del mundo.
El estado de nuestras almas puede ser discernido por el efecto que produce en nosotros el nombre de Jesús.
Cristo mismo ha de ser nuestro gran ejemplo de fe, y de una vida dependiente de Dios. Si el más santo de los hombres que jamás ha vivido sobre la tierra llenara nuestra visión, nos sería tan sólo un impedimento y no una ayuda.
Siempre que hablamos el uno al otro de Cristo Él estará en nuestra compañía (véase Malaquías 3:16). ¿Anhelan nuestros corazones su presencia? Entonces hablemos de Él a otras personas.
Nos alimentamos de Cristo, apropiándonoslo en cada uno de los caracteres con que nos es presentado.
Toda la vida de nuestro bendito Señor como hombre está comprendida en las palabras «Se humilló a sí mismo».
«Este es mi hijo amado en el cual me he complacido, a Él oíd.» Cristo es la única autoridad en el Reino de Dios.
E. D.
Jesús mismo
Declarábales en todas las Escrituras lo que de Él decían.
(Lucas 24:27)
Jesús, tu dulce nombre
Recrea el alma mía
Y suena en mis oídos
Cual célica armonía
Con tal vigor quisiera
Poderlo proclamar
Que todo el universo
Lo oyera resonar.
Jesús, tu dulce nombre
Me trae bendición;
Vida, paz y reposo
Eterna redención.
Jesús, tú eres el mismo;
Y pronto te veré.
Por siempre tú eres mío,
Y tuyo yo seré.
El Señor Jesús nació en un pesebre y murió en la cruz y durante toda su vida no tuvo donde reclinar su cabeza. Un Jesús muriendo en la cruz por el más vil, responde a las necesidades y cargas del más vil.... Si los pecados del tal le son una carga, puede ver a Cristo llevándolos para que él pueda sentirse libre y tener paz.
Cuanto más comprendamos el valor de la cruz, más precioso será Cristo para nosotros.
Si Jesús ve perfección en nosotros, nosotros ya no necesitamos nada más.
El Espíritu Santo es un poder que nos separa de todas las cosas y nos une a Aquel que es invisible, a Cristo en el cielo, y al amor del Padre.
(Lucas 7:36-50). «Sus pecados le son perdonados porque amó mucho.» El Señor sabe hacer patente este perdón: lo revela a la pobre mujer; pero fue lo que ella había visto en Jesús mismo lo que por la gracia de Dios derritió su corazón y produjo aquel amor que ella le manifestó. El ver lo que Él era para pecadoras como ella. Por esto piensa solamente en Él, y Él ha tomado posesión de su corazón de tal modo, que se halla cerrado a otras influencias.... Por esto se dirige a la casa de este orgulloso fariseo sin pensar otra cosa sino que Jesús se encuentra allá. Así pudo ver lo que Él era para un alma pecadora, y que el más desgraciado y desechado podía encontrar en Él recurso.... Allí se encontraba un Salvador divino. ¿Qué importancia tenían Simón, los de su casa y todos los demás huéspedes? Jesús le hizo olvidar todo lo demás. Acordémonos de esto.
Cualquier cosa que debilita nuestra adhesión a Cristo, destruye nuestro poder. No es ningún grande pecado (aunque, por supuesto, éste produciría tal separación tendría también que ser juzgado), sino las cosas pequeñas de la vida diaria, las que más fácilmente pueden ser elegidas por nosotros, con la consecuencia que nos separen de Cristo.
Si yo tengo en mí y a mi alrededor cosas que afligen el alma, tengo a Él que es mi consuelo y gozo infaltable. ¿A dónde se dirigiría el corazón por reposo si no tuviera a Jesús? Con Él pueden el cielo y la tierra ser trastornados de arriba a abajo y todavía tengo paz.
Hay poder para atraernos fuera de toda la corrupción que nos rodea, y elevar nuestra alma a Dios y a sus caminos, en la revelación de Cristo mismo.
