En este siguiente conjunto de capítulos, Marcos nos ofrece una breve relación de las actividades del Señor en algunos lugares recónditos del país. Hay incidentes y milagros registrados en estos capítulos que no se encuentran en los otros Evangelios, lo que hace que esta parte del Evangelio de Marcos sea única.
Las regiones de Tiro y de Sidón
Capítulo 7:24-30.— Comienza con un incidente que tuvo lugar en “los términos de Tiro y de Sidón”. Allí llegó una “mujer” que era “Griega” (gentil), “Sirofenisa de nación”, la cual tenía una hija que estaba poseída por un demonio (versículo 25). Ella rogaba encarecidamente al Señor que “echase fuera de su hija al demonio” (versículo 26). En su ignorancia, se acercó a Él clamando misericordia como si fuera una israelita privilegiada. Puesto que el propósito de la misión del Señor era Israel, “hacer que Jacob vuelva” a Dios (Isaías 49:5,5And now, saith the Lord that formed me from the womb to be his servant, to bring Jacob again to him, Though Israel be not gathered, yet shall I be glorious in the eyes of the Lord, and my God shall be my strength. (Isaiah 49:5) LBLA; Romanos 15:88Now I say that Jesus Christ was a minister of the circumcision for the truth of God, to confirm the promises made unto the fathers: (Romans 15:8)), Él le dijo: “Deja que primero los hijos se sacien, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos” (versículo 27, LBLA). No se debía privar a los hijos para que los perrillos (los gentiles) pudieran tener bendición. Ella respondió con una muestra de increíble fe y humildad, diciendo: “Sí, Señor; pero aun los perrillos debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos” (versículo 28). Con sincera humildad, reconoció que los gentiles como ella eran realmente perrillos —es decir, impuros y fuera del ámbito de los tratos privilegiados de Dios con Israel—. Pero, aun así, sabía que Dios es un Dios de misericordia y, como tal, tendría misericordia de todas Sus criaturas, incluidos los gentiles. Por lo tanto, invocándole como “Señor”, apeló a Él sobre la base de una pobre y necesitada gentil. Al colocarse sobre esa base, no podía ser rechazada, porque la Escritura declara: “Porque no hay diferencia de Judío y de Griego: porque el mismo que es Señor de todos, rico es para con todos los que le invocan: Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:12-1312For there is no difference between the Jew and the Greek: for the same Lord over all is rich unto all that call upon him. 13For whosoever shall call upon the name of the Lord shall be saved. (Romans 10:12‑13)). La expresión “todo aquel que” va más allá de Israel e incluye a los gentiles.
El Señor le dijo: “Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija” (versículo 29). En aquel mismo momento, ¡la hija de la mujer quedó curada! Marcos dice que, cuando llegó a casa, la niña estaba “acostada en la cama” y perfectamente sana (versículo 30, LBLA). A diferencia de la curación de la suegra de Pedro, que se levantó inmediatamente y comenzó a servir a los que estaban en la casa (capítulo 1:31), esta niña estaba agotada por la terrible experiencia y ahora descansaba. Al igual que la hija de Jairo, que necesitaba cierta atención después de revivir (capítulo 5:43), esta muchacha también necesitaba que se le ministrase —lo cual concuerda con el tema de Marcos en cuanto al servicio.
Este incidente muestra que aquellos de entre los gentiles que invocan al Señor con fe son bendecidos con la salvación de sus almas. Este incidente nos enseña que los gentiles no necesitan convertirse en judíos para salvarse y ser bendecidos por Dios; ellos pueden invocar al Señor como gentiles y ser salvos.
Las costas de Decápolis
Capítulo 7:31-37.— El Señor, “habiendo dejado” las regiones de Tiro y de Sidón, fue por el mar de Galilea a “las costas de Decápolis”, una zona al este del mar (versículo 31, traducción J. N. Darby). Decápolis es una región con diez ciudades (“Deca” significa diez). Allí, el Señor se encontró con un hombre que era “sordo” y “tartamudo”.
De inmediato se puso a trabajar en el hombre, realizando siete acciones distintas para la sanidad tanto de su sordera como de su impedimento del habla. Podríamos preguntarnos por qué el Señor siguió tal procedimiento para sanar al hombre, cuando en otras ocasiones simplemente decía la palabra o tocaba a la persona que curaba. No cabe duda de que estas acciones, si se interpretan correctamente, tenían la intención de instruir a los apóstoles en su propio servicio. Eran acciones simbólicas que ilustran las diversas cosas que ocurren en la salvación del alma de una persona. Las siete acciones son:
• “Tomándole aparte de la gente”: Esto muestra la importancia de apartar a una persona de las voces y de la conmoción de la opinión pública. Tales cosas sólo obstaculizan la obra de Dios en las almas. Apartar a una persona de esta manera la dejaría sola en la presencia del Señor.
• “Metió Sus dedos en las orejas de él”: Esto significa que el Señor efectúa una obra interna en el alma de una persona (a través del nuevo nacimiento/vivificación) por medio de la cual es capaz de recibir comunicación divina.
• “Escupió”: Esto suele indicar desdén (Deuteronomio 25:99Then shall his brother's wife come unto him in the presence of the elders, and loose his shoe from off his foot, and spit in his face, and shall answer and say, So shall it be done unto that man that will not build up his brother's house. (Deuteronomy 25:9); Mateo 26:67; 27:30,67Then did they spit in his face, and buffeted him; and others smote him with the palms of their hands, (Matthew 26:67)
30And they spit upon him, and took the reed, and smote him on the head. (Matthew 27:30) etc.), y en este caso, es el desdén del Señor hacia el pecado. Cuando una persona llega a estar de acuerdo con lo que Dios piensa respecto al pecado, se arrepentirá de inmediato de toda relación con éste.
• “Tocó su lengua”: Esto se refiere a la habilidad de la persona para agradecer y alabar a Dios audiblemente, la respuesta normal de alguien que ha sido tocado por Dios.
• “Miró al cielo”: Esto muestra que toda obra con los pecadores debe hacerse en dependencia de Dios en el cielo.
• “Gimió”: Esto representa la simpatía divina que entra en la condición crítica de la persona.
• “Dijo: Ephphatha”, es decir, “Sé abierto”: Esto significa liberación y salvación.
El gran resultado fue que al hombre le “fueron abiertos sus oídos, y fué desatada la ligadura de su lengua, y hablaba bien” (versículo 35). Las personas estaban “en gran manera maravilladas”, pero tristemente, no se dice que alguno tuviera fe para recibirlo. De acuerdo con el carácter humilde del Señor como Siervo humilde, “les mandó que no lo dijesen á nadie”, pero la gente “tanto más y más lo divulgaba”. Ellos reconocieron lo que Él hizo, diciendo: “Todo lo ha hecho bien”, pero no estaban dispuestos a obedecer Su palabra (versículos 36-37).
La alimentación de los cuatro mil en un lugar desierto
Capítulo 8:1-9.— Estando todavía en Decápolis, “en un lugar desierto”, el Señor tuvo compasión de la multitud, pues habían permanecido con Él “tres días”, y ahora estaban sin alimento, no teniendo “qué comer” (versículo 2, traducción J. N. Darby). El Señor puso al tanto de ello a los discípulos, pues parecían no darse cuenta. Ellos le respondieron cuestionando cómo podría solucionarse eso, a lo que el Señor preguntó: “¿Cuántos panes tenéis?”. Ellos dijeron: “Siete”. Después de hacer sentar a la gente, el Señor tomó los panes, dio gracias, los partió y se los dio a Sus discípulos, quienes los distribuyeron entre la multitud (versículo 6). Hizo lo mismo con unos pececillos que tenían allí (versículo 7). Todos comieron y se saciaron, ¡e incluso les sobró “siete espuertas” llenas! Se trataba de cestas mucho más grandes que las cestas de mano mencionadas en la alimentación de los cinco mil en el capítulo 6.
Marcos dice que la cantidad de personas que comieron era como de “cuatro mil” hombres, pero Mateo afirma que no se incluyó a las mujeres ni a los niños (Mateo 15:3838And they that did eat were four thousand men, beside women and children. (Matthew 15:38)). De nuevo, como en la alimentación de los cinco mil, no se menciona que la gente creyera y alabara a Dios; no parece que estuvieran convencidos.
La región de Dalmanuta
Capítulo 8:10-21.— El Señor se embarcó inmediatamente con Sus discípulos rumbo a “la región de Dalmanuta”, en la orilla occidental del mar de Galilea. Al llegar, se encontraron con más incredulidad. Los fariseos salieron y pidieron que les diera una “señal del cielo” que demostrara su condición de Mesías, pero sus motivos eran perversos. Marcos dice que estaban “tentándole” (versículo 11). El Señor “gimiendo [profundamente]” ante la dureza de sus corazones dijo que no se daría señal a esa generación incrédula porque sus motivos eran malos (versículo 12, LBLA). Por lo tanto, “dejándolos, volvió á entrar en el barco, y se fué de la otra parte” (versículo 13). Así, regresaron a la orilla oriental del mar de Galilea, de donde acababan de venir.
