Capítulo 2 El dueño e el servidor

 •  23 min. read  •  grade level: 13
Listen from:
El dueño y el servidor
Si alguno me sirve, sígame, y allí donde yo estuviere, allí estará también mi servidor.
(Juan 12:26)
Toma nuestros corazones
Y llénalos de tu gracia
Tennos más cerca de Ti,
Y como siervos de amor
Ponnos tu sello, Señor,
Para sólo a Ti servir.
Ensancha nuestra visión
Para ver tu gran bondad;
Y desata nuestros labios.
Danos Tú, lengua de sabios
Para ensalzar tu piedad;
Tu amor inmenso, insondable.
(Deszler)
Estoy aprendiendo que ningún siervo puede ir más allá de la medida de la gracia que le es dada.... El Espíritu Santo honra la palabra hablada, cuando ésta ha sido hecha efectiva, primeramente, en el predicador.
Seguramente si yo propongo cosas graves y no estoy profundamente afectado yo mismo, no puedo esperar que mi palabra produzca en mis oyentes mayor efecto que el que ha producido en mí.
Yo creo que en la conversión es una gran cosa tener un buen principio; y un buen principio siempre se halla señalado por un profundo arrepentimiento. Si el arrepentimiento no marca el principio, no hay profundidad en la conversión.
Está al alcance del más débil y humilde tomar tal interés el uno por el otro hasta tener el mismo sentimiento del amor de Cristo...., pero entonces, para servirnos uno a otro verdaderamente, tenemos que despedir a nuestro yo.
Si en el mundo la habilidad humana no se rinde a causa de las dificultades que encuentra —pongamos por ejemplo el caso del abogado o del estratega—, mucho menos el hombre de Dios debe rendirse por causa de las dificultades. Las dificultades son, para la fe, las oportunidades de Dios.
Satanás está tanto más opuesto, a todo lo que Dios, tanto más quiere.
Yo creo que cada uno debería ayudar hasta donde le sea posible a rescatar almas, y pienso que cuanto más nos hallemos en concierto con el corazón de Cristo, más nos esforzaremos en este sentido. A menudo me digo: Si yo estuviera muy cerca de Él, no podría pasar al lado de un pecador sin hablarle del Salvador; ni al lado de un creyente, sin hablarle de Cristo, que es su vida en los cielos.
Sé muy bien que un siervo tiene que pasar por muchas cosas hasta que llega a ser plenamente apto para el uso de su señor. Ningún siervo de verdad se gradúa fácilmente.
Descubrimos que fue más fácil para Israel salir de Egipto que entrar en Canaán. Cada paso adelante trae más oposición que el paso anterior; pero Dios está más y más con nosotros cuanto más adelantamos, y ello es el todo para el corazón devoto.
«Cuando soy flaco, entonces soy poderoso.» Debo estar siempre perdiendo desde el lado humano, para estar ganando siempre por el lado de Cristo.
Yo deseo que el Señor pueda darte una más alta esfera de servicio y así puedas ser asegurado por Él, de que Él quiere que tú seas- su «amigo». No son los mayores actos los que traen la seguridad del más grande amor; el más grande amor de todos puede decir: «Aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.» Cuanto más minuciosa es la atención, mayor es el verdadero amor e interés del que ama.
J. B.S.
Desamparo
Mi flaqueza en la potencia se perfecciona.
(2.a Corintios 12:9)
Mi fe se eleva a Ti, Padre amoroso,
Pidiéndote que me hagas bondadoso.
Apoyarme en Ti, en el quebranto;
Sólo esto cambiará en gozo mi llanto.
Hazme como has pensado hacerme ser,
Apto para tu Obra, a mi pesar;
No lo que soy, sino lo que he de ser,
Para poderte así glorificar.
El camino de la fortaleza es ser hechos conscientes de nuestra propia flaqueza de tal modo que la fortaleza divina, que nunca será un suplemento de la fortaleza humana, pueda obrar plenamente en nosotros.
