Primera epístola de Juan

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UN VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
"El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida." 1 Juan 5:12
Esta primera epístola nos da la manifestación de la vida eterna por Cristo, y la comunicación de esta vida por Él al hombre.
Así la comunicación entre Dios y el hombre resulta una realidad.
La epístola fue escrita después de las epístolas de Pedro y de Pablo. Moralmente, lo que escribe Juan revela que el testimonio de la iglesia profesante había fracasado, y que "el último tiempo" había llegado (véase 1 Juan 2:18).
Las tres epístolas de Juan ocupan el tiempo entre el evangelio de Juan y el libro de la Revelación, o Apocalipsis. Al fin del primer siglo del testimonio de la iglesia profesante, apareció el error de que Cristo no tenía un cuerpo actualmente, y esta epístola lo condena terminantemente.
La verdad principal de esta epístola es que la vida eterna vino del Padre, en la Persona de Cristo; fue manifestada para que el gozo de los creyentes en Él sea cumplido. El apóstol pone énfasis en la verdad que sepan ellos que tienen vida eterna. La sangre preciosa de Cristo es la base de todo esto.
En el capítulo 2, se pone en claro si tenemos comunión verdadera con el Señor Jesús o no. Las pruebas son:
Si guardamos Su Palabra. Véase v. 5.
Si andamos como Él anduvo. v. 6.
Si amamos a nuestros hermanos. v.10.
Si no amamos al mundo. v.15.
El capítulo 3 nos da el resultado de ser nacidos de Dios, con el discernimiento espiritual entre lo que es del Señor, y lo que no es de Él.
El capítulo 4 nos da el discernimiento de espíritu, porque muchos falsos profetas han salido en el mundo. "Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios" (vv. 2,3)
El capítulo 5 nos enseña que la persona nacida de Dios vence al mundo. La gloria de la Persona de Cristo eclipsa toda la atracción del mundo. El Espíritu de Dios guía a los creyentes al conocimiento de Su Hijo, y a diferenciar entre lo que es de Dios y lo que es del mundo puesto en poder del diablo.
UN PENSAMIENTO PARA LA JUVENTUD
1 Juan 2:14
"Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno." Una noche después de la predicación del evangelio había un grupo mayormente de jóvenes reunidos con el propósito de cantar himnos y tal vez escuchar más de la Palabra de Dios. La gran mayoría de los otros ya se habían ido a la cama. Dos hermanos que tenían tal vez entre 40 y 50 años estaban atrás y el uno dijo al otro, ¡Qué energía potencial para usarla para el Señor! Nunca en tu vida vas a tener energía como en tu juventud para hacer la obra del Señor. Es probable que necesites dormir menos y puedes pasar más tiempo estudiando la Biblia, meditando y orando. Tienes mucha energía física que puedes usar para llegar a lugares más aislados con el evangelio. No tienes la responsabilidad de una familia, que tal vez, te da más tiempo para visitar. No gastes la fuerza de tu juventud en lo que no conviene sino utilízala para el Señor. La clave para la buena aplicación de las fuerzas en la juventud es que la Palabra de Dios permanece en nosotros porque estamos continuamente alimentándonos en ella. Si nuestro tiempo está ocupado en lo bueno, no vamos a tener mucho tiempo para las cosas del maligno. Si no ocupamos nuestro tiempo en lo bueno, el maligno va a llenarlo con sus tentaciones y pecados.