2 Crónicas 10-12

2 Chronicles 10‑12
 
La locura y el arrepentimiento de Roboam
Pero pronto el panorama cambia.
Las faltas de Salomón no están relacionadas aquí por razones que ya hemos señalado; pero la historia de Roboam nos muestra la caída inmediata del poder real que Dios había establecido. La locura del rey lo ocasionó, pero fue solo el cumplimiento de la palabra del Señor por Ahijah.
La guerra que Roboam comenzó contra las tribus sublevadas fue impedida. Roboam se somete a la prohibición del hombre de Dios. Él es bendecido y se fortalece en Judá. Los levitas reparan a Jerusalén, así como un gran número de fieles, que no abandonaron la verdadera adoración de Jehová para inclinarse ante los becerros de oro, a los que se había unido Su nombre. Así Judá se fortaleció; porque, durante tres años, el rey anduvo por los caminos de David y Salomón. Pero pronto abandonó la ley de Jehová, y, seguro contra el Israel rebelde, es castigado por enemigos inesperados, y todas las riquezas acumuladas por Salomón caen en sus manos. Sin embargo, se humilló a sí mismo, y la ira de Jehová se apartó de él.