Los discípulos se habían olvidado de tomar pan, contando con “un pan” solamente (versículo 14), y sabiendo esto, el Señor aprovechó la situación para enseñarles una lección espiritual. Les dijo: “Mirad, guardaos de la levadura de los Fariseos, y de la levadura de Herodes” (versículo 15). Esto, por supuesto, es una referencia a los malos caminos de esas sectas, porque en toda la Escritura la levadura es una representación figurativa del mal. Hay seis de estas levaduras en el Nuevo Testamento:
Estos son peligros muy serios de los que todo siervo debe guardarse, pues cualquiera de estas cosas puede alejar a una persona de Dios.
Los discípulos pensaron que el Señor estaba hablando de pan literal y se confundieron. Supusieron que se refería al único pan que tenían (versículo 16), pero en realidad se refería a asuntos espirituales que eran de mucha mayor importancia. Si se tratara de una mera necesidad de tener pan literal, deberían haber aprendido a partir de la alimentación de los “cinco mil” y los “cuatro mil” que Él podía suplir fácilmente sus necesidades corporales. Los reprendió por no tener fe para confiar en que Él cuidaría de ellos en cuanto a sus necesidades temporales. Ellos se centraban en la comida para el cuerpo, pero Él estaba más interesado por la comida para el alma, y el peligro de imbuirse de las malas enseñanzas de los fariseos, etc. (versículos 17-21).
Cuando el Señor les preguntó cuántos cestos de fragmentos quedaban en cada caso, dieron la respuesta correcta, pero de alguna manera, lo que había sucedido no había penetrado en sus almas. Esto demuestra que existe el peligro de comprender intelectualmente las cosas divinas, pero no lograr que toquen el corazón. Estemos advertidos. El Señor habló de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes, porque ellos trataban los actos divinos de una manera puramente académica, y ése precisamente es el ambiente ideal de la hipocresía —la falta de los fariseos—. Y, tener la mente puesta en las cosas materiales, pensando sólo en el pan literal, puede llevar a la mundanalidad —que es lo que caracterizaba a los herodianos.
Betsaida
Capítulo 8:22-26.— El Señor y Sus discípulos navegaron luego hasta “Betsaida” (LBLA), una ciudad de pescadores situada en la orilla noreste del mar de Galilea. Pedro, Andrés y Felipe eran nativos de esta ciudad (Juan 1:4444Now Philip was of Bethsaida, the city of Andrew and Peter. (John 1:44)). Aquí, la gente trajo al Señor un “ciego” y le rogaron que lo “tocase”. Otra vez, como en el caso del hombre sordomudo en Decápolis, el Señor llevó a cabo una serie de acciones al sanarlo. Estas cosas ilustran verdades espirituales conectadas con un alma que pasa de muerte a vida, y Dios quiere que cada siervo esté consciente de que Él realiza estas cosas al obrar en los hombres. Por supuesto, el Señor podía haber sanado al hombre sin tocarlo; sin embargo, llevó a cabo estas acciones simbólicas con el fin de ilustrar ciertas verdades espirituales. Hubo siete acciones distintas:
• “Tomando (al ciego) ... le sacó fuera de la aldea”: Esto indica que hay que alejar a la persona de las voces y del bullicio de la opinión pública; tales cosas solo obstaculizan la obra de Dios en las almas.
• “Escupiendo en sus ojos”: Esto era un recordatorio de que la condición de ceguera espiritual del hombre es consecuencia de la enfermedad del pecado que aqueja a la raza humana.
• Luego, “poniéndole las manos encima”: Al hacer esto, demostraba Su genuino interés por el hombre.
• “Le preguntó si veía algo. Y él mirando, dijo: Veo los hombres, pues veo que andan como árboles”: Ver es el resultado directo del nuevo nacimiento (Juan 3:33Jesus answered and said unto him, Verily, verily, I say unto thee, Except a man be born again, he cannot see the kingdom of God. (John 3:3)).
• “Le puso otra vez las manos sobre sus ojos”: Esto se hizo para ayudarlo a enfocarse.
• “Le hizo que mirase; y fué restablecido, y vió de lejos y claramente á todos”: Con esto se completó la obra, simbolizando así que la persona ha sido salvada y sellada con el Espíritu.
• “Envióle á su casa”: Esto muestra que el Señor tenía una obra para él. Su testimonio acerca del Señor iba a comenzar en su propia casa.
La obra del Señor con este hombre tuvo dos etapas. Por un lado, el primer toque del Señor, el cual ilustra la acción divina de la vivificación espiritual (Efesios 2:1,51And you hath he quickened, who were dead in trespasses and sins; (Ephesians 2:1)
5Even when we were dead in sins, hath quickened us together with Christ, (by grace ye are saved;) (Ephesians 2:5); Colosenses 2:1313And you, being dead in your sins and the uncircumcision of your flesh, hath he quickened together with him, having forgiven you all trespasses; (Colossians 2:13)), y por otro, el segundo toque del Señor, que ilustra la posesión de la morada del Espíritu en el interior de una persona cuando esta es salvada (2 Corintios 1:21-2221Now he which stablisheth us with you in Christ, and hath anointed us, is God; 22Who hath also sealed us, and given the earnest of the Spirit in our hearts. (2 Corinthians 1:21‑22); Efesios 1:13; 4:3013In whom ye also trusted, after that ye heard the word of truth, the gospel of your salvation: in whom also after that ye believed, ye were sealed with that holy Spirit of promise, (Ephesians 1:13)
30And grieve not the holy Spirit of God, whereby ye are sealed unto the day of redemption. (Ephesians 4:30); 1 Tesalonicenses 4:88He therefore that despiseth, despiseth not man, but God, who hath also given unto us his holy Spirit. (1 Thessalonians 4:8)). La primera es el comienzo de la obra de Dios en las almas, y la segunda es la culminación de esa obra. Todos los que trabajan con almas en la obra de evangelización necesitan comprender esto. W. Potter enfatizaba esto, diciendo: “‘ni sabes de dónde viene, ni á dónde vaya’, se refiere a las operaciones del Espíritu de Dios, no a la salvación. Se refiere a nacer de nuevo; ‘así es todo aquel que es nacido del Espíritu’. Debemos mantener las verdades bíblicas en su contexto bíblico; cuando habla de nacer de nuevo, no está hablando de la salvación. Ahí es donde entramos en tal confusión” (Gathering Up the Fragments [Recogiendo los pedazos], página 226). W. Kelly dijo: “No debemos confundir, como hacen los predicadores y maestros populares, la recepción de vida con la salvación ... Por lo tanto, es un gran error hablar de ‘salvación instantánea’, ‘liberación en el acto’, o cualquier otra de las frases comunes de avivamiento superficial que ignoran la Palabra de Dios y surgen por confundir vida con salvación” (An Exposition of the Acts [Exposición de los Hechos], páginas 131-132).
Esta doble acción ilustra también una maduración espiritual en los creyentes. Así, después del toque inicial del Señor, se le abrieron los ojos al hombre y pudo ver, pero tenía las cosas muy desenfocadas. Él veía a “los hombres ... como árboles que caminan” (versículo 24, LBLA). Esto ilustra aquel estado que a menudo se encuentra en los recién convertidos: ellos ven a los hombres espirituales y dotados como gigantes. Al tener un sentido exaltado de la grandeza del hombre, miran a tales personas con adoración, pensando que ellos ya no pueden hacer nada malo. Al recibir un segundo toque del Señor, el convertido progresa espiritualmente y adquiere una perspectiva adecuada de lo que es el hombre, viendo “claramente á todos” (versículo 25). El profeta Isaías mostraba cómo preservar en su debida perspectiva aquello que es el hombre, al decir: “Dejaos del hombre, cuyo hálito está en su nariz” (Isaías 2:2222Cease ye from man, whose breath is in his nostrils: for wherein is he to be accounted of? (Isaiah 2:22); Salmo 39:5; 118:85Behold, thou hast made my days as an handbreadth; and mine age is as nothing before thee: verily every man at his best state is altogether vanity. Selah. (Psalm 39:5)
8It is better to trust in the Lord than to put confidence in man. (Psalm 118:8)).
Las aldeas de Cesarea de Filipo
Capítulo 8:27-38.— El Señor llevó a Su compañía de discípulos hacia el norte, a “Cesarea de Filipo”, y allí les pidió que le informasen sobre el estado general de la nación en relación con Su carácter de Mesías. Les preguntó: “¿Quién dicen los hombres que soy Yo?” (versículo 27). En otras palabras, “¿Qué respuesta habéis recibido de la gente acerca de quién soy Yo?”. Las respuestas de los discípulos mostraron que la gente estaba muy equivocada. La nación se encontraba evidentemente en una niebla de ceguera espiritual a causa de incredulidad (versículo 28). El Señor entonces preguntó a los discípulos qué cosas habían estado diciendo ellos acerca de Él en su predicación, y Pedro respondió: Que “Tú eres el Cristo” (versículo 29). Así pues, ellos habían estado predicando el mensaje correcto; no obstante, la gente simplemente no lo entendía. Ante este resultado, el Señor les “advirtió severamente” que cesaran y desistieran de anunciarlo como el Mesías, pues era evidente que la nación lo rechazaba (versículo 30, LBLA).
