Isaías 2-4

Isaiah 2‑4
 
Sión, el centro de la bendición; la necesidad de
El juicio de Dios; Su camino hacia la bendición de Sion
Así restablecida, Sión, el monte de Jehová, será el centro de bendición y paz para todas las naciones (cap. 2:1-4). Esto pone la invitación a la gente en la boca del profeta para venir y caminar en la luz de Jehová. ¿Por qué ha abandonado a Su pueblo? Porque han aprendido los caminos de los paganos. Bueno, el día de Jehová será sobre toda la gloria del hombre, y sobre todos sus ídolos. Pueden cesar del hombre, porque el propio pueblo de Dios en la tierra, el lugar de su descanso, será juzgado y herido por su Dios (cap. 3-4). Pero en aquel día la rama de Jehová será gloriosa, y la tierra será bendecida. El que hiere venda las heridas presentando al Mesías, y bendiciendo la tierra. El remanente será santo cuando la purificación de Jerusalén se haya llevado a cabo por el juicio y el fuego de Jehová. Jerusalén será protegida y glorificada por la manifestación de la presencia de Jehová, como el tabernáculo en el desierto. Tal es la forma en que la introducción a esta profecía se presenta con mucha fuerza y claridad.