Lamentaciones 1 (Spanish RV 1909)

"And it came to pass after Israel had been carried captive, and Jerusalem was become desolate, that Jeremiah sat weeping, and lamented with this lamentation over Jerusalem, and said."

Lm. 2:1• ¹Como oscureció el Señor en su furor a la hija de Sión! Derribó del cielo á la tierra la hermosura de Israel, Y no se acordó del estrado de sus pies en el día de su ira. (Lm. 2:1)

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Lm. 4:1• ¹Como se ha oscurecido el oro! Cómo el buen oro se ha demudado! Las piedras del santuario están esparcidas por las encrucijadas de todas las calles. (Lm. 4:1)

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Is. 14:12• ¹²Cómo caiste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas las gentes. (Is. 14:12)

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Jer. 50:23• ²³Cómo fué cortado y quebrado el martillo de toda la tierra! cómo se tornó Babilonia en desierto entre las gentes! (Jer. 50:23)

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Sof. 2:15• ¹⁵Esta es la ciudad alegre que estaba confiada, la que decía en su corazón: Yo, y no más. Cómo fué en asolamiento, en cama de bestias! Cualquiera que pasare junto á ella silbará, meneará su mano. (Sof. 2:15)

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Ap. 18:16‑17• ¹⁶Y diciendo: Ay, ay, aquella gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, y de escarlata, y de grana, y estaba dorada con oro, y adornada de piedras preciosas y de perlas!
¹⁷Porque en una hora han sido desoladas tantas riquezas. Y todo patrón, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se estuvieron lejos; (Ap. 18:16‑17)

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Lm. 2:10• ¹⁰Sentáronse en tierra, callaron los ancianos de la hija de Sión; Echaron polvo sobre sus cabezas, ciñéronse de saco; Las vírgenes de Jerusalem bajaron sus cabezas a tierra. (Lm. 2:10)

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Is. 3:26• ²⁶Sus puertas se entristecerán y enlutarán, y ella, desamparada, sentaráse en tierra. (Is. 3:26)

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Is. 47:1‑15• ¹Desciende, y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia, siéntate en la tierra sin trono, hija de los Caldeos: que nunca más te llamarán tierna y delicada.
²Toma el molino, y muele harina: descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los ríos.
³Descubierta será tu vergüenza, y tu deshonor será visto: tomaré venganza, y no encontraré hombre.
⁴Nuestro Redentor, Jehová de los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel.
⁵Siéntate, calla, y entra en tinieblas, hija de los Caldeos: porque nunca más te llamarán señora de reinos.
⁶Enojéme contra mi pueblo, profané mi heredad, y entreguélos en tu mano: no les hiciste misericordias; sobre el viejo agravaste mucho tu yugo.
⁷Y dijiste: Para siempre seré señora: y no has pensado en esto, ni te acordaste de tu postrimería.
⁸Oye pues ahora esto, delicada, la que está sentada confiadamente, la que dice en su corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad.
⁹Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez: en toda su perfección vendrán sobre ti, por la multitud de tus adivinanzas, y por la copia de tus muchos agüeros.
¹⁰Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría y tu misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y no más.
¹¹Vendrá pues sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás: caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar: y destrucción que no sabrás, vendrá de repente sobre ti.
¹²Estáte ahora en tus encantamentos, y con la multitud de tus agüeros, en los cuales te fatigaste desde tu niñez; quizá podrás mejorarte, quizá te fortificarás.
¹³Haste fatigado en la multitud de tus consejos. Parezcan ahora y defiéndante los contempladores de los cielos, los especuladores de las estrellas, los que contaban los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti.
¹⁴He aquí que serán como tamo; fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre á la cual se sienten.
¹⁵Así te serán aquellos con quienes te fatigaste, tus negociantes desde tu niñez: cada uno echará por su camino, no habrá quien te salve. (Is. 47:1‑15)

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Is. 50:5• ⁵El Señor Jehová me abrió el oído, y yo no fuí rebelde, ni me torné atrás. (Is. 50:5)

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Is. 52:2,7• ²Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalem; suéltate de las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sión.
⁷Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que publica la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salud, del que dice á Sión: Tu Dios reina! (Is. 52:2,7)

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Jer. 9:11• ¹¹Y pondré á Jerusalem en montones, por moradas de culebras; y pondré las ciudades de Judá en asolamiento, que no quede morador. (Jer. 9:11)

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Ez. 26:16• ¹⁶Entonces todos los príncipes de la mar descenderán de sus sillas, y se quitarán sus mantos, y desnudarán sus bordadas ropas: de espanto se vestirán, sentaránse sobre la tierra, y temblarán á cada momento, y estarán sobre ti atónitos. (Ez. 26:16)

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Sal. 122:4• ⁴Y allá subieron las tribus, las tribus de JAH, Conforme al testimonio dado á Israel, Para alabar el nombre de Jehová. (Sal. 122:4)

