Nehemías 2-3: Edificando el muro

Nehemiah 2‑3
En estos versículos vemos que servimos a un Dios santo y sin mancha, pues todo lo que Él hace es puro. La luz pone al descubierto todo lo que está alrededor; así también, la luz moral de Dios muestra de manera perfecta si hay algo impuro en nuestro camino. En Él no hay ni una sombra de tinieblas o de impureza y a nosotros nos pide lo mismo. Pide que hagamos todo así como Él lo haría; puesto que nos ha llamado para mostrar sus virtudes de luz al mundo. No quiere ver en nosotros el pecado. En la historia de Nehemías vemos a alguien que se preocupó por la necesidad de la santidad del pueblo de Dios. Veamos cómo lo hizo.
En Nehemías 2:1313And I went out by night by the gate of the valley, even before the dragon well, and to the dung port, and viewed the walls of Jerusalem, which were broken down, and the gates thereof were consumed with fire. (Nehemiah 2:13) leemos estas palabras que él dijo: “Y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas que estaban consumidas por el fuego”. En esta época, los muros protegían al pueblo de los ataques del enemigo. Los enemigos no podían ingresar a la ciudad fácilmente cuando los muros eran altos y gruesos. ¿Y para qué las puertas? Para dejar ingresar a los amigos. Espiritualmente, también necesitamos muros y puertas. Los muros dejan a nuestro enemigo el diablo afuera. Siempre quiere ingresar y molestar al pueblo de Dios y a veces quiere que nos mezclemos con sus siervos. Todo el tiempo trata de estorbar la obra de Dios y la adoración dirigida al digno Señor Jesucristo. Es importante que le mantengamos fuera, con todas sus armas y que no consintamos al mundo: el sistema de placeres sin lugar para Dios. Dios quiere que revisemos cuidadosamente nuestras vidas a fin de que no permitamos que el enemigo entre y contamine. ¿Hay algo en nuestras vidas que está permitiendo que Satanás entre para estorbar al pueblo de Dios?
Nehemías se esforzó en edificar el muro y las puertas. En el capítulo 2, verso 17 dijo: “Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro...”. Nosotros también debemos animar a nuestros hermanos en la misma forma. ¿Y qué tipo de resultados obtuvo Nehemías? Pues en el capítulo 3 leemos que muchos trabajaron en la obra para reedificar el muro de Jerusalén. Por ejemplo en el verso 20 dice: “Baruc... con todo fervor restauró otro tramo”. Es importante que hagamos la obra con “todo fervor”; puesto que demuestra un alma que toma en cuenta lo que es digno del Señor. Si estamos ocupados con su santidad vamos a ser diligentes en cumplir con nuestra responsabilidad de la santidad práctica en nuestras vidas. Otros trabajaron muy cerca de sus propias casas: “Después de ellos restauraron Benjamín y Hasub, frente a su casa” (Nehemías 3:2323After him repaired Benjamin and Hashub over against their house. After him repaired Azariah the son of Maaseiah the son of Ananiah by his house. (Nehemiah 3:23)). Es muy importante trabajar diligentemente en nuestros hogares para mantener un ambiente libre de las incursiones de nuestros enemigos espirituales. Imagínate una parte muy pequeña del muro alrededor de todo el pueblo que no esté reparada. ¿De qué sirve el resto del muro si el enemigo tiene un punto de ataque? Por lo tanto, debemos edificar el muro de separación de la iniquidad que está dentro de nuestra propia esfera con diligencia.