2 Crónicas 33

2 Chronicles 34‑35
 
Las lecciones de Manasés y Amón
Manasés, su hijo, que se entregó a la iniquidad a pesar de las advertencias de los profetas, trajo desolación y ruina sobre sí mismo y después sobre Israel. Culpable de pecados que Dios no podía olvidar, su arrepentimiento personal en su cautiverio le procuró restauración personal y paz a través de la misericordia de Dios; y después de su regreso a Jerusalén actuó fielmente y estaba celoso de la gloria de Dios; porque el tiempo del juicio de Judá aún no había llegado. Su hijo Amón lo siguió en su iniquidad, pero no en su arrepentimiento, y muere a manos de sus propios siervos.