Distinciones En Ofensas Y En La Disciplina

 •  4 min. read  •  grade level: 13
Listen from:
Es importante notar las distinciones en ofensas porque frecuentemente entre las asambleas se usan escrituras no aplicables en ciertos casos de disciplina.
El apóstol Santiago nos dice que «todos ofendemos muchas veces» (3:2). Mas Pablo nos dice, «no seáis tropiezo» (1a Cor. 10:32). Vea Mateo 17:27; Hechos 24:16; Rom. 14:21; 221It is good neither to eat flesh, nor to drink wine, nor any thing whereby thy brother stumbleth, or is offended, or is made weak. (Romans 14:21)a Cor. 6:3. Al otro lado no debemos «hallar tropiezo en otro» (Mateo 11:6; Salmo 119:165).
1. Tal vez la forma más moderada de ofensa nos es dada para entender en Ef. 4:2, «con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor». Por el amor no se tome en cuenta las cosas pequeñas.
2. Más en el versículo 32 del mismo capítulo la benignidad en «perdonaros unos a otros» es aún más. Vea Mateo 18:21-35; Marcos 11:25,26.
3. Col. 3:1313Forbearing one another, and forgiving one another, if any man have a quarrel against any: even as Christ forgave you, so also do ye. (Colossians 3:13) habla de las dos cosas arriba mencionadas, más se añade «si alguno tuviere queja contra otro». Esto es algo en particular en contra, pero todavía no es contender, ni menos es odiar.
4. «Amonestéis a los que andan desordenadamente» (1a Tes. 5:14).
5. «Si alguno fuere tomado en alguna falta» (Gál. 6:1). Utilizándo la gracia los creyentes, desconfiando de su propia sabiduría, han de trabajar humildemente con la dirección del Espíritu Santo para restaurar la persona al estado correcto. El amor es fiel.
6. Cuando «tu hermano peca contra ti» (Mat. 18: 15-17), la gracia nos enseña a ganar al hermano por medio de irse con él y «reprenderle». Si fuere necesario, lleve uno o dos hermanos. «Mas si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia, y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano», ésto es como si fuese afuera. De ahí deja el asunto para el tribunal de Cristo, mientras tanto no permitas amargura en el corazón.
7. Peor aún es el caso del ofensor en Mateo 5:23-24. Él debe ir primero a reconciliarse con su hermano. Esto es para él, de mayor importancia. Pero que triste es cuando uno es implacable, con soberbia preservandose en resentimiento y en rechazar la reconciliación. En tal caso con sabiduría no se debe mostrarle el perdón hasta que se arrepienta (Lucas 17:3). La raíz de la maldad, si no fuera juzgado, brotará de nuevo. La verdadera gracia no debe ser desechada por una paz falsa. (Jer. 6:1414They have healed also the hurt of the daughter of my people slightly, saying, Peace, peace; when there is no peace. (Jeremiah 6:14); Oseas 5:15). Este fue el error del rey David con Absalón (2a Sam. 14:33).
8. En 2a Tes. 3:11-15 los santos son ordenados por San Pablo, «no os juntéis» con el hermano que no quiere trabajar, «para que se avergüence». Véase Tito 3:14.
9. Es más grave el caso de Romanos 16: 17. Los santos deben apartarse de aquellos «que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina», haciendo la obra del enemigo para «dispersar las ovejas» (Juan 10:12) en contra de la «unidad del Espíritu» (Ef. 4:3) «para arrastrar tras sí a los discípulos» (Hechos 20:30).
10. De nuevo en Tito 3:10,11 el divisionista, que es llamado «hombre hereje» (ver. 1909), «después de una y otra amonestación» debemos «desecharlo» dejándolo así condenado por sí mismo. «Herejías» («sectas de opiniones» ver. J.N.D.) son en la lista de «las obras de la carne» (Gál. 5:20).
11. «Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina», es uno que destruye las verdades fundamentales acerca de la persona de Cristo, y no debería ser recibido en casa ni saludado con «¡bienvenida!, porque el que le dice: ¡bienvenido! participa en sus malas obras» (2a Juan 10-11).
12. Para «los que persisten en pecar» (1a Tim. 5:20) una reprensión pública es aplicable. Tales necesitan ser avergonzados «para que los demás también teman». Pablo le dio a Pedro una reprensión delante de los demás (Gál. 2:11-14). El apóstol Juan también dijo lo mismo de Diótrefes (3a Juan 9,10).
13. En 1a Cor. 5 vemos como el malvado debe ser quitado por la asamblea. Los hermanos no deberían «juntarse con él» «ni aun comer» con el tal, porque la santidad conviene a la presencia del Señor y a Su asamblea. Levítico 13 y 14 contienen los principios para discernir y actuar referente a la lepra como pecado en su obra contaminadora. Piadoso cuidado en el Espíritu es necesario para evitar una acción a la ligera como la indiferencia. Y conviene sensibilidad hacia la vergüenza y que tomemos el pecado como nuestro propio (Lev. 6:26; 226The priest that offereth it for sin shall eat it: in the holy place shall it be eaten, in the court of the tabernacle of the congregation. (Leviticus 6:26)a Cor. 7:11). El motivo nunca debe ser fríamente él de librarse del tal, mas sólo como el último recurso para la gloria del Señor y el bienestar de su alma, y con una visión siempre para su restauración después de que fuere quebrantado (2a Cor. 2:5-11). Mientras tanto se debe evitar tratarle como hermano.
14. En 2a Tim. 2, donde las congregaciones deshonran al Señor como un principio establecido, les es exigido a los fieles «apartarse», limpiarse de estas cosas, y juntarse «con los que de corazón limpio invocan al Señor». Este es el único camino divino para ser «instrumento para honra» y tener la «aprobación» de Dios (1a Cor. 11:19).