Que el «yo» se sienta nadie.... es el mayor efecto de la divina gracia.
¿Dónde encontraremos fortaleza para la consagración o separación práctica para Dios, sino en Dios mismo?
La nulidad e incompetencia de la carne debe ser sentida, doquiera haya una disposición a pensar de nosotros mismos como competentes. Debemos detener nuestras pretensiones y ponerlas de lado cuando existen....; debemos encontrarnos conscientemente flacos, para poder esperar ser fuertes o capaces de algo. Todo aquello sobre lo cual el propio yo pueda apoyarse debe considerarse como un impedimento carnal, aun cuando pretenda sernos ayuda.... Debemos ser humillados cuando no somos humildes, o estamos en peligro de no serlo.
Nuestro desamparo es nuestro recurso. Entonces nos damos cuenta de que Dios mismo tiene que acudir, porque nosotros no podemos hacer nada.
Necesitamos el poder de Dios para lograr sentirnos poca cosa.
Él reanima el espíritu, nos levanta sobre el dolor y la flaqueza.... Pensar mucho en Jesús no significa pensar mucho en nuestro estado de flaqueza, sino mirar a Él y apoyarnos en Él como un niño enfermo se reclina sobre los brazos de su madre porque no tiene fuerza.
Es una gran cosa obtener el conocimiento de la propia falta de fortaleza. Conozco bastante de mi «yo» para alegrarme de poderme librar de él. Este es el proceso de Romanos 7. Paz por el progreso...., de modo que resulta imposible hallarse contento de uno mismo.... En el próximo capítulo se descubre, empero, el camino de la liberación. Allí sólo el libertador es nombrado y es descubierta la verdad de que la liberación es completa e inmediata y sólo quedan las acciones de gracias.... «Gracias doy a Dios», es un cambio de sentimiento de parte del apóstol, maravilloso y profundo.... Revela el alma ocupada con Dios, en vez de en sí misma; y ocupada en darle gracias.
Cuan duro es aceptar que el triunfo de Dios en nosotros mediante Cristo está siempre basado en nuestra flaqueza. Los miembros del Sanedrín vieron en Pedro y Juan hombres indoctos e ignorantes; la espina en la carne hizo que Pablo fuera despreciado hasta llegarle a hacer pensar que sería mucho mejor si Dios se la quitara.... Es una regla de conducta de parte de Dios, si así podemos llamarlo, el escoger las cosas débiles. Todo debe descansar sobre el poder de Dios; de otro modo la obra de Dios no puede ser hecha conforme a su mente.... Para la obra de Dios nosotros debemos ser flacos, a fin de que la fortaleza pueda ser de Dios; y esta obra de Dios permanecerá cuando la tierra sea removida.
Yo soy acusado de dejar demasiado que las cosas sigan su curso; pero yo creo que esto es indispensable si he de confiar a Él su propia obra. Si yo puedo ayudar algunas veces, es un favor que Él me confiere; pero cuando quiero yo guiar y gobernar demasiado, es falta de fe.
J. N. D.
Palabra y obra
Y el mismo Señor nuestro Jesucristo, y Dios y Padre nuestro.... consuele vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.
(2.a Tesalonicenses 16:17)
Haznos apoyar en Ti
Pues grande es nuestra flaqueza,
Pero inmensa es tu grandeza
Y tú eres la fortaleza
De nuestra debilidad.
Haz que humanos pensamientos
Jamás nos hagan errar,
Que cual niños atendamos
Tu Palabra y te sigamos
Con toda docilidad.
¿Quién ha despreciado el día de las cosas pequeñas? Somos lentos en aprender que la importancia de cualquier servicio depende de la estima en que Dios lo tiene.... Que el menor servicio es digno de todo nuestro celo y abnegación, si la mente y el corazón de Dios están en aquello, y Dios lo ha puesto en nuestras manos.
