La belleza interior y la exterior

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Hemos estado hablando principalmente a los jóvenes hermanos aquí, pero ahora me gustaría decir algunas palabras a las hermanas. Volvamos a Proverbios 31:30: “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.” Luego pasemos al Salmo 45:13: “Toda gloriosa es la hija del rey en su morada [en su interior].” Vemos dos cosas aquí: lo externo y lo interno. La Escritura no pone énfasis en la belleza exterior, aunque a menudo nosotros lo hacemos. He notado que cuando una joven pone demasiada energía en el lado exterior de las cosas, a menudo deja de lado la belleza interior de la que habla el Salmo 45.
No quiero que pensemos que la Escritura enseña a no preocuparnos de cómo lucimos. Ella no anima a una joven a descuidar su apariencia. Ustedes deben tratar de verse bien y presentables. Y eso puede significar diferentes cosas para diferentes personas, pero después de todo, el matrimonio es algo natural lo cual implica una atracción natural. Esto significa que deben verse atractivas, pero eso no significa que tengan que ir al mundo y sus adornos para lucir bien.
Lo más importante es lo que está dentro. ¿No es ese un versículo hermoso? “¡Toda gloriosa es la hija del rey en su interior!” Ella tenía una belleza interior. Una hermana anciana le dijo a mi esposa hace años, “si una joven no es bella a los 16 años, no es su culpa; pero cuando tiene 60 años, y no es hermosa, ¡es su culpa!” Si una persona va hacia adelante y camina con el Señor, una belleza moral se formará en esa persona que se hará notable a todos alrededor. Cuando la belleza juvenil desaparece con la edad, lo que queda es lo que la persona realmente es. Si uno no ha estado caminando en sumisión al Señor, esa belleza no se encontrará allí. El énfasis del mundo es en lo exterior, pero nosotros debemos prestar atención a lo que está dentro. La Escritura dice: “El [atavío] interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios” (1 Pedro 3:4). ¡Puede que esto no sea de valor para este mundo, o para un cristiano mundano que sea superficial en cuanto a lo espiritual, pero es “de grande estima” para Dios! Y también los cristianos piadosos lo valorarán.
Tampoco debe una hermana pensar que después de que se casa, debe descuidar su apariencia, y no debe preocuparse de cómo se ve. La Escritura habla de mantener el “lecho ... de flores” (Cantares 1:16). Esto se refiere a mantener la relación fresca. El hecho de que una hermana se case no significa que su marido deje de apreciar a una mujer atractiva. Recuerdo que Perla Hayhoe me dijo que siempre trataba de arreglarse y se ponía un vestido diferente para lucir lo mejor posible para cuando el hermano Gordon llegara de la oficina. Él trabajaba en una oficina donde las mujeres estaban vestidas a la perfección—todas vestían de manera impresionante. Para un hombre salir de ese ambiente y volver a casa a una mujer que ha dejado descuidar su apariencia, puede traer problemas al matrimonio.
Ahora, algunas de ustedes podrían mirar a otras jóvenes aquí que son de extraordinaria belleza, y pensar que ellas tienen una gran ventaja. Pero yo no sé si estoy de acuerdo con ustedes. Lo he dicho antes y lo diré de nuevo, las jóvenes que son naturalmente hermosas—y hay muchas de ustedes aquí— parecen atraer a un determinado tipo de hombres que suelen ser bastante superficiales. Así que creo que una joven que tiene extraordinaria belleza está en algo de desventaja, ya que, nueve de cada diez veces, ese es el tipo de persona que se acerca a ella. Las jóvenes que son más promedio en la manera en cómo se ven, a menudo tienen una mejor oportunidad de conseguir a un esposo piadoso. ¡Así que me dan un poco de pena ustedes queridas hermanas que son hermosas; es muy cierto! Ustedes tienen que tratar con esos jóvenes que por lo general sólo están interesados en el lado exterior de las cosas.
Ahora sólo un comentario acerca de su cabello. La Biblia dice que el cabello de una mujer es “honroso para ella” (1 Corintios 11:15), pero no pienso que muchas mujeres cristianas lo creen. Es un hecho que el cabello largo de la mujer es atractivo para los hombres. Si no lo creen, ¿por qué tantas mujeres en el mundo que quieren atraer a los hombres tienen un pelo más largo suelto? Miren por ejemplo a las mujeres que son supuestamente las más bellas; o a esas chicas que utilizan para anuncios de piezas automotrices—donde los hombres son los más propensos a comprar—todas tienen un pelo que fluye. ¿Por qué creen que hacen eso? Es porque saben por experiencia que esto es atractivo para los hombres. Pero lo extraño es que muchas mujeres cristianas no parecen saberlo. Quieren verse atractivas, ¡así que van y se cortan el pelo! ¡No tiene sentido! Les digo, “los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz” (Lucas 16:8). Al cortarse el pelo, sólo están disminuyendo su belleza. (Ahora, yo sé que algunas mujeres tienen el pelo muy fino, y a medida que envejecen, no pueden llevarlo muy largo, pero yo no me estoy refiriendo a eso.) Así que, si quieren verse mejor, dejen que su cabello caiga sobre sus hombros. Créanme, ¡es atractivo!
