La Venida del Señor y Sus Efectos Prácticos

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Shadow Hills, CA – 26 de Diciembre de 1992
Me gustaría hablar de la venida del Señor y los efectos prácticos que ésta debe de tener en nuestras vidas, si es sostenida correctamente en nuestras almas. Como saben, en las Escrituras, la venida del Señor es un término amplio que cubre ambos aspectos de Su venida:
•  Su venida por Sus santos—el Rapto.
•  Su venida con Sus santos—la Aparición (1 Timoteo 6:14).
El Rapto ocurrirá antes de que comience la septuagésima semana de Daniel (Daniel 9:27), y la Aparición ocurre después de que ese período haya concluido en la tierra. El Milenio (el reinado de 1000 años de Cristo), será después de Su Aparición.
En esta tarde, no es mi intención hablar de la parte de la Aparición del Señor; sino es el Rapto lo que tengo en mi Corazón. Y no quiero abordarlo como cuestión de doctrina—como un evento en el calendario profético, sino, como algo que debe tener un gran efecto moral y práctico en nuestras vidas. Lo que es tan asombroso es la llegada de una PERSONA, no la llegada de un EVENTO. Cristo mismo es nuestra esperanza. Pablo dijo, “Jesucristo, nuestra esperanza” (1 Timoteo 1:1). La venida de esta gran Persona es la “esperanza bienaventurada” del cristiano (Tito 2:13). Ahora, la esperanza, en el sentido Bíblico de la palabra, no es algo que está lleno de incertidumbre (como se usa hoy en día), sino más bien, una certeza diferida. Es algo que ciertamente acontecerá—algo garantizado—porque el Señor mismo lo ha prometido. Él dijo, “vendré otra vez, y os tomaré á Mí mismo” (Juan 14:3). Nosotros simplemente no sabemos cuándo El vendrá—y es por eso, que debemos estar velando y esperando (Lucas 12:36-37).