Juan 14:1-17: Consolación en Dios

John 14:1‑17
Tan pronto los discípulos escucharon las terribles noticias de los sucesos que iban a tener lugar quedaron muy perturbados en sus corazones. Judas, el traidor, salió aquella noche rumbo a una vida sin Cristo para siempre; a Pedro se le dijo que iba a negar al Señor Jesucristo aunque él persistiera en decir que estaba dispuesto a poner su vida por el Señor; pero lo peor de todo fue escuchar que Cristo se iría y que no podrían seguirle en ese momento. Se habían ilusionado tanto con oír que el reino de Dios se había acercado que el escuchar eso les pareció contrario y a su juicio tendrían que encarar una pérdida de todo su gozo y esperanza. Sin embargo, cuando revisamos los versículos señalados en Juan encontramos que Dios había planificado algo mejor para ellos: escucha las palabras del Señor: “No se turbe vuestro corazón ... ” (Juan 14:1). ¡Tendrían una relación importante con cada persona de la Trinidad, es decir con Cristo, con el Padre y con el Espíritu Santo!
“ ... Creéis en Dios, creed también en mí” (Juan 14:1). Creían en un Dios al que no podían ver y pronto ya no podrían ver a su querido Señor Jesús; mas Él deseaba animarles para que le vean por fe. Nosotros hacemos lo mismo, pues Cristo en la gloria es quien nos anima para seguir en este mundo donde no le vemos por vista. “En la casa de mi Padre muchas moradas hay ... voy pues, a preparar lugar para vosotros” (Juan 14:2). Jesús asegura a sus discípulos que no se va innecesariamente, sino que es para prepararles lugar. Ellos se habían adelantado a preparar el aposento donde celebrarían la pascua aquella noche; pero ahora Él se adelantaba a preparar lugar para ellos en la casa del Padre. Nuestro interés se centra en Aquel que nos está esperando allí y no en la apariencia de las casas; ya que pasaremos la eternidad en el seno del Padre disfrutando del amor que fluye allí. “ ... Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo” (Juan 14:3). Para Cristo somos tan preciosos que no enviará un siervo para llevarnos a Su hogar; sino que vendrá personalmente y gozoso nos llevará para que estemos con Él para siempre.
Todavía no estamos con el Padre, mas sí podemos gozar de la comunión con Él antes de llegar a Su hogar. Cristo ha revelado de manera tan perfecta cómo es el Padre que dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). El carácter de Dios y Su corazón de amor se muestran en las perfecciones de la vida de Cristo, por lo que no tendremos otra revelación más completa del Padre ni siquiera en el cielo. “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Jesús es el único Ser por medio de quien podemos conocer al Padre; pues es única y exclusivamente a través de Él que llegamos al Padre. Algunos creen en otros dioses o dicen que tienen su propia manera de pensar; pero no hay otra forma de conocer a Dios sino por medio del Hijo. Además, el testimonio de Cristo sobre cómo es el Padre es verdadero tanto en Sus palabras como en Sus hechos. Tenemos comunión y relación con Dios el Padre a través de la vida que nos da el Señor y que se muestra en Él, pues solo mediante Jesucristo gozamos ya de una relación completa y actual con el Padre.
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad ... ” (Juan 14:16-17). Actualmente, los creyentes tenemos a una persona divina, el Espíritu Santo, morando dentro; es Él quien toma las cosas de Cristo y las aplica a nuestras vidas para darnos mucha consolación y ánimo: todo cuanto comparte acerca de Dios y lo demás es verdad. Así que, como toda la Trinidad actúa hoy en día a favor nuestro y en amor, entonces podemos tener corazones gozosos y tranquilos. ¡Qué privilegio!