«Los que son sembrados en buena tierra son los que, con un corazón honesto y bueno, habiendo oído la Palabra, la guardan y traen fruto con paciencia.» Si la gente no obtiene a Cristo se seca. No hay cristianismo permanente a menos que Cristo tome posesión del alma, pero si Él lo hace habrá un motivo para permanecer, continuar y traer fruto con paciencia.... Pueden venir dificultades en la iglesia, desalientos y desengaños de parte de otros hermanos; pero el creyente irá adelante, porque tiene a Cristo delante de sí, pues la palabra que ha oído le mantiene unido a Cristo, y Él es para el tal, más que cualquier otra cosa.
Por más que yo amo a los hermanos, mi felicidad ha venido siempre de Dios, no de ellos.
J. N. D.
De todo corazón
Consolida mi corazón para que tema tu nombre. Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón.
(Salmo 86:11-12)
Como el girasol se vuelve
Al astro que le acaricia
Con sus rayos luminosos;
Así, Señor, yo querría
Mirarte a Ti tan sólo
Seguirte de día en día
Imitarte y vivir
En tu dulce compañía.
J. Teuler
Muchos poseen la gracia de Dios, pero ¡cuán pocos comparativamente son los que vemos rendir su posición y sus propósitos para seguir a Cristo plenamente.
Hay una gran necesidad de hombres valientes como aquellos valientes de David en nuestros días, hombres consagrados a David. La nación se aprovecha de sus servicios, pero ellos piensan y sirven sólo a David.
Cuanto más los creyentes están por él, tanto más ganarán para sí en todos los sentidos.
Yo veo muchas almas convertidas, pero no veo muchos testigos.... Yo siento que una persona plenamente consagrada a Cristo, como Ana la profetisa, sería un testimonio mayor que muchas conversiones.
Yo no creo que una persona que adelante en este mundo y no se halle consagrada, puede estar buscando las cosas de arriba.
Me temo que los cristianos están más bien adelantando en el mundo que retirándose de él. Ciertamente nunca ha habido tanto adelanto verdadero como cuando ha habido renuncia, y yo creo que el «sobre mucho te pondré» es con referencia más bien a la consagración que a la cantidad de trabajo.
Los más cercanos y queridos a nosotros son los que pueden hacernos los mayores daños espirituales, porque nos consideran demasiado a nosotros y demasiado poco al Señor.
Es una buena señal en todos los sentidos cuando los hijos prefieren el hogar que cualquier otro sitio. Qué bien si esto fuera cierto de cada uno de nosotros con respecto a nuestro hogar en la casa del Padre. La razón de no hacerlo así es que no conocemos suficientemente el gozo de tal lugar.
Yo admiro mucho (a María de Bethania) en su posición aislada, ya que su afecto por Él la separó de todos los demás que no podían comprenderla. Por esta razón, según me parece, el Señor dijo: «Doquiera que este Evangelio fuere predicado en todo el mundo, también será dicho para memoria de ella lo que ésta ha hecho.» La memoria es de que nuestro bendito Señor, no tan sólo amó a una pecadora, sino que pudo hacer que ella le amara tanto a Él.
Es notable la forma con que el corazón es desarraigado de cualquier lugar cuando el objeto que ama ha sido quitado de allí, pero es mucho más desarraigado cuando sigue al objeto amado al lugar donde aquel se encuentra. La ausencia corporal de nuestro Señor nos separa de este mundo pero su presencia en el cielo nos une al cielo, porque Él se encuentra allí.
No te des por satisfecho con un cristianismo suficiente para tranquilizar tu conciencia.
No es al que más trabaja ni al que más lee que el Señor confía sus secretos, sino al que más le ama (como en el caso de María). Es solamente cerca de Él que la mente humana se halla en tal expectativa que se encuentra en actitud ascendiente.
¡Cuántas cosas nos turban y enojan todo el día cuando no nos hallamos realmente al lado de Cristo!
J. B. S.
La exaltación de Cristo
Para que Él sea el primero en todas las cosas.
(Colosenses 1:18)
Del universo glorioso
Del inmenso amor de Dios
Tú eres el sol radiante
De singular esplendor.
Por esto los redimidos
Alaban sólo al Cordero.
¡Toda rodilla se doble
A quien sufrió en el madero!
E. Conder
Cristo es todo para el corazón de Dios, y Él desea ser el todo a los corazones de su pueblo. El que sea así contigo, es la más alta bendición que puedo desearte.