No estoy diciendo que deben tratar de verse mundanas. Mi cuñada solía decir: “¡Uno es comprado por aquellos a quienes se anuncia!” Si se ponen todo “engalanadas” de una manera mundana, van a atraer a hombres mundanos. Si se visten provocativamente y sin modestia, van a atraer la carne en un hombre y un hombre carnal será el que se les va a acercar. Querida hermana, ¿es eso lo que quieres? No, yo pienso que quieres un marido que tenga cierta profundidad espiritual—un hombre que puedas mirar con respeto. Por lo tanto, ten cuidado cuando esa clase de jóvenes se te acerca y te presta atención—sabes a lo que me refiero, el tipo de joven que simplemente se echa hacia atrás en un banco, y no presta mucha atención al que habla en la reunión. Tal vez va a la primera referencia de la Escritura, y tal vez a la segunda, pero después de un tiempo ni siquiera la busca. Tal vez a la mitad de la reunión está leyendo otra cosa—como ese pequeño librito con nombres que el Sr. Porter ha estado distribuyendo. No se rían; ¡yo lo he visto!
Querida hermana, cuando ese tipo de joven se te acerque, ten cuidado; él no está realmente interesado en las cosas del Señor, y probablemente va a llegar a ser un marido mediocre que no proporcionará ningún liderazgo espiritual. ¡No quisieras terminar con un hombre que sea tan carnal como una cabra! ¿Cómo se va a formar una familia piadosa con esa clase de hombre tomando la iniciativa en el hogar? Él será el tipo de persona que va a poner mucho énfasis en las cosas naturales, pero se quedará tan callado como un ratón cuando los temas divinos vengan a la conversación. Puede ser que sea un joven bien “popular,” pero tendrás que pagar el precio a largo plazo. Me he dado cuenta de que hay menos problemas matrimoniales cuando el marido y la mujer son personas espirituales. No se conformen con nada menos que un hombre piadoso.
Ahora, a medida que esperan por el “hombre ideal”—un hombre espiritual—hombres mundanos en el trabajo o en la escuela se les podrían acercar, y por supuesto, necesitarán declinar tales propuestas. La Escritura es clara al respecto: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos” (2 Corintios 6:14). Dios les dará la gracia para hacerlo.
Conozco a una hermana que cuando ella estaba asistiendo a la escuela y a la universidad, los jóvenes se le acercaban y querían salir con ella, y ella se negaba a sus propuestas. Finalmente, uno de ellos le preguntó por qué ella no quería salir con nadie. Y ella le explicó que ella no salía con jóvenes del mundo. Él la miró y le preguntó: “Si no sales con jóvenes de este mundo, ¿con quién sales entonces? ¿Sólo con jóvenes de Marte?” No entendía lo que le quería decir, pero ella no iba a terminar con ese tipo de hombre como marido.
Ahora para concluir, sólo un comentario en cuanto al desánimo. Estoy seguro de que pueden desanimarse mucho mientras esperan a que los jóvenes bajen de “la peña de Rimón,” y dejen de estar merodeando en los “arbustos” durante las conferencias. Quizás miran alrededor y piensan que simplemente no hay muchos hombres que son como aquel varón en el Salmo 19, que salió de su aposento con convicción. (Desde luego, necesitamos más hombres como éste. Los vemos orando en la reunión de oración, y eso es bueno, pero espero que estén orando en su aposento para tomar una esposa también.) Hermanas, sólo recuerden, el diablo quisiera hacer uso de cualquier oportunidad para desanimarlas. No deben llegar al punto en que estaba una hermana, que decía: “¡Los hombres son como los lugares de aparcamiento en un centro comercial; todos los buenos están tomados, ¡y los demás son de minusválidos!” Solo esperen en el Señor.
Él sabe, Él ve, Él oye
Nada atenuará esta verdad,
Él da lo que es mejor,
A los que le dejan la elección a Él.
Un último comentario: El Sr. Gill nos decía que “¡es mejor estar soltero que desear estarlo!” Es triste decirlo, pero hay algunos matrimonios bien infelices. Como he dicho antes, “¡Uno puede casarse con su disciplina!” Por lo tanto, tengan cuidado a medida que avanzan. Deben entrar al matrimonio junto con el Señor.
Mi esposa y yo no deseamos otra cosa que lo mejor para cada uno de ustedes; realmente es así. Tengo dificultad para mezclarme con todos ustedes—no soy como Jim aquí que se acerca para hablarles a todos ustedes y los conoce a todos por nombre. No he hablado con cada uno de ustedes personalmente, pero sí oro por todos ustedes, y me preocupan. Nosotros queremos que tengan un matrimonio feliz, que sea para el apoyo del testimonio del Señor. Cuando vemos que una relación empieza, a menudo decimos entre nosotros: “qué bueno,” porque sabemos que ambos están realmente caminando “en el Señor.” Pero a veces, cuando vemos a un joven descuidado iniciar una relación con una joven piadosa, decimos: “Ella podría haber hecho mejor.” Pero mirando el lado del joven, diríamos, “¡hizo muy bien, al conquistarla a ella!” Así que ya ven, estamos de ambos lados. Queremos lo mejor para los dos. Que Dios les dé la gracia para hacer Su voluntad.
B. Anstey
(Adaptado)
Compañerismo—En el Noviazgo y el Matrimonio
B. Anstey
Primera edición en inglés — julio 2005
Primera edición en español — noviembre 2017
VERSIÓN IMPRESO — 1.0
Impreso en CANADA
VERSIÓN eBook — 1.1
Primera edición en español — mayo 2021
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