Faraón-Nejoh - 2 Reyes 23:28-30

2 Kings 23:28‑30
 
El fin de Josías no corresponde a las bendiciones iniciales de su reinado. Hemos visto que por gracia especial Dios le había concedido descanso externo, para que su testimonio pudiera desarrollarse en paz. Fue Josías mismo quien ahora se dejó arrastrar a la guerra. Había llegado el momento en que, según la profecía, el poder del asirio que había estado pesando tanto sobre todos los pueblos iba a ser quebrantado para dar lugar al imperio universal de Babilonia. Nechoh sube con un ejército egipcio contra el rey de Asiria. Josías toma parte del asirio contra Faraón, algo que Dios de ninguna manera le había ordenado. ¿Qué tenía que ver con apoyar la tambaleante estructura de este poder, el cruel enemigo de Israel? A través de la profecía sabía que la ruina final del asirio estaba cerca. ¿Fue comisionado por Dios para corregir los acontecimientos del mundo o para prestar su apoyo en ellos? Nada en la condición de este mundo puede ser mejorado a los ojos de Dios, y sabemos que este mundo ya es juzgado. Josías había sido apartado de todo el curso de este mundo para servir al Señor, a él y a su pueblo, ¡y lo vemos entrometerse en la política! No tiene que esperar mucho para el resultado: el mundo nos castiga por nuestra intervención en sus asuntos. “¿Qué tengo que ver contigo, rey de Judá?” Faraón, que es consciente de ser un instrumento de Dios, le dice: “Dios... está conmigo. Dios me ha dicho que me apresure”, y “las palabras de Nejoh [vinieron] de la boca de Dios” (2 Crón. 35:20-22). Desde el momento en que entró en este camino, Josías perdió su discernimiento de la mente del Señor y ya no pudo reconocer la palabra de su boca.
Siempre es así. La inteligencia espiritual y una verdadera comprensión de la Palabra están vinculadas a la verdadera separación de todo lo que compone el mundo, incluyendo su política. Y por lo demás, el hijo de Dios siempre será un diplomático terriblemente pobre, porque no puede evitar dejarse gobernar por principios morales a los que el mundo no presta atención. Pero, por otro lado, ¿quién puede conocer el futuro del mundo como el cristiano? Un simple niño en la fe que se adhiere a la Palabra de Dios a través de su conocimiento del futuro será capaz de instruir al político más grande, porque tal niño conoce todos sus detalles de acuerdo con la revelación que Dios le ha dado de ellos.
Josías debe sufrir por sus obras, porque esta intervención fue una grave infidelidad para un hombre favorecido por las bendiciones y la comunión de su Dios. Fue asesinado por el faraón en Meguido, y enterrado en su sepulcro. Jeremías se lamentó por el fin de este piadoso siervo de Jehová (2 Crón. 35:25).