Lucas Capítulos 10:38 - 11:13

Luke 10:38‑11:13  •  3 min. read  •  grade level: 13
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Los Dos Grandes Medios De Bendición: La Palabra Y La Oración
Desde ese versículo hasta el final del versículo 13 en el capítulo 11, el Señor da a conocer a Sus discípulos los dos grandes medios de bendición—la Palabra y la oración. En relación con la Palabra, hallamos la energía que se une al Señor, a fin de recibirla de Él mismo, y que deja todo para escuchar Su Palabra, porque el alma es asida por las comunicaciones de Dios en gracia. Podemos observar que estas circunstancias están relacionadas con el cambio que había sido obrado en aquel momento solemne. El recibimiento de la Palabra ocupa el lugar de las atenciones debidas al Mesías. Estas atenciones eran requeridas por la presencia de un Mesías en la tierra; pero, viendo la condición en que estaba el hombre (pues él rechazó al Salvador), él necesitaba la Palabra; y Jesús, en Su amor perfecto, no permitirá nada más. Para el hombre, para la gloria de Dios, sólo era necesaria una cosa, y es esta cosa lo que Jesús desea. En cuanto a Él, hubiera dejado todo por tener esa cosa. Pero Marta, aunque preparaba para el Señor, lo que seguramente estaba correcto, con todo, ella muestra qué gran cantidad del yo es inherente a esta clase de cuidados; pues no le gustaba tener que ocuparse de todo.
La Oración Enseñada a Los Discípulos
La oración que Él enseñó a Sus discípulos (cap. 11) se refiere también a la posición en la que entraron antes de ser dado el Espíritu Santo. Jesús mismo oró, como el hombre dependiente en la tierra. Él no había recibido aún la promesa del Padre, a fin de derramarla sobre Sus discípulos, y no pudo hacerlo hasta Su ascensión al cielo. Éstos, sin embargo, están en relación con Dios como Padre de ellos. La gloria de Su nombre, la venida de Su reino, tenían que mantener ocupados sus primeros pensamientos. Dependían de Él para su pan diario. Necesitaban perdón, y ser guardados de la tentación. La oración contenía el deseo de un corazón sincero delante de Dios; la necesidad corporal confiada al cuidado del Padre de ellos; la gracia requerida para su andar cuando hubiesen pecado, y para que no se manifestase su carne, para que fueran salvados del poder del enemigo.
Perseverancia En Oración Al Padre
El Señor insiste luego sobre la perseverancia, que las peticiones no debían ser las de un corazón indiferente al resultado. Les asegura que sus oraciones no serían en vano; también, que su Padre celestial daría el Espíritu Santo a aquellos que lo pidieran. Los pone en Su propia relación en la tierra con Dios. Escuchando a Dios, demandando de Él como Padre—se trata del todo de la vida práctica cristiana.