A partir de ese momento, “comenzó á enseñarles” que Él iba a ir a la cruz, y que a través de la muerte y resurrección regresaría a Su Padre en el cielo (versículo 31). Por lo tanto, el ofrecimiento que hizo el Señor a la nación de establecer el reino en ese momento había terminado, porque ellos le habían rechazado. Pedro no entendía para nada lo que el Señor estaba diciendo y ¡le comenzó a “reprender” por decir semejante cosa! Él y los demás apóstoles estaban pensando en el establecimiento público del reino, y este anuncio del Señor no encajaba en absoluto con sus ideales. En respuesta a esto, el Señor miró a los discípulos y “reprendió” a Pedro, diciendo: “¡Quítate de delante de Mí, Satanás!, porque no tienes en mente las cosas de Dios, sino las de los hombres” (versículo 33, LBLA). Pedro acababa de hablar bien del Señor, pero aquí cambia y habla inapropiadamente, lo que le acarreó una reprensión de parte del Señor. Esto demuestra lo rápido que podemos salirnos de la comunión con la mente divina de Dios. Pedro pensaba sólo en lo que le convenía a él y no consideraba lo que era para la gloria de Dios. Si el Señor hubiera hecho lo que Pedro quería, y no hubiera ido a la cruz, ¡no tendríamos Salvador! El Señor identificó quién estaba realmente detrás de la declaración de Pedro: no era otro que el mismo Satanás. Pedro no lo sabía, pero en realidad estaba haciendo la obra de Satanás al tratar de apartar al Señor de la senda de la obediencia.
El discipulado durante el tiempo de ausencia del Señor
Capítulo 8:34-38.— Esto hizo que el Señor pronunciara unas breves palabras sobre los términos y condiciones del discipulado durante el tiempo de Su ausencia. Él dijo: “Cualquiera que quisiere venir en pos de Mí, niéguese á sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (versículo 34). En primer lugar, el discipulado no es un mandato. Aparte de los apóstoles que tenían un llamado especial, el Señor nunca le ordenó a nadie que fuera Su discípulo. Si alguien elige ser Su discípulo, lo hace por su propia voluntad.
Ser discípulo del Señor exige la negación de uno mismo. Esto significa que el discípulo debe estar preparado para dejar a un lado todas y cada una de sus metas y ambiciones personales para dar a Cristo y a Sus intereses la prioridad en su vida. Esto sólo se puede hacer mediante la entrega total a Cristo como Señor —como dijo un predicador del sur de Estados Unidos: “¡Si no es Señor de todo, no es Señor en absoluto!”.
Luego está también el tomar nuestra cruz y llevarla. Esto significa aceptar el rechazo y soportarlo por causa del Señor, lo que muestra claramente que estamos siguiendo a un Salvador rechazado y, por lo tanto, sufrir persecución será inevitable. La cruz es lo que este mundo, en su odio, le dio al Señor, y puesto que el discípulo está identificado con el Señor, debe esperar enfrentarse al mismo abuso que el Señor recibió, y en ese sentido, el discípulo lleva su propia cruz.
Aunque el Señor no coacciona a la gente para que le siga, Él dio a la multitud algunas motivaciones que, si se tomaran en serio, harían que todo creyente sobrio le siguiera en la senda del discipulado. Él dijo: “Porque el que quisiere salvar su vida, la perderá; y el que perdiere su vida por causa de Mí y del evangelio, la salvará” (versículo 35). Es decir, si escogemos retener nuestras vidas para nuestros propios propósitos y placeres egoístas, saldremos perdiendo en el sentido de no tener comunión espiritual con el Señor, pues no podemos disfrutar de comunión con el mundo y con Dios al mismo tiempo (1 Juan 2:1515Love not the world, neither the things that are in the world. If any man love the world, the love of the Father is not in him. (1 John 2:15)). Por el contrario, si optamos por perder la vida en el sentido de renunciar a las ventajas actuales de vivir cómodamente en este mundo, y empleamos nuestro tiempo y energía en promover la causa de Cristo, entonces descubriremos el verdadero sentido de la vida en comunión con Dios. Esto se debe a que hay cierto gozo en seguir a un Cristo rechazado en la senda de fe que solo conocen aquellos que andan por ella.
El Señor razonó con la gente respecto a la pobre lógica de vivir sólo para este tiempo presente. Él dijo: “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si granjeare todo el mundo, y pierde su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” (versículos 36-37). Aunque un creyente pudiera amasar todas las riquezas del mundo durante su vida, ¿qué bien le harían? Habrá perdido la oportunidad de utilizar su vida para la gloria de Dios, y las cosas que él ha amasado ¡no se las puede llevar consigo a la otra vida! ¡Tendrá que dejarlo todo cuando se vaya de este mundo! El versículo 38 concluye el tema del discipulado con un mensaje del Señor dirigido a los temerosos. Él muestra que sería mucho mejor para una persona soportar la vergüenza y el desprecio de este presente siglo malo que perder la alabanza y recompensa del Señor en el día venidero (Mateo 25:21,2321His lord said unto him, Well done, thou good and faithful servant: thou hast been faithful over a few things, I will make thee ruler over many things: enter thou into the joy of thy lord. (Matthew 25:21)
23His lord said unto him, Well done, good and faithful servant; thou hast been faithful over a few things, I will make thee ruler over many things: enter thou into the joy of thy lord. (Matthew 25:23)). El Señor concluyó Sus palabras tocante al discipulado declarando que el momento de rendir cuentas sería en Su venida como “el Hijo del Hombre... en la gloria de Su Padre con los santos ángeles” para establecer Su reino.
Cristo se transfigura en el monte
Capítulo 9:1-13.— El incidente al comienzo del capítulo 9 es una previsualización del lado glorioso del reino de Cristo cuando Él vendrá “para ser glorificado en Sus santos, y á hacerse admirable en aquel día en todos los que creyeron” (2 Tesalonicenses 1:1010When he shall come to be glorified in his saints, and to be admired in all them that believe (because our testimony among you was believed) in that day. (2 Thessalonians 1:10)). Será una escena de esplendor fulgurante. Marcos dice: “De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios que viene con potencia. Y seis días después tomó Jesús á Pedro, y á Jacobo, y á Juan, y los sacó aparte solos á un monte alto; y fué transfigurado delante de ellos. Y Sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve; tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos” (versículos 1-3). La frase, “después de seis días”, interpretada a la luz de 2 Pedro 3:88But, beloved, be not ignorant of this one thing, that one day is with the Lord as a thousand years, and a thousand years as one day. (2 Peter 3:8) y Salmo 90:4,4For a thousand years in thy sight are but as yesterday when it is past, and as a watch in the night. (Psalm 90:4) sugiere que la manifestación pública del reino de Cristo en poder y gloria será después de que la historia del hombre sobre la tierra haya cubierto 6000 años. ¡Esto significa que nos estamos acercando al momento en que el Señor aparecerá!
Los apóstoles vieron a “Moisés” y a “Elías” que hablaban con el Señor en el monte. El tema de su conversación era la muerte del Señor y lo que lograría para la gloria de Dios (Lucas 9:3131Who appeared in glory, and spake of his decease which he should accomplish at Jerusalem. (Luke 9:31)). Moisés (quien murió: Deuteronomio 34:5-65So Moses the servant of the Lord died there in the land of Moab, according to the word of the Lord. 6And he buried him in a valley in the land of Moab, over against Beth-peor: but no man knoweth of his sepulchre unto this day. (Deuteronomy 34:5‑6)), y Elías (quien fue al cielo sin morir: 2 Reyes 2:1111And it came to pass, as they still went on, and talked, that, behold, there appeared a chariot of fire, and horses of fire, and parted them both asunder; and Elijah went up by a whirlwind into heaven. (2 Kings 2:11)) representan las dos clases de santos celestiales que el Señor tendrá en Su reino: los que resuciten de entre los muertos y los que sean llevados vivos al cielo en el Arrebatamiento (1 Tesalonicenses 4:15-1815For this we say unto you by the word of the Lord, that we which are alive and remain unto the coming of the Lord shall not prevent them which are asleep. 16For the Lord himself shall descend from heaven with a shout, with the voice of the archangel, and with the trump of God: and the dead in Christ shall rise first: 17Then we which are alive and remain shall be caught up together with them in the clouds, to meet the Lord in the air: and so shall we ever be with the Lord. 18Wherefore comfort one another with these words. (1 Thessalonians 4:15‑18)). Los tres apóstoles que recibieron el privilegio especial de ver esta visión representan el remanente de judíos creyentes. Los otros apóstoles al pie del monte representan el remanente de las diez tribus de Israel, y la “grande compañía” (versículo 14) de personas que estaban allí representan a las naciones gentiles convertidas que tendrán parte en el reino con Israel. Así pues, la visión fue una previsualización de la gloria del reino del Señor.
Pedro se entusiasmó al contemplar este espectáculo increíble, y exclamó: “Maestro, bien será que nos quedemos aquí, y hagamos tres pabellones: para Ti uno, y para Moisés otro, y para Elías otro”. Marcos dice que Pedro dijo esto porque “no sabía qué decir” (versículo 6, LBLA). Él quería honrar a estos grandes hombres de Dios juntamente con el Señor, pero al decir tales palabras, estaba poniendo al Señor al mismo nivel que aquellos que eran meros hombres. Esto nunca podría ser así en el reino de Dios; Dios sencillamente no lo permitiría. Él provocó que una nube los envolviera, y que Moisés y Elías fueran quitados a fin de que el Señor tuviese todo su interés y atención. Entonces se oyó la voz del Padre desde la nube de luz que les hacía sombra, diciendo: “Este es Mi Hijo amado: á Él oíd” (versículo 7). Esto diferenciaba inconmensurablemente al Señor de los demás hombres. Ellos, en el mejor de los casos, eran siervos fracasados, ¡pero Él era el Hijo de Dios! Cuando los apóstoles alzaron los ojos, “no vieron más á nadie consigo, sino á Jesús solo” (versículo 8). La gran lección aquí es que cuando el reino se establezca en poder y gloria visibles, el Señor Jesús será la figura central de todo, teniendo la preeminencia en todas las cosas.