No hay ninguna dificultad en cuanto a la guía cuando nuestros ojos están en Cristo, pero si vienen otras consideraciones puedes perder Su dirección.
«Según mi mira y esperanza de que en nada seré avergonzado, antes bien con toda confianza como siempre ahora será magnificado Cristo en mi cuerpo.» ¿Es nuestro deseo adoptar el lenguaje de Pablo? ¿Consideramos nuestros cuerpos como vasos para demostrar a Cristo? ¿Cuándo nos levantamos por la mañana pensamos en el día que tenemos delante como una nueva oportunidad de engrandecer a Cristo?
Quiera el Señor enseñarnos esta lección: Que Él es la única cosa indispensable para nosotros. Siempre hay un resultado en servir a Cristo.
Cristo es siempre en algún aspecto suficiente para la necesidad de cada alma.
El único objeto del predicador es exaltar y enaltecer a Cristo. El testimonio del Espíritu, es Cristo y su obra, glorificar a Cristo. Y yo deseo estar en la línea del Espíritu Santo, de otra manera no podría contar con Él para bendición.
La mitad de las predicaciones que se realizan en el mundo podrían ser suprimidas con gran ventaja sin que se perdiera gran cosa. Nada puede llenar la necesidad de la gente sino Cristo. Nada hay digno de predicar, sino Cristo.
La verdad no es Cristo, sino que Cristo es la verdad. Podéis tener la verdad sin tener a Cristo, pero si tenéis a Cristo tendréis la verdad. Todas las influencias fluyen de la verdad, porque Él es la verdad.
Cuanto más tenemos los pensamientos de Cristo, mayor es nuestra comunión con Dios.... La gloria de Cristo es el asunto que llena el corazón de Dios, y si llena su corazón también puede llenar los nuestros.
Un verdadero despertamiento en nuestros corazones, es siempre despertar para poner a Cristo en el lugar que en ellos le pertenece.
La más pequeña sombra del propio yo, oscurece la presentación de Cristo.
Siempre me llama la atención que la última visión que los discípulos tuvieron de nuestro bendito Señor, fue verle ir al cielo con sus manos extendidas para bendecirles. Esto es ciertamente su perpetua actitud hacia nosotros. No menos de admirar es su respuesta a lo que habían visto. Su vida fue una perpetua adoración. ¡Ah, si nosotros adoráramos más! Tendríamos más altos conceptos de lo que Él es y de lo que Él ha hecho por nosotros.
E. D.
Lecciones de la vida y de la muerte de Cristo
He aquí mi siervo a quien he escogido, mi amado en quien se agrada mi alma.
(Mateo 12:18)
En pobre pesebre yace reclinado
Al hombre ofreciendo eternal salvación;
El santo Mesías, el Verbo humanado.
¡Vengamos, adoremos a Cristo el Señor!
Extraño principio, de singular vida
Es la que a los hombres Él vino a ofrecer,
A fin de que todos aprender de Él pudieran
Y así consiguieran a Dios conocer.
J. N. D. (Adaptado)
Todo el mundo encontró lugar en la posada excepto Él, pero todo aquel que quiera encontrar a Aquel a quien los ángeles celebran, debe ir al pesebre.
(Lucas 4:4). El usa siempre la palabra escrita y Satanás es impotente ante ella. ¡Cuan gran importancia Jesús da a las Escrituras....! No despidió al diablo con un acto de autoridad divina, sino que probó al enemigo que estaba en desobediencia a la Palabra de Dios.... Jesús no razona con Satanás. Un simple texto enmudece cuando es usado con el poder del Espíritu. Todo el secreto de nuestra fortaleza espiritual, cuando nos hallamos en conflicto, es usar la Palabra de Dios del modo debido.
(Lucas 4:16). «Y vino a Nazaret, donde había sido criado.» El lugar despreciado y humilde, pero el lugar donde se encuentra el poder espiritual. ¿No fue siempre así? ¿Cuándo encontramos a Jesús aliado con los grandes de este mundo?
Dios no despreció a Nazaret, pero los hombres despreciaron a Jesús porque vino de Nazaret.... Los hombres desprecian la humildad a la cual le trajo su misericordiosa gracia. ¡Hasta aquí llega la maldad humana!