No podemos ser poderosos cerca de los hombres si no somos poderosos con Dios. La mayor equivocación que cualquiera de nosotros puede hacer es la de pretender tener poder delante de los hombres sin haber estado en la presencia de Dios.
Somos tan dependientes de Dios cuando hablamos a una sola alma como cuando predicamos a un millar. Yo he aprendido esto por experiencia: He ido a ver a una persona enferma, con una gran confianza en mí mismo, y me he encontrado sin tener nada que decir. Entonces el Señor me ha enseñado que debo esperar en Él para un mensaje a una simple persona igual como cuando voy a predicar. ¡Que podamos recordar esto siempre, a fin de que no se encuentre ninguna traza de confianza propia en nuestro corazón!
Es maravilloso que el Señor condescienda a usar lo que nosotros podemos decir, en vista de que tan a menudo lo adulteramos confundiéndolo con nuestros propios pensamientos.
Es una gran misericordia Suya el darnos ánimo en nuestro servicio; pero estoy convencido de que al final, el fruto de nuestras labores que nos hemos visto sobre la tierra será mucho más abundante que el que Él nos ha permitido conocer aquí; de ahí que tenemos que esparcir la semilla con toda confianza.
Estoy seguro de que nosotros debemos dejar los resultados de nuestros trabajos al juicio del tribunal de Cristo. Entretanto nuestro único deseo debe ser ganar su aprobación y contentarnos con ello. Nada más es digno de ser buscado.
Sospecho que nosotros veremos en el futuro que aquellas reuniones que consideramos como menos importantes fueron las mejores. Por tanto debemos cobrar ánimo e ir adelante con el conocimiento de que Aquel que tiene que valorarlas, a su debido tiempo nos alabará más por haberlo hecho por Él que por cualquier otra cosa.
Estoy llegando a esta conclusión: que cuanto más uno ministra a Cristo más puede contar con su divina ayuda Exaltar a Cristo es estar en comunión con la mente de Dios. Esta será nuestra única ocupación en el Cielo.
Una lección que estoy aprendiendo al final de mi vida es nuestra absoluta dependencia en el poder de Dios. Cada vez que hablamos no es nuestra facilidad de expresión ni nuestras hermosas palabras, lo que afecta a las almas a quienes hablamos, sino el poder de Dios.
El predicador debe estar tan seguro de que solamente el poder divino puede tocar las almas, que puede confiar enteramente en Dios acerca de ello.
E. D.
Apto para el servicio del Maestro
Sirviendo al Señor con toda humildad.
(Hechos 20:19)
¡Oh si pudiera vaciarme de mí mismo;
Ser humillado como debo ser,
Vivir en Cristo; y de Él sólo aprender
Librado totalmente de egoísmo!
Un vaso santo para fiel servicio
Que pudiera su gracia contener;
Apto para el honor o el sacrificio,
y a Cristo reflejar todo mi ser.
Sin nada que ocultar a aquella gloria
Que caracterizó a mi Salvador;
Y así contar con éxito la historia
De su insondable e infinito amor.
Cada uno de nosotros que ha sido llamado por Dios encuentra más o menos que es una persona separada para aquel que la llamó.... Cristo fue separado para Dios.
Seguramente en la casa de nuestro Padre no serán los que se lo han pasado bien en este mundo (como puede ser nuestro propio caso), sino los que han sido llamados al servicio los que tendrán mayor gozo al mirar atrás.
Si uno pudiera ser nada, podría ser usado más y mejor. El carpintero puede usar su sierra, cepillo o martillo sin temor de que éstos se alaben de su obra, porque son sus instrumentos inertes; pero tratándose de seres humanos conscientes, ocurre que si Dios usara a sus hijos sin una buena porción de disciplina, éstos echarían a perder su obra, envaneciéndose de ella como si fuera suya. Él nos ama demasiado para permitirnos tal desacierto.
El ojo más ungido no será el primero para ver las faltas de otros, y el alma que conoce mejor lo que es andar bajo el yugo del Maestro, no será el primero en tratar de enmendar la plana a otros, según su propia mente.