Cuando descendieron del monte, el Señor mandó a los discípulos que no dijeran a nadie lo que habían visto “hasta que el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos” (versículo 9, LBLA). La razón era que, si ellos lo publicaban entre la gente, las personas pensarían que el Señor estaba diciendo con ello que pronto establecería el reino, cosa que no iba a suceder todavía, pues Él había sido rechazado.
La primera vez que se menciona en las Escrituras la resurrección “de entre” los muertos es en relación con este acontecimiento (Mateo 17:99And as they came down from the mountain, Jesus charged them, saying, Tell the vision to no man, until the Son of man be risen again from the dead. (Matthew 17:9)). Los judíos sabían de la resurrección en un sentido general, puesto que era una enseñanza de la fe judía ortodoxa (Juan 11:2424Martha saith unto him, I know that he shall rise again in the resurrection at the last day. (John 11:24); Hebreos 6:22Of the doctrine of baptisms, and of laying on of hands, and of resurrection of the dead, and of eternal judgment. (Hebrews 6:2)). El comentario que hizo el Señor aquí muestra que los muertos no resucitarán simultáneamente. Los justos que hayan muerto resucitarán en la “primera” resurrección (Apocalipsis 20:4-54And I saw thrones, and they sat upon them, and judgment was given unto them: and I saw the souls of them that were beheaded for the witness of Jesus, and for the word of God, and which had not worshipped the beast, neither his image, neither had received his mark upon their foreheads, or in their hands; and they lived and reigned with Christ a thousand years. 5But the rest of the dead lived not again until the thousand years were finished. This is the first resurrection. (Revelation 20:4‑5)). De forma selectiva serán llamados de entre los muertos impíos en lo que se denomina “la resurrección de vida” y “la resurrección de los justos” (Lucas 14:1414And thou shalt be blessed; for they cannot recompense thee: for thou shalt be recompensed at the resurrection of the just. (Luke 14:14); Juan 5:2929And shall come forth; they that have done good, unto the resurrection of life; and they that have done evil, unto the resurrection of damnation. (John 5:29); Hechos 24:1515And have hope toward God, which they themselves also allow, that there shall be a resurrection of the dead, both of the just and unjust. (Acts 24:15)). Esta ocurrirá en tres fases: la resurrección del Señor es las primicias (1 Corintios 15:23,23But every man in his own order: Christ the firstfruits; afterward they that are Christ's at his coming. (1 Corinthians 15:23) primera parte), luego, en el Arrebatamiento, Él resucitará a todos los Suyos que han muerto en fe desde el principio de los tiempos (1 Corintios 15:23,23But every man in his own order: Christ the firstfruits; afterward they that are Christ's at his coming. (1 Corinthians 15:23) segunda parte; 1 Tesalonicenses 4:15-1815For this we say unto you by the word of the Lord, that we which are alive and remain unto the coming of the Lord shall not prevent them which are asleep. 16For the Lord himself shall descend from heaven with a shout, with the voice of the archangel, and with the trump of God: and the dead in Christ shall rise first: 17Then we which are alive and remain shall be caught up together with them in the clouds, to meet the Lord in the air: and so shall we ever be with the Lord. 18Wherefore comfort one another with these words. (1 Thessalonians 4:15‑18)). Y, por último, al final de la semana setenta de Daniel, el Señor resucitará a los mártires del período de la Tribulación (Apocalipsis 14:1313And I heard a voice from heaven saying unto me, Write, Blessed are the dead which die in the Lord from henceforth: Yea, saith the Spirit, that they may rest from their labors; and their works do follow them. (Revelation 14:13)). Los únicos que queden en sus tumbas serán los impíos; ellos serán resucitados al fin del tiempo para ser juzgados ante el Gran Trono Blanco (Apocalipsis 20:5,11-155But the rest of the dead lived not again until the thousand years were finished. This is the first resurrection. (Revelation 20:5)
11And I saw a great white throne, and him that sat on it, from whose face the earth and the heaven fled away; and there was found no place for them. 12And I saw the dead, small and great, stand before God; and the books were opened: and another book was opened, which is the book of life: and the dead were judged out of those things which were written in the books, according to their works. 13And the sea gave up the dead which were in it; and death and hell delivered up the dead which were in them: and they were judged every man according to their works. 14And death and hell were cast into the lake of fire. This is the second death. 15And whosoever was not found written in the book of life was cast into the lake of fire. (Revelation 20:11‑15)). Esta se llama la resurrección de los “injustos” y la “resurrección de condenación” (Hechos 24:1515And have hope toward God, which they themselves also allow, that there shall be a resurrection of the dead, both of the just and unjust. (Acts 24:15); Juan 5:2929And shall come forth; they that have done good, unto the resurrection of life; and they that have done evil, unto the resurrection of damnation. (John 5:29)). Estas cosas no se conocían en los tiempos del Antiguo Testamento, y solo han salido a la luz a través del evangelio (2 Timoteo 1:1010But is now made manifest by the appearing of our Saviour Jesus Christ, who hath abolished death, and hath brought life and immortality to light through the gospel: (2 Timothy 1:10)).
Habiendo visto a Elías en el monte, los discípulos sintieron curiosidad por saber qué papel desempeñaría él en la venida del Señor para instaurar el reino, y le preguntaron al respecto (Malaquías 4:5-65Behold, I will send you Elijah the prophet before the coming of the great and dreadful day of the Lord: 6And he shall turn the heart of the fathers to the children, and the heart of the children to their fathers, lest I come and smite the earth with a curse. (Malachi 4:5‑6)). El Señor dijo que Elías ya había venido, pero que ellos no hicieron caso a su llamado al arrepentimiento. Con esto queda claro que se refería a Juan el Bautista (versículos 11-13). Esto prueba que Elías no vendrá literalmente, tal como suponen muchos estudiantes de la profecía, sino que su ministerio sería reavivado en el ministerio de Juan, y de nuevo, se reavivará en un día venidero por el remanente judío fiel (Apocalipsis 11:1-131And there was given me a reed like unto a rod: and the angel stood, saying, Rise, and measure the temple of God, and the altar, and them that worship therein. 2But the court which is without the temple leave out, and measure it not; for it is given unto the Gentiles: and the holy city shall they tread under foot forty and two months. 3And I will give power unto my two witnesses, and they shall prophesy a thousand two hundred and threescore days, clothed in sackcloth. 4These are the two olive trees, and the two candlesticks standing before the God of the earth. 5And if any man will hurt them, fire proceedeth out of their mouth, and devoureth their enemies: and if any man will hurt them, he must in this manner be killed. 6These have power to shut heaven, that it rain not in the days of their prophecy: and have power over waters to turn them to blood, and to smite the earth with all plagues, as often as they will. 7And when they shall have finished their testimony, the beast that ascendeth out of the bottomless pit shall make war against them, and shall overcome them, and kill them. 8And their dead bodies shall lie in the street of the great city, which spiritually is called Sodom and Egypt, where also our Lord was crucified. 9And they of the people and kindreds and tongues and nations shall see their dead bodies three days and an half, and shall not suffer their dead bodies to be put in graves. 10And they that dwell upon the earth shall rejoice over them, and make merry, and shall send gifts one to another; because these two prophets tormented them that dwelt on the earth. 11And after three days and an half the Spirit of life from God entered into them, and they stood upon their feet; and great fear fell upon them which saw them. 12And they heard a great voice from heaven saying unto them, Come up hither. And they ascended up to heaven in a cloud; and their enemies beheld them. 13And the same hour was there a great earthquake, and the tenth part of the city fell, and in the earthquake were slain of men seven thousand: and the remnant were affrighted, and gave glory to the God of heaven. (Revelation 11:1‑13)).
El Señor sana a un muchacho lunático
Capítulo 9:14-29.— Marcos presenta otro incidente. “Uno de la compañía” vino al Señor con su “hijo”, suplicándole que tuviera misericordia del muchacho que tenía un espíritu “mudo” y “sordo” (versículos 17 y 25). Mateo dice que era “lunático” (Mateo 17:1515Lord, have mercy on my son: for he is lunatick, and sore vexed: for ofttimes he falleth into the fire, and oft into the water. (Matthew 17:15)). ¡Qué contraste más grande con la escena anterior del Padre y el Hijo en el monte! Allí vimos a Dios el Padre y a Su Hijo unigénito en perfecta armonía, disfrutando de Su relación. Pero aquí, al pie de ese mismo monte, tenemos a otro padre y a otro hijo en cuya relación todo está fuera de lugar. El muchacho se encontraba en una condición tan triste que el padre no podía tomar contentamiento en él, ni tampoco el hijo podía deleitarse en su padre. Este amaba al muchacho, por supuesto, pero no podía disfrutar de esa relación debido a lo que el pecado había producido.
