En esta vida pasamos por muchas pruebas que a veces parecen no tener salida. Los vecinos nos hablan, el trabajo es agotador, la jornada extensa o carecemos del empleo necesario para mantener a los hijos. Podemos sentir presión de Satanás o del mundo y que se oponen a la obra que el Señor nos ha encomendado. Tal vez hemos sufrido la pérdida de un buen amigo o pariente y eso afecta nuestras vidas. Todo esto es como una tormenta que llega para retrasarnos y lograr que nuestra labor diaria se sienta pesada. Pero ¿qué recurso hay para nosotros en una situación tan difícil y dolorosa?
Los discípulos experimentaron algo semejante una noche que estaban en una barca en medio del mar, cuando remaban “con gran fatiga, porque el viento les era contrario” (Marcos 6:4848And he saw them toiling in rowing; for the wind was contrary unto them: and about the fourth watch of the night he cometh unto them, walking upon the sea, and would have passed by them. (Mark 6:48)). El Señor jamás les prometió que sus vidas serían fáciles, todo lo contrario pues les dijo: “En el mundo tendréis aflicción” (Juan 16:3333These things I have spoken unto you, that in me ye might have peace. In the world ye shall have tribulation: but be of good cheer; I have overcome the world. (John 16:33)). En realidad, el mundo se opone al creyente porque sus deseos y aspiraciones son contrapuestos. Tan solo consideremos que quienes hemos nacido de nuevo deseamos honrar a Cristo; pero el mundo, por su parte, desea otorgarle todo el honor al ser humano, pues “los hombres amaron más las tinieblas que la luz porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo... no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas” (Juan 3:19-2019And this is the condemnation, that light is come into the world, and men loved darkness rather than light, because their deeds were evil. 20For every one that doeth evil hateth the light, neither cometh to the light, lest his deeds should be reproved. (John 3:19‑20)). Vivimos en un mundo que procura apagar la luz moral para continuar en tinieblas; es por eso que nosotros seguimos el camino difícil en este mundo sin luz. Y así como los discípulos realizamos todo nuestro esfuerzo, pero nos fatigamos y sentimos la dificultad de remar contra el viento. En Hebreos 12:11Wherefore seeing we also are compassed about with so great a cloud of witnesses, let us lay aside every weight, and the sin which doth so easily beset us, and let us run with patience the race that is set before us, (Hebrews 12:1)2 Se nos dice: “Por lo cual levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas”. Muchos se sienten cansados y algunos hasta se rinden y quieren dejar de perseverar. Pero en medio de todo esto: ¿Dónde está nuestro Salvador? ¿Acaso no se interesa por nuestras dificultades? ¡De ninguna manera!
Mientras los discípulos atravesaban el mar, Jesús “se fue al monte a orar” (Marcos 6:4646And when he had sent them away, he departed into a mountain to pray. (Mark 6:46)). No es que no se interesó por sus problemas o que los desconociese; sino que estaba ocupado por ellos en oración, ya que nos ama y no nos olvida dondequiera que estemos. Es así que en Hebreos 7:2525Wherefore he is able also to save them to the uttermost that come unto God by him, seeing he ever liveth to make intercession for them. (Hebrews 7:25) leemos: “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”. Nuestras necesidades y debilidades siempre están presentes en Su mente y corazón: En este preciso instante está intercediendo por nosotros y nunca deja de hacerlo. Una mamá que se distrae, por una conversación muy interesante, puede olvidar el cuidado de su niño y éste puede caerse y resultar herido. Sin embargo, el Señor Jesucristo vive para interceder siempre por nosotros; pues Él no está en la tumba, sino en la gloria obrando por nuestro bien. Su amor no nos permite escapar de Su corazón y Su poder no puede ser obstaculizado. Aquello que le dijo a Pedro en verdad nos da mucho consuelo: “Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte” (Lucas 22:31-3231And the Lord said, Simon, Simon, behold, Satan hath desired to have you, that he may sift you as wheat: 32But I have prayed for thee, that thy faith fail not: and when thou art converted, strengthen thy brethren. (Luke 22:31‑32)). Aun antes que Simón Pedro reconozca su peligro, Jesús estuvo intercediendo por él. ¡Y así lo hace por nosotros, todos los días!
Pero ¿cómo salieron de aquella dificultad? En Marcos 6:50,51,50For they all saw him, and were troubled. And immediately he talked with them, and saith unto them, Be of good cheer: it is I; be not afraid. 51And he went up unto them into the ship; and the wind ceased: and they were sore amazed in themselves beyond measure, and wondered. (Mark 6:50‑51) leemos que Jesús vino a ellos caminado sobre la mar y cuando se asustaron les dijo: “¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento”. Las dificultades para Él sencillamente son nada, ya que tiene el poder para solucionarlas y calmar nuestras tensiones en un abrir y cerrar de ojos. Así que quiere que tengamos ánimo y reconozcamos Su presencia a nuestro lado; para que confiemos en Él, sabiendo que nos ve, que está pendiente e interesado en la situación, que además tiene el poder necesario para ayudarnos; y entonces hallemos calma para nuestras almas y experimentemos la paz y el consuelo que Él nos da.