Los gozos de Elim no fueron sino transitorios, no obstante lo bienaventurado que fue el despliegue del cuidado amoroso, tierno, de Jehová. Los hijos de Israel eran peregrinos; y como tales, el llamamiento de ellos fue a viajar y no a reposar. La próxima etapa de su viaje, por tanto, se registra inmediatamente.
“Partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto. Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud” (Éxodo 16:1-31And they took their journey from Elim, and all the congregation of the children of Israel came unto the wilderness of Sin, which is between Elim and Sinai, on the fifteenth day of the second month after their departing out of the land of Egypt. 2And the whole congregation of the children of Israel murmured against Moses and Aaron in the wilderness: 3And the children of Israel said unto them, Would to God we had died by the hand of the Lord in the land of Egypt, when we sat by the flesh pots, and when we did eat bread to the full; for ye have brought us forth into this wilderness, to kill this whole assembly with hunger. (Exodus 16:1‑3)).
El desierto de Sin está entre “Elim y Sinaí”. Ocupó, por tanto, como de hecho ya se ha indicado, un lugar muy especial en la historia de los hijos de Israel. Elim les recordaría siempre una de sus experiencias más bienaventuradas, y el viaje a Sinaí traería igualmente a sus mentes un período distinguido por la paciencia y la gracia en los tratos de Dios con ellos; mientras que Sinaí quedaría grabado para siempre en su memoria en relación con la majestad y la santidad de la ley. Hasta Sinaí, se trató de lo que Dios era para ellos en Su misericordia y amor; pero desde aquel momento, el terreno, por la propia acción de ellos, fue cambiado a lo que ellos eran para Dios. Esta es la diferencia entre la gracia y la ley; y de ahí el interés peculiar que reviste el trayecto entre Elim y Sinaí. Pero ya sea bajo la gracia o bajo la ley, la carne permanecía siendo la misma, y aprovechó cada oportunidad para revelar su carácter corrupto e incurable. Nuevamente toda la congregación murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto (versículo 2). Lo habían hecho en Pi-hahirot, cuando vieron el ejército de Faraón acercándose; repitieron su pecado en Mara, debido a que las aguas eran amargas; y se quejan ahora nuevamente debido a la comida de su peregrinar. “Pero pronto se olvidaron de sus obras; no esperaron su consejo. Tuvieron apetitos desenfrenados en el desierto, y tentaron a Dios en las soledades” (Salmo 106:13-14,13They soon forgat his works; they waited not for his counsel: 14But lusted exceedingly in the wilderness, and tempted God in the desert. (Psalm 106:13‑14) LBLA). El recuerdo de Egipto y de la comida de Egipto poseyó sus corazones, y olvidando la amarga servidumbre con la cual esto había estado relacionado, ellos volvieron su mirada hacia atrás con ojos nostálgicos. Cuán a menudo es este el caso con almas recién emancipadas. Siempre debe haber hambre en el desierto, ya que la carne no puede hallar gratificación para sus propios deseos, o satisfacción en sus fatigas y penurias. Se trata del lugar donde la carne debe ser probada. Jehová “te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre” (Deuteronomio 8:33And he humbled thee, and suffered thee to hunger, and fed thee with manna, which thou knewest not, neither did thy fathers know; that he might make thee know that man doth not live by bread only, but by every word that proceedeth out of the mouth of the Lord doth man live. (Deuteronomy 8:3)). Este es el conflicto. La carne desea ardientemente aquello que satisfará sus deseos, pero si somos libertados de Egipto esto no se puede permitir: la carne debe ser rechazada, considerada como ya juzgada en la muerte de Cristo; y, por tanto, no somos deudores a la carne, para que vivamos conforme a la carne, porque si vivimos conforme a la carne moriremos; pero si por el Espíritu hacemos morir las obras de la carne, viviremos (Romanos 8:12-1312Therefore, brethren, we are debtors, not to the flesh, to live after the flesh. 13For if ye live after the flesh, ye shall die: but if ye through the Spirit do mortify the deeds of the body, ye shall live. (Romans 8:12‑13)). Pero Jehová, como hemos visto en Deuteronomio, tiene Su objetivo en el hecho de que experimentemos hambre; es para que dejemos de depender de las ollas de carne de Egipto, y atraernos a Él —para enseñarnos que la verdadera satisfacción y el verdadero sustento sólo se puede encontrar en Él y en Su palabra—. El contraste es, por tanto, entre las ollas de carne de Egipto, y Cristo; y es algo muy bienaventurado cuando el alma aprende que Cristo es suficiente para todas sus necesidades. En su incredulidad, los hijos de Israel acusaron a Moisés de planear matarlos de hambre. Pero su hambre tenía la intención de crear en ellos otro apetito, solamente mediante el cual su verdadera vida podía ser sostenida. Jehová, no obstante, les otorgó su petición, aunque Él envió a sus almas debilidad (“Él les dio lo que pidieron, pero envió a sus almas debilidad”: Salmo 106:15,15And he gave them their request; but sent leanness into their soul. (Psalm 106:15) RVA). Porque, como se verá, Él les dio codornices así como también el maná.
“Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no. Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger cada día. Entonces dijeron Moisés y Aarón a todos los hijos de Israel: En la tarde sabréis que Jehová os ha sacado de la tierra de Egipto, y a la mañana veréis la gloria de Jehová; porque él ha oído vuestras murmuraciones contra Jehová; porque nosotros, ¿qué somos, para que vosotros murmuréis contra nosotros? Dijo también Moisés: Jehová os dará en la tarde carne para comer, y en la mañana pan hasta saciaros; porque Jehová ha oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra él; porque nosotros, ¿qué somos? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová. Y dijo Moisés a Aarón: Dí a toda la congregación de los hijos de Israel: Acercaos a la presencia de Jehová, porque él ha oído vuestras murmuraciones. Y hablando Aarón a toda la congregación de los hijos de Israel, miraron hacia el desierto, y he aquí la gloria de Jehová apareció en la nube. Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel; háblales, diciendo: Al caer la tarde comeréis carne, y por la mañana os saciaréis de pan, y sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios” (Éxodo 16:4-124Then said the Lord unto Moses, Behold, I will rain bread from heaven for you; and the people shall go out and gather a certain rate every day, that I may prove them, whether they will walk in my law, or no. 5And it shall come to pass, that on the sixth day they shall prepare that which they bring in; and it shall be twice as much as they gather daily. 6And Moses and Aaron said unto all the children of Israel, At even, then ye shall know that the Lord hath brought you out from the land of Egypt: 7And in the morning, then ye shall see the glory of the Lord; for that he heareth your murmurings against the Lord: and what are we, that ye murmur against us? 8And Moses said, This shall be, when the Lord shall give you in the evening flesh to eat, and in the morning bread to the full; for that the Lord heareth your murmurings which ye murmur against him: and what are we? your murmurings are not against us, but against the Lord. 9And Moses spake unto Aaron, Say unto all the congregation of the children of Israel, Come near before the Lord: for he hath heard your murmurings. 10And it came to pass, as Aaron spake unto the whole congregation of the children of Israel, that they looked toward the wilderness, and, behold, the glory of the Lord appeared in the cloud. 11And the Lord spake unto Moses, saying, 12I have heard the murmurings of the children of Israel: speak unto them, saying, At even ye shall eat flesh, and in the morning ye shall be filled with bread; and ye shall know that I am the Lord your God. (Exodus 16:4‑12)).
Antes que hablemos del maná, hay dos o tres detalles que se debe tener en cuenta. El primero es la gracia con la que Dios satisface los deseos del pueblo. En Números 11, Él satisface también el deseo de ellos bajo circunstancias similares; pero “la ira de Jehová se encendió en el pueblo, e hirió Jehová al pueblo con una plaga muy grande” (Números 11:3333And while the flesh was yet between their teeth, ere it was chewed, the wrath of the Lord was kindled against the people, and the Lord smote the people with a very great plague. (Numbers 11:33)). No hay aquí ninguna señal de juicio —sólo gracia paciente y longánima—. La diferencia brota, si podemos describirla así, de la dispensación. En Números ellos estaban bajo la ley, y se les trataba consecuentemente; ellos están aquí bajo la gracia y por eso la gracia reinaba a pesar del pecado de ellos. En segundo lugar, sus murmuraciones fueron la ocasión de la exhibición de la gloria de Jehová (Éxodo 16:1010And it came to pass, as Aaron spake unto the whole congregation of the children of Israel, that they looked toward the wilderness, and, behold, the glory of the Lord appeared in the cloud. (Exodus 16:10)). De este modo, la demostración de lo que el hombre es saca, de las profundidades del corazón de Dios, la revelación de lo que Él es. Fue así en el huerto del Edén, y, en efecto, a lo largo de toda la línea de Sus tratos con el hombre. Este principio se ve en perfección en la cruz, donde el hombre fue exhibido en toda la completa corrupción de su mala naturaleza, y donde Dios fue plenamente revelado. La luz resplandece en las tinieblas, aun si las tinieblas no prevalecen contra ella; y, de hecho, la gloria del Señor resplandece más brillante debido a las tinieblas de la iniquidad del hombre, la cual llega a ser la ocasión para su exhibición. Pongan atención, no obstante, que murmurar contra Moisés y Aarón fue murmurar contra Jehová (versículo 8). Todo pecado es realmente contra Dios. (Véase Salmo 51:44Against thee, thee only, have I sinned, and done this evil in thy sight: that thou mightest be justified when thou speakest, and be clear when thou judgest. (Psalm 51:4); Lucas 15:18-2118I will arise and go to my father, and will say unto him, Father, I have sinned against heaven, and before thee, 19And am no more worthy to be called thy son: make me as one of thy hired servants. 