El hombre dijo al Señor: “Donde quiera que le toma, le despedaza; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando” (versículo 18). El estado del muchacho era, por no decir más, sumamente lamentable. El hombre le contó al Señor que él había traído a su hijo ante Sus discípulos, pero que ellos “no pudieron” echar fuera al espíritu. Al oír esto, el Señor dijo: “¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? ¡Traédmelo!” (versículo 19, LBLA). Al pedir que trajeran al muchacho, el espíritu maligno inmediatamente opuso resistencia. “El espíritu le desgarraba; y cayendo en tierra, se revolcaba, echando espumarajos” (versículo 20). Esto muestra que Satanás no entrega a sus cautivos sin luchar.
El Señor le preguntó al hombre cuánto tiempo llevaba su hijo en esa condición. El hombre respondió al Señor y dijo: “Desde niño” (versículo 21). Esto es significativo, porque cuanto más tiempo esté una persona bajo el poder demoníaco, más profundo será el dominio de Satanás sobre ella. Tal vez por eso el “espíritu inmundo” no salió del muchacho cuando los discípulos trataron de echarlo fuera, y por eso el Señor dijo que tales espíritus inmundos solo salen con oración y ayuno (versículos 28-29).
Entonces el padre dio al Señor más detalles de la difícil situación del muchacho. Dijo: “Muchas veces le echa en el fuego y en aguas, para matarle; mas, si puedes algo, ayúdanos, teniendo misericordia de nosotros” (versículo 22). La respuesta del Señor fue: “Si puedes creer, al que cree todo es posible”. Al oír esto, el padre del muchacho clamó desesperado y con lágrimas: “Creo; ayúdame en mi incredulidad” (versículo 24, LBLA). Nota: el hombre le dijo: “Si puedes” y el Señor le respondió: “Si puedes”. Es decir, que Él sanaría al “muchacho” si el hombre tenía fe para creer que podía hacerlo. Inmediatamente el hombre dijo que creía, pero al mismo tiempo sabía que su corazón estaba siendo bombardeado por la duda, por lo que pidió al Señor que comprendiera que allí también había incredulidad. Fue transparente y honesto sobre su propio estado espiritual. A medida que aumentaba la conmoción y la multitud corría a ver al Señor, rápidamente mandó al espíritu inmundo que saliera del muchacho y no volviera más. Esta vez el espíritu salió, después “de gritar y de sacudirlo con terribles convulsiones” (versículo 26, LBLA). El muchacho quedó como muerto, y la multitud creía que estaba muerto. Pero el Señor, “tomándole de la mano, enderezóle; y se levantó” (versículo 27).
El Señor pasa por Galilea de camino a Perea
Capítulo 9:30-50.— Dado que el Señor fue rechazado, en los últimos meses de Su ministerio adoptaría un papel menos público. Se retiraría a lugares remotos del país (Juan 10:39-40; 11:5439Therefore they sought again to take him: but he escaped out of their hand, 40And went away again beyond Jordan into the place where John at first baptized; and there he abode. (John 10:39‑40)
54Jesus therefore walked no more openly among the Jews; but went thence unto a country near to the wilderness, into a city called Ephraim, and there continued with his disciples. (John 11:54)) y esperaría la Pascua, momento en el cual iría a Jerusalén y daría Su vida como sacrificio para glorificar a Dios con respecto al pecado. Por lo tanto, “pasando por Galilea”, ordenó a Sus discípulos que no hicieran saber que Él estaba allí (versículo 30, LBLA). Le había sido difícil pasar desapercibido, ya que en repetidas ocasiones las multitudes lo habían hallado. Dirigiéndose hacia el sur, iría por caminos menos frecuentados en dirección a “los términos de Judea y tras el Jordán”, que es Perea (capítulo 10:1).
Mientras iban, explicó a Sus discípulos por segunda ocasión (la primera fue en el capítulo 8:31) que en Jerusalén sería “entregado en manos de hombres, y le matarán; mas muerto Él, resucitará al tercer día” (versículo 31). Pero sus mentes estaban tan llenas con la anticipación del establecimiento del reino en su poder y gloria exteriores que no pudieron entender Su palabra (versículo 32). El Señor se detuvo en una “casa” en “Capernaum” (en Galilea), pero no entró en la sinagoga, porque Su testimonio en esa región había terminado (versículo 33a). Esta sería la última vez que Él estaría en dicha ciudad.
Rasgos de verdadera grandeza
Estando ya en casa, el Señor trató con un serio problema que había surgido entre los discípulos —es a saber, una disputa suya sobre “quién había de ser el mayor” cuando el reino se estableciera públicamente—. Esto muestra claramente que sus mentes no estaban atentas a la situación del momento. El Señor se preparaba para ir a la cruz, ¡pero ellos pensaban en cómo sería reinar en el reino! Él les preguntó sobre qué disputaban en el camino. Mas “ellos callaron”, porque les daba vergüenza admitir que estuvieron pensando en cosas tan egoístas (versículo 34). Sabiendo perfectamente sobre qué estuvieron discutiendo, el Señor se empeñó en enseñarles algunos principios morales importantes que conducen a la verdadera grandeza.
CONTENTARSE CON SER EL ÚLTIMO (versículos 35-37).— El Señor dijo: “Si alguien desea ser el primero, será el último de todos y el servidor de todos” (versículo 35, LBLA). La verdadera grandeza consiste en contentarse con ocupar el último lugar y servir a los demás. Esta no busca el primer lugar en la atención y el aplauso del mundo. Para ilustrar este punto, el Señor, “tomando un niño, púsolo en medio de ellos”, y tomándole en Sus brazos, dijo: “El que recibiere en Mi nombre uno de los tales niños, á Mí recibe; y el que á Mí recibe, no recibe á Mí, mas al que Me envió” (versículos 36-37). Por consiguiente, mostrar amabilidad y tener tiempo para los que son de menos estima entre los hombres es un acto de verdadera grandeza. Esto requiere de auténtica humildad; no obstante, es algo que se le exige a todo siervo. Desafortunadamente, es algo que no llega de manera natural a los hombres, sino que tiene que aprenderse andando con el Señor y aprendiéndolo de Él (Mateo 11:2929Take my yoke upon you, and learn of me; for I am meek and lowly in heart: and ye shall find rest unto your souls. (Matthew 11:29)). Los hombres por naturaleza quieren ser grandes. Sin embargo, todas esas aspiraciones carnales deben ser eliminadas por completo de nuestro pensamiento si uno quiere ser siervo del Señor (Jeremías 45:55And seekest thou great things for thyself? seek them not: for, behold, I will bring evil upon all flesh, saith the Lord: but thy life will I give unto thee for a prey in all places whither thou goest. (Jeremiah 45:5)).
ALEGRARSE DE VER QUE OTROS SOBRESALEN (versículos 38-40).— Marcos entonces presenta un incidente que tiene que ver con un hombre que estaba sirviendo a Dios, pero que no estaba entre el grupo de discípulos del Señor. Juan dijo: “Maestro, hemos visto á uno que en Tu nombre echaba fuera los demonios, el cual no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos sigue”. Los discípulos no podían tolerar a uno que estaba haciendo una obra en el nombre del Señor, el cual no andaba en compañía de ellos —sobre todo porque estaba haciendo algo que ellos habían intentado hacer pero que no pudieron (versículo 18)—. Un espíritu de rivalidad y celos se manifestó en ellos cuando vieron a este hombre expulsando demonios. Juan debió haber pensado que el Señor aprobaría este proceder de ellos, y por tal razón se lo contó. Pero Él dijo: “No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en Mi nombre que luego pueda decir mal de Mí. Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es”.
Cada siervo debe estar en guardia que no se levante en su corazón esta forma de espíritu sectario que produce la tendencia de condenar a todos y cada uno de los obreros cristianos que no se adhieran a su afiliación denominacional. Debemos alegrarnos por su trabajo y orar por ellos para que se predique el Evangelio y se salven las almas —aunque no podamos, por motivos de conciencia, andar con ellos debido a sus asociaciones religiosas no escriturales—. El apóstol Pablo tenía esa actitud cuando estaba cautivo en Roma y no podía salir a predicar. Se regocijaba cuando oía que otros estaban predicando, incluso si algunos lo estaban haciendo con un espíritu incorrecto (Filipenses 1:15-1815Some indeed preach Christ even of envy and strife; and some also of good will: 16The one preach Christ of contention, not sincerely, supposing to add affliction to my bonds: 17But the other of love, knowing that I am set for the defence of the gospel. 18What then? notwithstanding, every way, whether in pretence, or in truth, Christ is preached; and I therein do rejoice, yea, and will rejoice. (Philippians 1:15‑18)).
ESTAR DISPUESTO A REALIZAR TAREAS INSIGNIFICANTES (versículo 41).— El Señor añadió otra cosa que distingue a la verdadera grandeza. Él dijo: “Cualquiera que os diere un vaso de agua en Mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa”. Esto demuestra que incluso el más pequeño acto de bondad hecho en nombre de Cristo no pasará desapercibido. La fe que cree esto conducirá al siervo a hacer tales obras, sabiendo que esas cosas no serán olvidadas cuando llegue el tiempo de recibir recompensas por el servicio fiel.