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Is. 22:2• ²Tú, llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son muertos á cuchillo, ni muertos en guerra. (Is. 22:2)

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Zac. 8:4‑5• ⁴Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aun han de morar viejos y viejas en las plazas de Jerusalem, y cada cual con bordón en su mano por la multitud de los días.
⁵Y las calles de la ciudad serán llenas de muchachos y muchachas, que jugarán en las calles. (Zac. 8:4‑5)

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Is. 47:8‑9• ⁸Oye pues ahora esto, delicada, la que está sentada confiadamente, la que dice en su corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad.
⁹Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez: en toda su perfección vendrán sobre ti, por la multitud de tus adivinanzas, y por la copia de tus muchos agüeros. (Is. 47:8‑9)

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Is. 54:4• ⁴No temas, que no serás avergonzada; y no te avergüences, que no serás afrentada: antes, te olvidarás de la vergüenza de tu mocedad, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. (Is. 54:4)

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Ap. 18:7• ⁷Cuanto ella se ha glorificado, y ha estado en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada reina, y no soy viuda, y no veré llanto. (Ap. 18:7)

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1 R. 4:21• ²¹Y Salomón señoreaba sobre todos los reinos, desde el río de la tierra de los Filisteos hasta el término de Egipto: y traían presentes, y sirvieron á Salomón todos los días que vivió. (1 R. 4:21)

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2 Cr. 9:26• ²⁶Y tuvo señorío sobre todos los reyes desde el río hasta la tierra de los Filisteos, y hasta el término de Egipto. (2 Cr. 9:26)

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Esd. 4:20• ²⁰Y que reyes fuertes hubo en Jerusalem, quienes señorearon en todo lo que está á la parte allá del río; y que tributo, y pecho, y rentas se les daba. (Esd. 4:20)

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Lm. 5:16• ¹⁶Cayó la corona de nuestra cabeza: Ay ahora de nosotros! porque pecamos. (Lm. 5:16)

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2 R. 23:33,35• ³³Y echólo preso Faraón Nechâo en Ribla en la provincia de Hamath, reinando él en Jerusalem; é impuso sobre la tierra una multa de cien talentos de plata, y uno de oro.
³⁵Y Joacim pagó á Faraón la plata y el oro; mas hizo apreciar la tierra para dar el dinero conforme al mandamiento de Faraón, sacando la plata y oro del pueblo de la tierra, de cada uno según la estimación de su hacienda, para dar á Faraón Nechâo. (2 R. 23:33,35)

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Neh. 5:4• ⁴Y había quienes decían: Hemos tomado prestado dinero para el tributo del rey, sobre nuestras tierras y viñas. (Neh. 5:4)

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Neh. 9:37• ³⁷Y se multiplica su fruto para los reyes que has puesto sobre nosotros por nuestros pecados, quienes se enseñorean sobre nuestros cuerpos, y sobre nuestras bestias, conforme á su voluntad, y estamos en grande angustia. (Neh. 9:37)

• The distressing prostration of Jerusalem, not the death of the pious king cut down so young, is clearly in view. The description of the state of the city, sanctuary, and people does not accord with Josiah's death; and even the king, whose humiliation is named (chap. 2:9), could not possibly be Josiah, who was slain in battle, instead of being among the Gentiles and therefore in captivity. It was no doubt Jehoiachin whose varied lot we can easily trace by comparing the prophecy and 2 Kings 24; 25. All the circumstances of that time tally with the bewailings here. (“Lamentations of Jeremiah: Introduction” by W. Kelly)

• The form is very notable; save in the last chapter, all are acrostic or at least alphabetic....those admirable and even early Psa. 25; 34; 37 are similarly constructed, not to speak of the wonderful Psa. 119 and several others in the same fifth book of the Psalter (111., 112., 145.). (“Lamentations of Jeremiah: Introduction” by W. Kelly)

• The first, second, and fourth chapters are so written that each verse begins with one of the twenty-two letters of the Hebrew alphabet in due succession, save that in the second and fourth follows instead of preceding E; and the same transposition occurs in chapter 3, where we have three verses instead of single ones, which so commence; and hence there are in it 66 verses. Another peculiarity is to be noticed, that each verse (except 1:7, 2:19) is a sort of triplet in chapters 1, 2, and 3. Chapter 4 is characterized by couplets (save ver. 15); and a singular structure is traceable in chapter 5, save that it does not begin with the letters of the alphabet, though it consists of twenty-two verses. (“Lamentations of Jeremiah: Introduction” by W. Kelly)

J. N. Darby Translation

aHow doth the city sit solitary that was full of people! She that was great among the nations is become as a widow; the princess among the provinces is become tributary!

JND Translation Notes

In chs. 1 and 2 the initial letter of each verse, consisting of three parts or lines, follows the alphabetical order.