20And he arose, and came to his father. But when he was yet a great way off, his father saw him, and had compassion, and ran, and fell on his neck, and kissed him. 21And the son said unto him, Father, I have sinned against heaven, and in thy sight, and am no more worthy to be called thy son. (Luke 15:18‑21)). Por eso Jehová dice, “Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel” (versículo 12). No es suficientemente recordado que todas nuestras quejas, nuestras expresiones de incredulidad, nuestras murmuraciones, son contra el Señor, y llegan inmediatamente a Sus oídos. Cuán a menudo nuestras palabras pecaminosas se extinguirían en nuestros labios si este pensamiento estuviera en nuestras mentes. Si el Señor estuviera visiblemente delante de nuestros ojos, no nos atreveríamos a pronunciar lo que a menudo nos permitimos decir ahora en lo presuroso de nuestra incredulidad. Y, con todo, estamos realmente delante de Él, Sus ojos están sobre nosotros, y Él oye cada una de nuestras palabras.
Por último, observen la diferencia entre las codornices y el maná. Las codornices no tienen ninguna enseñanza especial relacionada con ellos, mientras que se verá que el maná es un tipo muy sorprendente del Señor Jesús. Las codornices, por tanto, fueron dadas para satisfacer los deseos del pueblo, pero no trajeron ninguna bendición. Es con relación a estas, en efecto, que el Salmista dice, “Él les dio lo que pidieron, pero envió a sus almas debilidad” (Salmo 106:15,15And he gave them their request; but sent leanness into their soul. (Psalm 106:15) RVA). Dios puede oír el clamor de Su pueblo, incluso en su incredulidad, y concederles sus deseos —pero lo hace como disciplina en lugar de bendición presente—. Así, muchos creyentes, olvidando su verdadera porción en Cristo, han deseado las cosas de este mundo, las ollas de carne de Egipto, y se les ha permitido obtener su objeto, pero la consecuencia ha sido debilidad de alma —y tal esterilidad de alma que ellos han sido restaurados solamente a través de las pruebas disciplinarias de la amorosa mano del Señor—. Si nos devolvemos, en corazón, a Egipto, y se nos permite gratificar nuestros deseos, ello sólo puede llevar al dolor en días venideros. Como, por ejemplo, Pablo escribe a Timoteo, “Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6:9,109But they that will be rich fall into temptation and a snare, and into many foolish and hurtful lusts, which drown men in destruction and perdition. 10For the love of money is the root of all evil: which while some coveted after, they have erred from the faith, and pierced themselves through with many sorrows. (1 Timothy 6:9‑10)). Esta es sólo una forma de devolverse a Egipto, pero el principio es aplicable a cada objeto que la carne puede desear.
El relato de la dádiva verdadera de las codornices y el maná se presenta ahora.
“Y venida la tarde, subieron codornices que cubrieron el campamento; y por la mañana descendió rocío en derredor del campamento. Y cuando el rocío cesó de descender, he aquí sobre la faz del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como una escarcha sobre la tierra. Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová os da para comer. Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de él cada uno según lo que pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al número de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda. Y los hijos de Israel lo hicieron así; y recogieron unos más, otros menos; y lo medían por gomer, y no sobró al que había recogido mucho, ni faltó al que había recogido poco; cada uno recogió conforme a lo que había de comer. Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana. Mas ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y hedió; y se enojó contra ellos Moisés. Y lo recogían cada mañana, cada uno según lo que había de comer; y luego que el sol calentaba, se derretía” (Éxodo 16:13-2113And it came to pass, that at even the quails came up, and covered the camp: and in the morning the dew lay round about the host. 14And when the dew that lay was gone up, behold, upon the face of the wilderness there lay a small round thing, as small as the hoar frost on the ground. 15And when the children of Israel saw it, they said one to another, It is manna: for they wist not what it was. And Moses said unto them, This is the bread which the Lord hath given you to eat. 16This is the thing which the Lord hath commanded, Gather of it every man according to his eating, an omer for every man, according to the number of your persons; take ye every man for them which are in his tents. 17And the children of Israel did so, and gathered, some more, some less. 18And when they did mete it with an omer, he that gathered much had nothing over, and he that gathered little had no lack; they gathered every man according to his eating. 19And Moses said, Let no man leave of it till the morning. 20Notwithstanding they hearkened not unto Moses; but some of them left of it until the morning, and it bred worms, and stank: and Moses was wroth with them. 21And they gathered it every morning, every man according to his eating: and when the sun waxed hot, it melted. (Exodus 16:13‑21)).