La oración es la obra más segura, y el presagio de toda bendición.... A menudo el mismo deseo de oración son las primeras gotas de una rica lluvia de gracia.
Pablo tuvo que pasar por buena y por mala fama; por tanto, con tal que acerca de cualquier acusación que se levante contra mí esté yo seguro de que no es verdad...., no tengo ninguna necesidad de afligirme por ello...., pues sé que hay una recompensa por las falsas acusaciones (Mateo 5:11-12).
Nosotros no somos sino como tuberías para traer las aguas de los depósitos superiores, secos hasta que el agua fluye, o si deja de manar en ellos. Es bueno recordar esto en todo tiempo y andar humildemente en esta verdad.... Yo he encontrado que me ha sido muy útil, acordándome de este ejemplo, orar siempre antes de hablar. A menudo parecía no habérseme dado ninguna palabra y al ponerme delante del Señor considerando la dignidad de su Hijo y su deseo de que Él sea predicado, ha sido seguido por un nuevo raudal de palabras de vida.
Creedme, sólo podéis luchar con Dios en oración cuando conozcáis profundamente a Cristo. Es el único canal por el cual puede obtenerse la bendición. El poder de la intercesión es el gran secreto para el verdadero siervo de Dios.
Ennoblece inmensamente al cristiano saber y sentir que es un canal por el cual fluye la vida de Cristo.
Feliz la persona que tiene un vaso vacío, ya que Dios está siempre pronto a llenarlo. Desdichado el que no tiene, o siente, semejante vacío.... Dudo de cuantos cristianos conocen la dulzura de ir a la presencia de Dios como un canal o tubería para ser llenados, a fin de traer lo que falta a otros, diciéndose: He obtenido audiencia en el corazón de Cristo.
¿Qué es más digno de ocupar nuestros pensamientos: la pobreza de nuestro amor o la plenitud de aquel amor que sobrepuja todo entendimiento?
G. V. W.
Poder de lo alto
Recibiréis poder después que el Espíritu Santo vendrá sobre vosotros.
(Hechos 1:8)
Haznos Tú, ¡oh Dios de paz!
Del todo santificados;
Limpios y purificados;
Llenos de tu gran poder,
Que nos lleve a obedecer
Tus mandatos con agrado.
Y al Tentador a vencer.
Que espíritu, alma y cuerpo,
Sean tuyos de verdad.
Que puedan contigo andar
Practicando todo bien;
En espera del gran día
De tu gloriosa Venida;
Cristo mi Señor. Amén.
Es un error suponer que podemos ser dotados, por decirlo así, de poder espiritual. Dios nunca da un fondo de poder a ninguno de sus siervos para que puedan utilizarlo tan sólo de vez en cuando, hasta que se termina. El poder está siempre en Él mismo y no en ellos, y sólo es concedido, momento tras momento, a aquellos que andan en dependencia con ÉL.
Tened presente que no debemos esperar consciencia de tal poder. Este es el punto en que muchos tropiezan: Quieren sentir poder, y al fallarles tal sentimiento sacan en conclusión que están en malas condiciones espirituales para ejercitar tal poder. No puede haber mayor equivocación. Por otro lado, el Señor tiene que quebrantar a sus siervos a fin de reducirlos al sentimiento de su absoluta impotencia propia, a fin de que puedan aprender la lección de que su potencia en la flaqueza se perfecciona.
Los arreglos humanos se interfieren muchas veces con el poder divino.
En las Conferencias de Avivamiento la gente, a veces, siente más placer en encontrarse los unos con los otros que en esperar en Dios y entonces no es extraño que falte el poder. Por muchos años he observado que cuando Dios está a punto de obrar, produce una quietud santa, una solemne expectativa y cuando esto ocurre, Satanás trata de contrarrestarlo distrayendo la atención de los creyentes. No debemos ignorar sus tretas.