Cristo no obró jamás milagros a su favor, sino a favor de otros.
(Lucas 8:37). Las gentes piden a Jesús partir para hallarse más a su gusto. Se hallaban mejor con una legión de demonios que con la presencia y el poder de Dios.
(Lucas 9:30-31). «Moisés y Elias, que aparecieron en gloria y hablaban de su muerte.» Se ocupaban de «su muerte» al hablar con Él. Un tema que ocupaba las mentes del cielo y de la tierra. Él iba a ser crucificado allí donde debía haber sido rey. Bajo tales circunstancias no hay nada más de que hablar sino de su muerte. Y así es para nosotros. La cosa más grande del Mesías es que murió.... Jamás dejaremos nosotros de sentir interés por este asunto cuando estaremos con el Padre en la gloria, será el tema absorbente Él dijo de sí mismo: Por esto me ama el Padre, porque yo pongo mi vida.» ¡Cuánto más no le amaremos por la misma causa!
(Juan 12:1). Betania recibe a Jesús por última vez. He aquí el retiro momentáneo de Aquel que nos dio, en sus relaciones con esta amada familia, el ejemplo de un perfecto amor humano, en el cual halló consuelo por ser una respuesta a su insondable amor.
(Lucas 23:39-43). Jesús crucificado fue más que Rey —fue el Salvador—. El malhechor arrepentido es un testimonio de ello, a la vez que un motivo de gozo y consuelo para el corazón del Señor, quien halló en su compañero de suplicio las primicias del amor que los puso el uno al lado del otro. Si el pobre ladrón padecía el fruto de sus pecados, el Señor de la gloria estaba recibiendo el fruto de su sacrificio.... Aunque era un secreto para aquel primer creyente salvado por fe, sus pecados fueron quitados, dejaron de existir, y su recuerdo era sólo de la gracia que los había hecho desaparecer; que había limpiado su alma, y hecho lo apto para entrar en el Paraíso acompañado de Cristo mismo.
J. N. D.
Intimidad con Cristo
Os he llamado amigos.
(Juan 15:15)
¡Oh Señor, tú ves, tú sabes,
Que yo no puedo expresar
Todo lo que ha encontrado
Mi alma, en tu amor veraz!
Pero a Ti puedo decirlo;
Tan sólo, Señor, a Ti,
Porque comprenderme puedes,
Ya que moriste por mí.
El mundo entender no puede
Lo que yo entiendo de Ti.
Pues amarte sólo quiero:
Revélate más a mí.
H. Suso
«Vosotros sois mis amigos si hiciereis las cosas que os mando.» Si tratamos de meditar estas palabras nunca alcanzaremos su sentido más profundo, ni aun en la eternidad, pues ¿quién podrá decir lo que implica la amistad con Cristo, que podemos empezar a disfrutar ahora, y la que nos aguarda a un paso de nuestra terrenal existencia.
Deberíamos cultivar diligentemente, y gozar el amor de Cristo, a fin de que moldeados por Él, podamos expresarlo más a nuestros allegados y ser rodeados por la santa atmósfera que Él crea.
Todo lo que hace a Cristo más precioso a nuestras almas, es de Dios. Lo que se interpone entre nosotros y Cristo, es del diablo.
«Yo soy, no tengáis miedo.» La realización de la presencia de Cristo es el antídoto a todo posible temor, y el medio para confortar a su pueblo es ministrar a Cristo en el poder del Espíritu Santo; presentarle de tal modo que la gente sienta Su presencia.
Cuanto más cerca estamos de Dios, mas nos perdemos de vista a nosotros mismos ,y más capaces somos de sentir su presencia y comunicar con Él.
No conozco una ocupación más feliz que sentarme en quietud delante del Señor y dejar que Él impresione mi corazón. Permitámosle hacernos sentir su presencia y producir en nosotros los sentimientos que Él quiera.
Sentándonos a los pies de Jesús haremos dos cosas: Darle gozo a Él y encontrarnos a nosotros mismos, en el lugar de indecible e insondable bendición.