ASEGURARSE DE PRACTICAR EL JUICIO PROPIO (versículos 42-50).— El Señor entonces introdujo otra cosa. Una persona caracterizada por la verdadera grandeza no hará tropezar a las personas —especialmente a los pequeñitos que son los nuevos en la fe—. Para enseñar esto, el Señor usó lenguaje figurativo en esta serie de versículos siguientes. Él dijo: “Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en Mí, mejor le fuera si le hubieran atado al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y lo hubieran echado al mar. Y si tu mano te es ocasión de pecar, córtala; te es mejor entrar en la vida manco, que teniendo las dos manos ir al infierno, al fuego inextinguible” (versículos 42-43, LBLA). Esto tiene que referirse a la obra malvada de un incrédulo pues el ofensor en el pasaje termina en el Infierno. El Señor entonces repitió las mismas palabras con respecto al “pie” de una persona (versículo 45) y también tocante a su “ojo” (versículo 47). (Los versículos 44 y 46 no se encuentran en los mejores manuscritos griegos y, por lo tanto, se consideran como dudosos en la mayoría de las traducciones. Sin embargo, la frase enunciada en los versículos 44 y 46 se encuentra en el versículo 48, lugar donde debería estar).
El principio subyacente aquí puede tener una aplicación práctica tanto para los creyentes como para los incrédulos, ya que “cualquiera” es una palabra que lo abarca todo. Un verdadero creyente también puede hacer tropezar a los pequeñitos, y si esto sucede, podría incurrir en disciplina divina en su vida por la mano correctora de Dios el Padre (1 Pedro 1:1717And if ye call on the Father, who without respect of persons judgeth according to every man's work, pass the time of your sojourning here in fear: (1 Peter 1:17)) —pero no perderá su salvación (Juan 10:28-2928And I give unto them eternal life; and they shall never perish, neither shall any man pluck them out of my hand. 29My Father, which gave them me, is greater than all; and no man is able to pluck them out of my Father's hand. (John 10:28‑29))—. Una “piedra de molino” colgada del cuello de una persona representa en sentido figurativo recibir el juicio más severo y, por lo tanto, sirve como una fuerte advertencia contra cualquiera que sirva de estorbo a un nuevo creyente. Puede ser que estemos involucrados en algo que tiene el potencial de hacer tropezar a un pequeñito; si esto es así, tenemos que encararlo en duro juicio de uno mismo y cortarlo de nuestras vidas. O pudiera ser que tengamos algo en nuestras vidas que nos impida seguir fiel y devotamente en la senda de fe; esto también necesita ser sacado completamente. Practicar el juicio propio de este modo, y estar dispuestos también a sufrir pérdida para que otros (especialmente los pequeñitos) no tropiecen, es otra marca de la verdadera grandeza. J. N. Darby dijo que la verdadera grandeza consiste en: “Exaltar a Cristo. Usar un cuchillo afilado contigo mismo. Decir poco, servir a todos, pasar. Esta es la verdadera grandeza: servir sin ser notado y trabajar sin ser visto. Oh, el gozo de no tener nada, y de no ser nada, y de no ver nada, sino a un Cristo Viviente en gloria, y de no estar preocupados de nada más que de Sus intereses aquí abajo”.
Al hablar del “infierno de fuego”, el Señor dijo: “Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga” (versículo 48). Esta figura está tomada del basurero llamado “Valle del hijo de Hinnom” o “Topheth” (Jeremías 19:66Therefore, behold, the days come, saith the Lord, that this place shall no more be called Tophet, nor The valley of the son of Hinnom, but The valley of slaughter. (Jeremiah 19:6)), en las afueras de Jerusalén, lugar donde las llamas de fuego siempre ardían. El “gusano” se refiere a la conciencia de los perdidos en el Infierno que nunca deja de condenarlos por sus pecados, y el “fuego” que no se “apaga” se refiere a lo eterno de su juicio. La palabra griega para “nunca se apaga” en este versículo (48) es la raíz de la palabra asbesto, que el Espíritu de Dios usa para indicar que las almas de los perdidos en la eternidad no serán aniquiladas ya que el asbesto no se quema. Por lo tanto, existirán para siempre bajo el juicio de Dios. Este es el fin solemne del incrédulo que hace tropezar a uno de los pequeñitos del Señor.
Sal
El Señor finalizó Sus observaciones respecto a la verdadera grandeza con tres breves ilustraciones relativas a la sal. En primer lugar: “Todos serán salados con fuego” (versículo 49a). Esto se refiere a que tanto los santos como los pecadores serán sometidos al juicio de Dios, pero de maneras y en momentos totalmente diferentes, pues todos comparecerán ante el tribunal de Cristo (2 Corintios 5:1010For we must all appear before the judgment seat of Christ; that every one may receive the things done in his body, according to that he hath done, whether it be good or bad. (2 Corinthians 5:10)). La vida y el servicio del creyente “por el fuego será manifestada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego hará la prueba” (1 Corintios 3:1313Every man's work shall be made manifest: for the day shall declare it, because it shall be revealed by fire; and the fire shall try every man's work of what sort it is. (1 Corinthians 3:13)), momento en el cual será recompensado por el servicio fiel que ha prestado (1 Corintios 4:55Therefore judge nothing before the time, until the Lord come, who both will bring to light the hidden things of darkness, and will make manifest the counsels of the hearts: and then shall every man have praise of God. (1 Corinthians 4:5)). El pecador que rechaza a Cristo también comparecerá ante el tribunal, pero por una razón muy diferente. Él será hallado infiel e impenitente y, en consecuencia, pasará al fuego inextinguible del juicio eterno del Señor por sus pecados (Apocalipsis 20:11-1511And I saw a great white throne, and him that sat on it, from whose face the earth and the heaven fled away; and there was found no place for them. 12And I saw the dead, small and great, stand before God; and the books were opened: and another book was opened, which is the book of life: and the dead were judged out of those things which were written in the books, according to their works. 13And the sea gave up the dead which were in it; and death and hell delivered up the dead which were in them: and they were judged every man according to their works. 14And death and hell were cast into the lake of fire. This is the second death. 15And whosoever was not found written in the book of life was cast into the lake of fire. (Revelation 20:11‑15)). El creyente no será juzgado por sus pecados porque eso ya quedó resuelto en la cruz por la obra expiatoria de Cristo.
En segundo lugar, el Señor dijo: “Todo sacrificio será salado con sal” (versículo 49b). Esto se refiere a que la vida del creyente en este mundo es un sacrificio que tiene como fin promover la causa de Cristo. El apóstol Pablo dijo: “Que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable á Dios” (Romanos 12:11I beseech you therefore, brethren, by the mercies of God, that ye present your bodies a living sacrifice, holy, acceptable unto God, which is your reasonable service. (Romans 12:1)). El punto aquí es que, así como la sal preserva la comida de la corrupción, nuestro sacrificio vivo debe ser preservado de las influencias corruptoras del pecado y del mundo. Así como la sal no debía faltar en los sacrificios del Antiguo Testamento (Levítico 2:1313And every oblation of thy meat offering shalt thou season with salt; neither shalt thou suffer the salt of the covenant of thy God to be lacking from thy meat offering: with all thine offerings thou shalt offer salt. (Leviticus 2:13); Ezequiel 43:2424And thou shalt offer them before the Lord, and the priests shall cast salt upon them, and they shall offer them up for a burnt offering unto the Lord. (Ezekiel 43:24)), así la devoción santa debe mantenerse en nuestro servicio.
En tercer lugar, el Señor dijo: “Buena es la sal; mas si la sal fuere desabrida, ¿con qué la adobaréis?” (versículo 50a). Es decir, si perdemos nuestra devoción santa hacia el Señor, nuestro servicio para Él perderá su eficacia. Luego dijo: “Tened en vosotros mismos sal; y tened paz los unos con los otros” (versículo 50b). La devoción santa en nosotros mismos dará como fruto que estemos en paz con nuestros hermanos.
Las relaciones naturales establecidas por Dios en el orden de la creación deben mantenerse en el Reino
En el capítulo 10, el Señor condujo a Sus discípulos “á los términos de Judea y tras el Jordán”, que es la región de Perea (versículo 1). Esta es un área en el sur de la tierra, al este del río Jordán. El Señor pasó los últimos días de Su ministerio público en esta región, antes de cruzar el Jordán hacia el oeste y subir a Jerusalén por última vez. Cuando la gente de aquellas tierras al otro lado del Jordán se enteró de que Él estaba allí, recurrieron a Él, y “de nuevo les enseñaba como solía”. La enseñanza del Señor en este capítulo tiene que ver con las relaciones naturales.
Los fariseos vinieron y le hicieron una pregunta sobre el matrimonio, con la que esperaban poder atrapar al Señor y condenarlo. Los judíos mismos estaban divididos sobre este particular, de modo que cualquier postura que adoptara el Señor sería para disgusto de la parte contraria. Un grupo de ellos adoptó una posición liberal y permitía el divorcio por cualquier razón, en tanto que el otro grupo adoptó una postura estricta y no permitía el divorcio. Los fariseos que hicieron la pregunta no tenían ninguna intención de recibir lo que el Señor enseñaría sobre este tema; su propósito era exclusivamente tratar de atrapar al Señor en algún punto doctrinal. Su pregunta giraba en torno a “si era lícito al marido repudiar á su mujer” (versículo 2).
