Hasta aquí el siervo de Dios obtuvo una plena victoria sobre un enemigo carnal y hasta la última trampa que Satanás le tendió ofreciéndole predominio y jerarquía sobre su pueblo, obtuvo la victoria: pero en su lucha contra un enemigo espiritual, en ciertos momentos se mostró débil. Satanás supo manejar sus armas: lisonjas, autoridad, querellas entre hermanos. Pero he aquí un nuevo peligro: en estos camellos que eran numerosos como la arena que está a la orilla del mar, Satanás hace brillar los adornos y lunetas de oro que traían en sus cuellos. Gedeón se deja seducir, y ante los hombres que acababan de tenderle un ardid, se traiciona: “Deseo haceros una petición, que cada uno me dé los zarcillos de su despojo” (versículo 24).
¡Cuántas transacciones hace el siervo de Dios con un enemigo mucho más peligroso que Madián! El pueblo respondió: “De buena gana los daremos” (versículo 25): Satanás da siempre de buena gana lo que puede hacer caer a un creyente. “Toma para ti los bienes” dijo a Abraham: “A Ti daré toda esta gloria” dijo al Señor. Gedeón no sigue las pisadas de su padre en la fe, quien rehusó desde un hilo hasta el más preciado tesoro del botín de Sodoma. Aunque no codicia estas cosas como otrora Acán lo hiciera, su corazón se ha dejado seducir con las lunetas de oro, los zarcillos, las planchas de oro y joyeles: piensa hacer buen uso de ellos. Otrora Aarón los había pedido para hacer un becerro de oro: pero Jerobaal, el que es el testigo de la vanidad de estos ídolos, no piensa en reedificar lo que había derribado. Desea erigir un memorial de su victoria en Ofra, su ciudad natal: “Y Gedeón hizo de ellos un efod”; es un objeto de ordenanza divina, prenda de los vestidos sacerdotales, pero que carece de valor pues aquí no hay ni sacerdote ni rey para llevarlo (1 Crónicas 15:2727And David was clothed with a robe of fine linen, and all the Levites that bare the ark, and the singers, and Chenaniah the master of the song with the singers: David also had upon him an ephod of linen. (1 Chronicles 15:27)). ¡Ah, Satanás triunfó! “Y todo Israel fornicó tras de ese efod en aquel lugar” (versículo 27).
La multitud de admiradores del trofeo de la victoria sobre Madián desfilaba en la ciudad natal de Gedeón: y, peor aún, todo Israel considera el efod como medio para acercarse a Dios. La cristiandad posee sus numerosos “efodes”; son muchas las cosas de ordenanzas divinas de las que separó de Cristo pretendiendo acercarse a Dios por ellas: el clero, el ministerio, el bautismo, la santa cena, aún la oración, un “Ave María” o un “Padre nuestro”, cosas que separadas de Cristo se tornan en objetos idolátricos o formas vacías: sin hablar del crucifijo del cual se ha hecho un ídolo.
No es todo: después de un feliz principio, instrumento de Dios para librar a Israel, Gedeón que se ha dejado ganar por las adulaciones del tentador, no hace ahora sino agregar material para la ruina final. Ofra que ha ganado fama por el triunfo de uno de sus hijos, se torna en un nuevo centro de culto en Israel. Allí se congrega el pueblo, el efod es el centro de Ofra, y Ofra el centro de Israel. De este modo se halla desplazado el verdadero lugar de reunión: Silo, donde está el santuario de Dios y el Sumo Pontífice que lleva el verdadero efod. ¿No es esto lo que ha sucedido en la cristiandad protestante? Los triunfos de la Reforma han formado nuevos cultos apellidándose de los mismos nombres de los reformadores. Además casi todas las congregaciones evangélicas citan el conocido texto de Mateo 18:20: “Donde están dos o tres congregados en Mi nombre, allí estoy en medio de ellos” para justificar su reunión. Pero ¿está verdaderamente allí el Señor o si no se tiene más que un “efod”, una forma, un vestido sacerdotal vacío de la persona de Cristo? “¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que Yo os digo?”; “Si alguno a su parecer es profeta o espiritual, reconozca lo que os escribo, porque son mandamientos del Señor” (Lucas 6:4646And why call ye me, Lord, Lord, and do not the things which I say? (Luke 6:46); 1 Corintios 14:3737If any man think himself to be a prophet, or spiritual, let him acknowledge that the things that I write unto you are the commandments of the Lord. (1 Corinthians 14:37)). ¿Podrían los cristianos pretender reunirse en la presencia del Señor y a la vez desobedecer a su Palabra?
Gedeón no era hombre orgulloso, pero su corazón seducido no es puro para con Dios: permanece en su hogar, en su ciudad, descansa sobre sus laureles: una familia numerosa le rodea, pero entre sus hijos, está criando una serpiente que concluirá la ruina de su casa. Apenas haya cerrado los ojos, Israel vuelve a la idolatría, “como el perro a su vómito”, como “la casa barrida y adornada” vuelve a ser la morada de siete demonios. Israel se establece por dios a Baal-berit: esto es, el señor del pacto, haciendo así del demonio mismo el jefe y señor de la alianza. Después de la idolatría de la cristiandad y de sus numerosos “efodes”, el Anticristo tendrá la puerta abierta en ella. Mas una cosa consoladora es constatar que aun cuando Satanás impera, Dios no se dejará nunca sin un testimonio: el relato del capítulo nueve nos lo comprobará. Seamos pues Sus testigos, reteniendo la respuesta que hiciera Gedeón a Israel: “Jehová dominará sobre vosotros”.