Sin embargo, mucha gente piensa que la comunión con Dios es tener sentimientos felices, pero en realidad es otra cosa: es tener la mente de Dios. La comunión con Dios es hacer las cosas justas en el justo momento y de la manera justa. Fuera de su comunión es muy difícil obrar y juzgar rectamente.
¿Estamos satisfechos de tener la luz de Cristo, en vez de cultivar su amor? Cuanta más luz tengamos, tanto mejor, si el amor la acompaña; pero si se mantiene la luz por otros motivos que no sean los de la verdadera comunión con Dios, de nada nos beneficiará. El capítulo 20 de San Juan nos ilustra esta verdad. Juan tenía más luz acerca de la resurrección que María, sin embargo cuando vino al sepulcro y lo halló vacío, regresó a Jerusalén. María no tenía tanta luz acerca de la resurrección, pero se quedó allí llorando, y Jesús se reveló a ella. Es al corazón, no a la cabeza, que Cristo se revela. Así que cuanto más tengáis vuestro corazón para Él, tendréis más de sus manifestaciones.
Estar cerca de Cristo es el gran gozo de la vida espiritual. ¿Pueden los que están de bodas ayunar mientras el esposo está con ellos? Ciertamente que no, ni aun en el cielo estaríamos satisfechos si no estuviéramos en contacto con Cristo. ¿Has venido en contacto con Él, en este tiempo?
E. D.
Comunión divina
Verdaderamente, nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.
(1.a Juan 1:3)
Dame, Señor, tu humildad,
Y tener siempre tu mente;
Hallar en Ti mi delicia,
Y obedecerte siempre.
Algunos cristianos están inclinados a confundir estas dos cosas, el gozo especial del Señor y la permanente comunión con Él; y suponen que, porque lo primero no es permanente, tampoco puede serlo lo segundo. Esto es un gran error. Pueden alcanzarse especiales momentos de gozo en la comunión con Dios; pero la constante comunión con Dios el Padre, y con su Hijo Jesucristo, es el único estado reconocido en la Sagrada Escritura. Tenemos que gozarnos en el Señor siempre.
Sin embargo, el cristiano fortalecido por comunicaciones del amor divino a su alma, tiene que andar por fe sin estar siempre bajo estos sentimientos de gloria.
La clase de oración superior es la que no dimana del sentimiento de necesidad, sino de aquellos deseos que la revelación de Dios produce en las almas.
El objeto del amor de Cristo es llevarnos a gozar de todo lo que a Él le da gozo.
Si nuestras almas anduvieran en la paz y comunión del Señor aprenderíamos que no hay ningún bien en nosotros, sino en aprender a conocerle en la perfección de su amor.
Dios quiere, como una cosa presente y constante, que nuestros corazones estén sintonizados con el suyo en cada deber cotidiano de la vida.
Creo que deberíamos mirar a los frutos como una señal de que Dios está obrando con nosotros; pero no esperar que éstos estén al principio de semejante obra, sino tener tal relación con Él, que tengamos su mente.
Sí; todo nuestro interés debe ser el estar con Él, que nuestra vida sea suya. Entonces las fuentes de vida en el alma son profundas, tan profundas como Dios mismo.
El Señor debe ser conocido con intimidad a fin de poder andar con Él de una manera digna. El camino es muy simple, si el corazón es simple. Seremos pacíficos, si el corazón goza de comunión con Dios. Felices entonces, discerniremos pacíficamente lo que es mejor para su gloria.
Nuestro propio corazón sufre de estar constantemente ocupado con el mal, aunque sea combatiéndolo. No es este el lugar de comunión.
Si gozáis de Cristo vosotros mismos, los santos lo descubrirán y será vuestro testimonio para ellos.
Estoy contento de que estáis experimentando el valor de esta vida interior que es desarrollada en comunión con el Señor. La vida externa, aunque sea bendecida, nunca puede darnos lo que aquí nos es comunicado. Este es el conocimiento de Cristo que madura las almas.
Yo no conozco qué más tenemos que hacer acá abajo, si no es conocer mejor a Dios, y servirle mejor.
Poco nos imaginamos las cosas altas y bendecidas a que somos llamados. ¡Oh, si los cristianos lo conocieran mejor! ¡Estar con Él y tener gozo con Él y comunión con Dios!
J. N. D.