La incredulidad es una barrera que cierra el influjo del poder divino.
Una señora vino a mi encuentro y me dijo: «Quisiera que me diera el secreto del poder.» Yo le contesté: «Es ser quebrantado totalmente, y tener consciencia de ello.»
J. N. D. dijo alguna vez que cuando estamos ocupados con manifestaciones pasadas del poder del Espíritu Santo, rara vez estamos obrando bajo tal poder.
Es tan sólo por el poder del Señor que el más pequeño de sus preceptos puede ser puesto en práctica; es igualmente cierto que las mayores empresas para el Señor son tan fáciles de realizar como las más pequeñas, ya que el poder adecuado está siempre al servicio de la fe.
El testimonio inconsciente es siempre el más poderoso. A veces pienso que ante el tribunal de Cristo encontraremos que una palabra que hablamos casualmente, una frase que salió espontáneamente de nuestros labios, ha sido más útil que grandes sermones y conferencias.
El creyente más humilde que anda en la obediencia y dependencia del Señor es el que está desplegando el mayor poder espiritual. El poder es la entrada de Cristo en nuestra vida diaria.
Ser llenos del Espíritu Santo es el estado normal del creyente, y si no es así con nosotros, deberíamos humillarnos delante de Dios.
No hay poder sino en el Espíritu de Dios, y sin embargo ¡cuán a menudo dependemos de poderes humanos!: la elocuencia, la cultura, etc. Es muy fácil recurrir a recursos humanos cuando no estamos en el debido estado espiritual.
E. D.
Colaboradores de Dios
Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento.
(1.a Corintios 3:6)
Tú me dirás en la gloria
Por qué me llevaste así,
De acá para allá; la historia
De este mi humano vivir,
Que tanto me ha perturbado
Me será allí revelada;
Y el porqué de mi gemir.
Vendrán todos tus salvados
Redimidos del dolor,
Olvidada toda pena
Ante tamaño esplendor,
Cantando himnos de gloria,
Como cosecha preciosa
De tu soberano amor.
T. P. .
No trates de hacer mucho; que sea la calidad y no la cantidad, el deseo de tu corazón con respecto a tu servicio.
El gran secreto de toda bendición es que venga del Señor.... Que el Señor acerque de tal modo tu corazón a Sí mismo que salgas realmente de Su presencia cuando te dispongas a llevar a cabo cualquier servicio.
Puedes encontrar cristianos que piensan prácticamente más en sí mismos que en el Señor, buscando amor y consideración de los hombres, en vez de conferir al Señor el trabajo que realizan en su nombre. Siempre que un alma se hace a sí misma el objeto primordial de atenciones y afectos, el Señor se separa de ella.
Todo siervo conoce el pasado de nuestro Señor Jesucristo y muchos se interesan por el futuro, pero lo que importa realmente es conocerle en el presente.
Agradar a Dios es el servicio más alto. Este fue el servicio de Enoch, pues «sin fe es imposible agradar a Dios», ya que «el que a Dios se allega debe creer que lo hay y que es galardonador de los que diligentemente le buscan». Algunos parecen opinar que Dios es galardonador de los que diligentes trabajan por Él....; es, ciertamente, una señal agradable cuando los santos son celosos de buenas obras, pero yo creo que no hay nada tan a propósito para minar el alma como la satisfacción que viene del sentimiento de la propia utilidad.... Cuando habéis estado muy ocupados en el sentido activo, necesitáis ir al desierto a reposar un poco «con el Señor». El alma que no busca esto, ni lo encuentra en falta, es la que más lo necesita.
Todo servidor requiere, y lo recibe si lo espera, preparación para todo servicio futuro.... Cada servicio, grande o pequeño, se realiza con más o menos poder, según ha sido más o menos preparado por Dios.
Si yo pienso más acerca del asunto (de mis sermones) que en el poder de Cristo y no obtengo la unción que sólo puede ser adquirida en su presencia, la palabra no será efectiva, por más que sea la más grande verdad expresada del modo más perfecto.