En Su respuesta, el Señor tomó como punto de referencia no lo que enseñaban los fariseos, ni lo que enseñaron los ancianos de generaciones pasadas, sino lo que Dios había establecido “al principio” de la creación. El Señor se remontó al orden mismo en que Dios creó las cosas, tal como se establece en Génesis 1–2. Él preguntó qué les había ordenado Moisés, y ellos respondieron: “Moisés permitió escribir carta de divorcio, y repudiar” (versículos 3-4). Él dijo: “Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento, pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios”, sin embargo, en el matrimonio se convierten en “una carne”. Además, Él dijo: “Pues lo que Dios juntó, no lo aparte el hombre” (versículos 7-9). Las Escrituras del Nuevo Testamento nos enseñan que hay tres cosas que rompen el vínculo matrimonial:
Nota: el abandono al que Pablo se refiere aquí solo se aplica a un matrimonio de no creyentes, en el que uno de los cónyuges se convierte y el cónyuge no creyente se marcha y se divorcia. En ese caso, el creyente es libre de volver a casarse. El Apóstol, sin embargo, no da libertad al cónyuge creyente para separarse y volver a casarse, porque el incrédulo podría salvarse más tarde, como Pablo dice más adelante en 1 Corintios 7:1616For what knowest thou, O wife, whether thou shalt save thy husband? or how knowest thou, O man, whether thou shalt save thy wife? (1 Corinthians 7:16).
En casa, los discípulos pidieron al Señor que les aclarara Sus comentarios sobre el matrimonio. Él dijo que, si uno se divorcia de su pareja y se casa con otra, comete adulterio (versículos 10-12). En el Evangelio de Mateo, el Señor añadió una sola excepción: la infidelidad (Mateo 19:99And I say unto you, Whosoever shall put away his wife, except it be for fornication, and shall marry another, committeth adultery: and whoso marrieth her which is put away doth commit adultery. (Matthew 19:9)).
La enseñanza del Señor aquí nos muestra que, aunque las dispensaciones cambian, el orden moral de Dios no cambia. Cuando Él establece un principio moral, éste no cambia junto con las dispensaciones. Si queremos conocer Su parecer sobre un tema moral, debemos remontarnos a la primera vez que se menciona en las Escrituras, que es precisamente lo que el Señor hizo aquí al responder a los fariseos.
El lugar de los niños en el reino de Dios
Capítulo 10:13-16.— El resultado natural del matrimonio son los hijos. Por eso, Marcos se ve impulsado a añadir algunas observaciones del Señor sobre el tema de los niños y su lugar en el reino de Dios.
Sucedió que las mujeres traían sus “niños” al Señor para que orara por ellos y los bendijera, pero “los discípulos reñían á los que los presentaban” (versículo 13). En la mente de los discípulos, las cosas relacionadas con el establecimiento del reino deberían tener prioridad. Puesto que los niños no podían contribuir a esa causa, no debería dedicárseles tiempo. La actitud de los discípulos muestra que no habían aprendido la lección que el Señor les había enseñado anteriormente en el capítulo 9:36-37, que recibir a los niños y tener tiempo para ellos era como si lo recibieran a Él. De ahí que el Señor dijera: “Dejad los niños venir, y no se lo estorbéis; porque de los tales es el reino de Dios ... Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía” (versículos 14 y 16). Esto demuestra que el reino del Mesías tendrá un lugar para las personas más insignificantes; ninguno pasará desapercibido entre la multitud.
El peligro de las riquezas
Capítulo 10:17-27.— Siguiendo con el tema de las relaciones naturales, tenemos a un joven rico que vino al Señor en busca de “vida eterna” (versículo 17), la cual, según el sentido que él le daba al término, significaba vivir “para siempre” en la tierra sin morir (Salmo 133:3,3As the dew of Hermon, and as the dew that descended upon the mountains of Zion: for there the Lord commanded the blessing, even life for evermore. (Psalm 133:3) LBLA; Daniel 12:22And many of them that sleep in the dust of the earth shall awake, some to everlasting life, and some to shame and everlasting contempt. (Daniel 12:2)). Este joven tenía “muchas posesiones” y quería disfrutar de ellas el mayor tiempo posible. Y lo que es más, quería hacer algo para obtener esa vida interminable. Él le dijo al Señor: “Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna?”. El Señor le preguntó de inmediato si él realmente entendía lo que estaba diciendo. Le dijo: “¿Por qué me dices bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios” (versículos 17-18). Dicho de otra manera, Él dijo: “Al llamarme ‘bueno’, tú estás reconociendo que Yo soy una Persona divina, ¡porque sólo hay Uno que es bueno, y ése es Dios! ¿De verdad crees lo que estás diciendo?”.
El Señor le remitió a “los mandamientos”, citándole aquellos de la segunda tabla de la Ley que tienen que ver con la responsabilidad del hombre para con su prójimo (versículo 19). Al citarlos, el Señor se detuvo a propósito antes de llegar al décimo mandamiento, que dice: “No codiciarás” (Romanos 7:77What shall we say then? Is the law sin? God forbid. Nay, I had not known sin, but by the law: for I had not known lust, except the law had said, Thou shalt not covet. (Romans 7:7)). Esto lo hizo con el fin de dejar convicto al hombre, pues evidentemente, ése era su problema. Mas el hombre, no conociendo su propio corazón, dijo que “todo esto” lo había guardado desde su juventud (versículo 20). Al oír esto, el Señor “mirándole, amóle” (versículo 21). Tenía una buena disposición natural, y el Señor la apreciaba. Pero también sabía que el hombre no había guardado el décimo mandamiento, y para demostrarle que no lo había hecho, de inmediato le puso a prueba. Le dijo: “Una cosa te falta: ve, vende todo lo que tienes, y da á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz” (versículo 21). Esto reveló de inmediato el corazón del joven. El Señor le había pedido que hiciera algo que él no estaba dispuesto a hacer; pues se había apegado con codicia a sus posesiones materiales y no renunciaría a ellas por seguir al Señor. Marcos dice: “Él, entristecido por esta palabra, se fué triste, porque tenía muchas posesiones” (versículo 22). Era evidente que no estaba dispuesto a pagar el precio del discipulado. A pesar de su carácter amable y excelente, tenía un corazón que prefería el dinero antes que a Cristo. Esto nos muestra que un carácter excelente por sí mismo no constituye una señal del estado moral del corazón.
El Señor aprovechó la oportunidad para advertir a Sus discípulos del peligro de la codicia; la cual ha hundido a muchos en “perdición y muerte” (1 Timoteo 6:9-109But they that will be rich fall into temptation and a snare, and into many foolish and hurtful lusts, which drown men in destruction and perdition. 10For the love of money is the root of all evil: which while some coveted after, they have erred from the faith, and pierced themselves through with many sorrows. (1 Timothy 6:9‑10)). Él dijo: “¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! ... Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que el rico entrar en el reino de Dios” (versículos 23-25). Al oír esto, los discípulos se “espantaban” y decían: “¿Y quién podrá salvarse?” (versículo 26). El Señor respondió: “Para los hombres es imposible; mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios” (versículo 27). Dios es el único que puede vencer la carne y hacer que un rico se eleve por encima de su codicia y ser salvo, pero, como dijo el apóstol Pablo, “no sois muchos” (1 Corintios 1:2626For ye see your calling, brethren, how that not many wise men after the flesh, not many mighty, not many noble, are called: (1 Corinthians 1:26)).
Recompensas en el reino por el servicio prestado
Capítulo 10:28-45.— Entonces habló Pedro y dijo: “He aquí, nosotros hemos dejado todas las cosas, y Te hemos seguido” (versículo 28). Aunque las palabras de Pedro fueron bien intencionadas, nosotros debemos tener cuidado de no jactarnos de lo que hemos sacrificado por amor al Señor. Pedro simplemente quería saber qué recibirían él y los demás apóstoles como recompensa. La respuesta del Señor muestra que no debían buscar recompensas materiales aquí abajo en la tierra mientras Él era rechazado, sino esperar aquel día venidero cuando Dios tendría un lugar especial para ellos en el reino (Mateo 19:2828And Jesus said unto them, Verily I say unto you, That ye which have followed me, in the regeneration when the Son of man shall sit in the throne of his glory, ye also shall sit upon twelve thrones, judging the twelve tribes of Israel. (Matthew 19:28)).
El Señor continuó alentando la fidelidad presente en vista de la recompensa futura, diciendo: “De cierto os digo, que no hay ninguno que haya dejado casa, ó hermanos, ó hermanas, ó padre, ó madre, ó mujer, ó hijos, ó heredades, por causa de Mí y del evangelio, que no reciba cien tantos ahora en este tiempo, casas, y hermanos, y hermanas, y madres, é hijos, y heredades, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna” (versículos 29-30). Esto demuestra que el Señor debe tener prioridad sobre todas las relaciones naturales que tenemos en la vida. El abandono de todo, al que el Señor se refiere aquí, no es el desentendimiento desconsiderado de nuestras responsabilidades terrenales en la vida. Él nunca alentaría tal irresponsabilidad. Pues la Escritura dice claramente que la persona que no provee para su familia es “peor que un incrédulo” (1 Timoteo 5:8,8But if any provide not for his own, and specially for those of his own house, he hath denied the faith, and is worse than an infidel. (1 Timothy 5:8) LBLA). El Señor se refería a la posibilidad de que estas relaciones naturales nos dominen y nos impidan dedicarnos a Su servicio. En ese mismo sentido, en Lucas 14:26,26If any man come to me, and hate not his father, and mother, and wife, and children, and brethren, and sisters, yea, and his own life also, he cannot be my disciple. (Luke 14:26) el Señor habló de aborrecer a nuestro padre y a nuestra madre, etc. Por supuesto, estaba hablando metafóricamente. Estaba usando la palabra “aborrece” en comparación con nuestro amor por el Señor. Descansando en Su palabra, los discípulos podían esperar ser recompensados “cien tantos”.