Si no podemos vencer donde nosotros nos hallamos, no podríamos vencer en ningún lugar.
Que ninguno de nosotros esté satisfecho con cualquier cosa, sino con el Salvador triunfante. Entonces nuestro testimonio será más perfecto.
¿Qué fue lo que llamó la atención del hermano mayor del hijo pródigo cuando se aproximó a la casa del padre? Fue el sonido de la música que acompañaba las danzas. Y nosotros despertaríamos muchas almas si diéramos más la impresión de que hemos encontrado la más grande cosa que Dios puede dar, y lo expresáramos con verdadero gozo.
Un cristiano debería poder sacar todos los tesoros del Cielo mediante Aquel que le llena con toda la enseñanza divina: Si no está sacando riquezas de este modo del tesoro celestial no está viviendo a la altura de su posición.
J. B. S.
La obra de la fe
Maestro, a Tu palabra echaré la red.
(Lucas 5:5)
Utilízame, Señor, úsame a mí
Como, donde y cuando quieras,
Para Ti
Hasta que contemplar pueda tu faz,
Y gozar con los salvados
De tu paz.
«Y ellos se maravillaron del gran poder de Dios» (Lucas 9:43). Es humillante ver a los discípulos maravillados de este poder. No dice que se maravillarán del poder del mal, pero debían haber contado tanto en el poder de Jesús, que lo que debiera maravillarles es si tal poder no se ejerciera.
La fe del obrero es el medio de bendición para las almas.
(Lucas 10:38-42). Aunque Marta estaba haciendo preparativos para el Señor, lo que sin duda estaba bien, muestra, sin embargo, cuan apegada a sí misma se hallaba en este trabajo suyo, pues no quería llevar ella toda la carga.
¡Cuánta perseverancia hay de parte de Dios!, y nosotros somos llamados a andar con el mismo espíritu. Cuesta mucho actuar a pesar de todo y de todos, pero para nosotros el hacerlo así marca la presencia del poder divino en nuestras vidas, pues la gracia de Dios es invariable.
Cuando ninguna circunstancia te permita tener esperanza, ¿está tu esperanza en Él? Mi servicio será recompensado según haya sido producido por el Espíritu Santo respondiendo al deseo de Cristo de obrar en mí, pues es un servicio del cual no podría yo realizar un átomo sin Su poder.
Es nuestro deber afrontar cualquier clase de servicio con la paciencia y poder de Cristo.
Lo que más temo siempre, es que mi obra no sea sólida.
Deberíamos orar más por la obra del Espíritu Santo en nosotros, y desear ser llenos del Espíritu. Aunque tengamos corazones pequeños y pobres, lo importante es que puedan estar llenos de Él.
(Lucas 14:10). Cuando Dios da un cargo, siempre será lleno de poder y comunión con Él; pero cuando el hombre toma un cargo por sí mismo, será siempre con flaqueza y separación de Dios, porque el primordial objetivo será el propio egoísmo.
«Id vuestro camino: he aquí yo os envío como ovejas en medio de lobos.» Nosotros no podemos cambiar un cordero en lobo para que se defienda a sí mismo. Mi testimonio es mucho más brillante cuando yo tomo las cosas con calma y sumisión, no deseando ser un lobo entre lobos. Es extremadamente difícil para el propio corazón inclinarse y decir: «Pase lo que pase, yo no seré más que un cordero», pero este es nuestro lugar, pues el Señor dice: «Mía es la venganza.»
Juan declaró: «Nosotros se lo prohibimos, porque no nos sigue.» Esto revela toda la historia. Ellos estaban pensando en sí mismos, no en Cristo; en su propia importancia; y no en el honor de Él. Si hubiesen pensado más bien en Cristo y en su causa se hubieran alegrado de que su nombre fuera motivo de bendición en cualquier lugar y mediante cualquier persona.... pero no; ellos estaban mirándose a sí mismos, así como al asombroso crecimiento del partido mesiánico que atribuían a Cristo.... ¿Y no es también así con nosotros? Hallamos satisfacción en nuestro propio engrandecimiento, a la vez que en la causa de Cristo; en vez de buscar tan sólo el honor de Cristo.
J. N. D.
Los enviados
Como mi padre me envió, así yo os envío.
(Juan 20:21)
De la gloria, paz y gozo
Que encuentro en mi Salvador
Cuando busco aquí su rostro
Con amor,
El Hijo de Dios me envía
A proclamar su favor
En la noche oscura y triste
Del dolor;
A un mundo que necesita
Su gran amor conocer,
Y de su Santa palabra
Aprender.
Me envía a sitios oscuros,
Y me ordena embajador
Con las manos horadadas
Por su amor.
Debéis sentir una presente dependencia al predicar la Palabra del Señor. No hay poder en la Palabra a menos que la recibamos mientras estamos hablando. Lo que necesitáis es una conexión viva con el corazón de Dios, y entonces, lo que fluye del corazón de Dios a vuestro propio corazón, irá con poder a los corazones a los cuales habláis.
Mantenernos a nosotros mismos a disposición del Señor nos asegura puertas abiertas, pues Él siempre tiene trabajo para nosotros.
Somos dejados aquí para reflejar a Cristo. Si no hacemos esto no somos de ninguna utilidad para Él ni para el mundo.
La calificación para el servicio consiste en un conocimiento más profundo del corazón de Cristo.
Cuanto más honráis a Dios, manteniendo a vuestro yo humano en la sombra, más bendición tendréis en la obra.
El Espíritu Santo siempre está listo para obrar cuando nosotros exaltamos a Cristo, pues se nos dice: «Él me glorificará.»
El mayor peligro es la presentación de cualquier verdad aparte de Cristo.
¿Qué ocurre mañana con las flores que cortamos hoy? Se mustiarán. Así la verdad separada de Cristo se mustia y estropea.
Nada puede justificar una falta de ternura en la presentación de la verdad.
Tenemos que trabajar con fe; y en proporción a nuestra confianza en Dios será nuestra expectación de su bendición divina.
Yo supongo que nunca conoceremos de lleno el resultado de nuestro servicio hasta que aparezcamos ante el tribunal de Cristo, y entonces puede ser que lo que nosotros estimamos como de menor importancia, se mostrará como lo más rico en resultados.
Si vosotros sentís «yo puedo hacer esto o aquel servicio», no sois el vaso que Dios puede utilizar.
El Señor buscó siempre profundizar los ejercicios del alma, como en el caso de la mujer sirofenicia a la que rehusó su petición hasta que estuvo en estado de recibirla. Nosotros, en cambio, buscamos acortar la obra de profundización, como, por ejemplo, cuando intimamos a las almas a una inmediata decisión por Cristo, sin considerar si han sido traídas o no a este punto por la obra del Espíritu Santo.
Cuando hay pocas personas en una reunión, recordad que puede haber allí en realidad tanta bendición como con una gran multitud. Dios reunirá a aquellos a quienes se propone bendecir, y si recordamos esto mantendremos nuestros ojos fijos sobre Él, y esto es una condición de la bendición.
Si alguno de nosotros procura poder, o aceptación humana por medio de la cultura, el fervor o la elocuencia...., corremos enseguida el riesgo de salimos del terreno de la dependencia en el poder del Espíritu Santo, porque estamos llamando en nuestra ayuda lo que procede del hombre y sus habilidades naturales.
Un predicador nunca debería estar ansioso por los resultados, pues esto es asunto de Dios. El obrero sólo tiene que preocuparse de tres cosas: Primera, del estado de su propia alma; segunda, de estar en plena comunión con la mente divina y con la de las personas con quienes está hablando, y tercera, fidelidad a las verdades reveladas al dar su mensaje.
E. D.