En cuanto a las recompensas por el servicio prestado, el Señor añadió: “Empero muchos primeros serán postreros, y postreros primeros” (versículo 31). Esto significa que todas esas recompensas no pueden determinarse por lo que se ve exteriormente en el servicio de una persona. También hay que tener en cuenta sus motivos y el espíritu con que presta su servicio (1 Corintios 4:55Therefore judge nothing before the time, until the Lord come, who both will bring to light the hidden things of darkness, and will make manifest the counsels of the hearts: and then shall every man have praise of God. (1 Corinthians 4:5)). Podríamos mirar el servicio de alguien y pensar que seguramente recibirá una gran recompensa, pero como “el Dios de todo saber es Jehová, y á Él toca el pesar las acciones” (1 Samuel 2:33Talk no more so exceeding proudly; let not arrogancy come out of your mouth: for the Lord is a God of knowledge, and by him actions are weighed. (1 Samuel 2:3)), Él puede encontrar que no es así (1 Corintios 3:12-1512Now if any man build upon this foundation gold, silver, precious stones, wood, hay, stubble; 13Every man's work shall be made manifest: for the day shall declare it, because it shall be revealed by fire; and the fire shall try every man's work of what sort it is. 14If any man's work abide which he hath built thereupon, he shall receive a reward. 15If any man's work shall be burned, he shall suffer loss: but he himself shall be saved; yet so as by fire. (1 Corinthians 3:12‑15)). A menudo, el servicio que por su naturaleza hace que el siervo esté a la vista de todos se considera grande, y a la inversa, los que sirven sin ser vistos a menudo se consideran insignificantes. Pero en el día venidero de la manifestación, las cosas serán recompensadas de acuerdo con la perfecta evaluación del Señor, y aquellos que parezcan ser los primeros en el servicio del Señor pueden resultar ser los últimos, ¡y aquellos que sean los últimos pueden resultar ser los primeros! En la historia de los valientes que tuvo David hallamos un ejemplo de esto. “Adino el Eznita” recibió los más altos honores, mientras que Joab, que fue prominente a lo largo de la historia de David, no recibió los elogios de David. ¡Ni siquiera se le dio un lugar entre los valientes ensalzados! (2 Samuel 23:88These be the names of the mighty men whom David had: The Tachmonite that sat in the seat, chief among the captains; the same was Adino the Eznite: he lift up his spear against eight hundred, whom he slew at one time. (2 Samuel 23:8)). Adino, en cambio, sirvió sin ser notado. No se le menciona ni una sola vez en toda la historia de los hombres de David y, sin embargo, al final, se le dio el lugar más alto de todos.
Al regresar de las regiones del otro lado del Jordán, mientras se dirigían hacia Jerusalén, el Señor habló de nuevo a los Apóstoles de Su muerte y resurrección (versículos 32-34). A pesar que el Señor estaba hablando de Su muerte, los Apóstoles todavía seguían ocupados con tener recompensas en el reino. Esto llevó a Jacobo y a Juan (incitados por su madre; Mateo 20:2020Then came to him the mother of Zebedee's children with her sons, worshipping him, and desiring a certain thing of him. (Matthew 20:20)) ¡a venir al Señor y pedir las posiciones más altas en el reino junto a Él! De nuevo, esto muestra que ellos estaban completamente fuera de sintonía con la mente de Dios en ese momento. A diferencia del resto de la nación, los Apóstoles iban a ser reconocidos por tener fe para creer que Él iba a establecer Su reino; sin embargo, también había en ellos bastante de la carne sin juzgar entrometiéndose en ese ámbito de fe.
El Señor convirtió su petición carnal en una ocasión para instruirles. Les dijo que la senda que conduce a la gloria en el reino pasa por el sufrimiento. Él dijo: “No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que Yo bebo, ó ser bautizados del bautismo de que Yo soy bautizado? Y ellos dijeron: Podemos. Y Jesús les dijo: A la verdad, del vaso que Yo bebo, beberéis; y del bautismo de que Yo soy bautizado, seréis bautizados” (versículos 38-39). La respuesta del Señor aquí podría parecer confusa, pero se refería a dos aspectos del sufrimiento: Sus sufrimientos expiatorios (versículo 38), para quitar el pecado ante Dios judicialmente, y Sus sufrimientos martiriales (versículo 39). Beber la “copa” indicaría sufrimiento interior en el alma, y ser “bautizado” representaría sufrimientos exteriores en el cuerpo. Al oír la respuesta del Señor, Jacobo y Juan dijeron: “Podemos”. Pero no pasaron ni dos días, ¡y todos abandonaron al Señor y huyeron! (capítulo 14:50). Tal como el joven mencionado anteriormente en el capítulo, ellos no conocían sus propios corazones, aunque a diferencia de él, sí tenían fe para seguir al Señor. Cuando el Señor dijo: “A la verdad ... beberéis”, quiso decir que participarían en Sus sufrimientos martiriales. Esto es confirmado en Hechos 5:40; 12:2; 16:23,40And to him they agreed: and when they had called the apostles, and beaten them, they commanded that they should not speak in the name of Jesus, and let them go. (Acts 5:40)
2And he killed James the brother of John with the sword. (Acts 12:2)
23And when they had laid many stripes upon them, they cast them into prison, charging the jailor to keep them safely: (Acts 16:23) etc. Pero el Señor no dijo que participarían de Sus sufrimientos expiatorios. La expiación es una obra divina que sólo Él podía realizar.
El Señor no negó que tales lugares serían dados a aquellos para quienes están preparados, sino que dijo que no era Suyo el concederlo. Dios daría esos lugares a quienes los hubieran ganado (versículo 40). Cuando los otros diez apóstoles oyeron que Jacobo y Juan habían pedido lugares tan elevados en el reino, “comenzaron á enojarse” (versículo 41). Mas el Señor llamándolos les dijo que los hombres del mundo se trepan unos encima de otros para salir adelante en la vida, pero que ésa no era la manera en la que los de Su reino adquirirían esos lugares (versículo 45). Él les enseñó que sería justo lo contrario: “Cualquiera que quisiere hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor”, y “cualquiera de vosotros que quisiere hacerse el primero, será siervo de todos” (versículos 43-44). Él era su mayor ejemplo. “Porque el Hijo del Hombre tampoco vino para ser servido, mas para servir, y dar Su vida en rescate por muchos” (versículo 45).
Los ojos de Bartimeo son abiertos
Capítulo 10:46-52.— El Señor, después de cruzar el río Jordán y dirigirse hacia el oeste en dirección a Jerusalén, llegó a la ciudad de Jericó, donde encontró a “Bartimeo el ciego” sentado a la orilla del camino mendigando (versículo 46). El estado de ceguera de Bartimeo es una ilustración del estado en que se encontraba la masa incrédula de la nación. La gente estaba ciega espiritualmente (Mateo 15:1414Let them alone: they be blind leaders of the blind. And if the blind lead the blind, both shall fall into the ditch. (Matthew 15:14)) y no podía ver quién era el Señor, a pesar de las muchas pruebas que les había dado. Lo que el Señor hizo por Bartimeo es una imagen de lo que Él haría por la nación si tan solo siguieran el ejemplo de Bartimeo. Cuando oyó que el Señor venía por aquel camino, no tardó en reconocerlo como Hijo del rey David. Y comenzó a dar voces: “Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí” (versículo 47). La gente le decía que se callara, pero él daba “mayores voces” (versículo 48). Esto demuestra que comprendía bien su condición. Bartimeo no sabía si el Señor volvería a pasar por allí. Lo que sí sabía era que ésta podría ser su única oportunidad de obtener una bendición del Señor. Lo mismo sucedía con la nación; el tiempo para que el pueblo se arrepintiera y recibiera al Señor se estaba acabando.
Puesto que el Señor oye siempre el clamor de los que le invocan de veras (Salmo 145:18-1918The Lord is nigh unto all them that call upon him, to all that call upon him in truth. 19He will fulfil the desire of them that fear him: he also will hear their cry, and will save them. (Psalm 145:18‑19)), Marcos dice: “Entonces Jesús parándose, mandó llamarle”. La gente dijo entonces a Bartimeo: “Ten confianza: levántate, te llama” (versículo 49). Al instante “echando su capa, se levantó, y vino á Jesús”. Esto podría simbolizar el acto de deshacerse de cosas que pudieran impedir venir a Cristo, las cuales una persona podría tener en su vida. El Señor le preguntó entonces qué quería. Por supuesto, el Señor lo sabía, pero Él quería escucharlo de su propia boca. Bartimeo respondió: “Raboní, que recobre la vista” (versículo 51, LBLA). Y Él le dijo: “Vete, tu fe te ha sanado. Y al instante recobró la vista, y le seguía por el camino” (versículo 52). El Señor nunca le pidió a Bartimeo que fuera Su discípulo, pero él estaba tan profundamente conmovido por la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que eso era justo lo que quería hacer.