Se observará, y la significancia del hecho ha sido indicada, que las codornices son mencionadas escuetamente, pero hay una descripción plena del maná. Es el maná, por tanto, lo que nos atañe especialmente. Cuando la capa de rocío se evaporó, “he aquí sobre la superficie del desierto había una cosa delgada a modo de escamas, delgada como la escarcha sobre la tierra. “Cuando la vieron los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto?, pues no sabían qué era eso. Entonces Moisés les dijo: Él es el pan que YHVH os da para comer” (versículos 14-15, BTX). Este es, entonces, el significado del maná: el pan que Dios dio a comer a los Israelitas en el desierto. Es, por consiguiente, la comida adecuada del desierto para el pueblo del Señor. Por eso, cuando los Judíos dijeron a nuestro Señor, “Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer”, Él respondió, “De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo” (Juan 6:32-3332Then Jesus said unto them, Verily, verily, I say unto you, Moses gave you not that bread from heaven; but my Father giveth you the true bread from heaven. 33For the bread of God is he which cometh down from heaven, and giveth life unto the world. (John 6:32‑33). Léase especialmente desde el versículo 48 al 58). El maná, entonces, es claramente un tipo de Cristo —de Cristo como Él era en este mundo— como Aquel que descendió del cielo, y que como tal, llegó a ser la comida de Su pueblo mientras pasaba por el desierto. Se debe notar especialmente, que hasta que tengamos vida alimentándonos en Su muerte —comiendo Su carne y bebiendo Su sangre (Juan 6:53-5453Then Jesus said unto them, Verily, verily, I say unto you, Except ye eat the flesh of the Son of man, and drink his blood, ye have no life in you. 54Whoso eateth my flesh, and drinketh my blood, hath eternal life; and I will raise him up at the last day. (John 6:53‑54)) — no podemos nutrirnos de Él como el maná. Habiendo recibido la vida, entonces se nos dice, “Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí” (Juan 6:5757As the living Father hath sent me, and I live by the Father: so he that eateth me, even he shall live by me. (John 6:57)).
Dejando, sin embargo, que el lector estudie por sí mismo esta parte muy significante de la Escritura, será suficiente recordar ahora los dos puntos a los que se hizo mención: primero, que el maná de nuestros capítulos presenta a Cristo; y, en segundo lugar, que Cristo, en este carácter, es la comida de Su pueblo mientras está en el desierto. Hay una diferencia entre los hijos de Israel y los creyentes de esta dispensación. Los primeros, podían estar sólo en un lugar a la vez, ya que tenemos aquí una narración histórica real. Los últimos —los cristianos— están en dos lugares: su lugar está en los lugares celestiales en Cristo (véase Efesios 2); y en sus circunstancias, propiamente dichas, son peregrinos en el desierto. Como estando en los lugares celestiales, un Cristo glorificado —tipificado por el “fruto de la tierra” (Josué 5:11-1211And they did eat of the old corn of the land on the morrow after the passover, unleavened cakes, and parched corn in the selfsame day. 12And the manna ceased on the morrow after they had eaten of the old corn of the land; neither had the children of Israel manna any more; but they did eat of the fruit of the land of Canaan that year. (Joshua 5:11‑12))— es nuestro sustento; pero en las circunstancias del desierto lo que satisface nuestra necesidad es lo que Cristo fue estando aquí, Cristo como el maná. Y en medio del cansancio y la fatiga de nuestra senda peregrina, cuán bienaventurado y cuán sustentador es alimentarse de la gracia, la ternura, y la compasión de un Cristo humillado. De qué manera nuestros corazones se regocijan al recordar que Él ha pasado a través de las mismas circunstancias; que Él, por tanto, conoce nuestras necesidades, y se deleita en suministrar para ellas para nuestro sustento y bendición. Es para tal propósito que el escritor de la epístola a los Hebreos dice, “Considerad pues al que soportó tal contradicción de pecadores contra Sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse y desfallezca” (Hebreos 12:3,3For consider him that endured such contradiction of sinners against himself, lest ye be wearied and faint in your minds. (Hebrews 12:3) BTX). Tal como uno dijo, hablando acerca de este tema, «Por ejemplo, algo me puede impacientar durante el día; bueno, entonces, Cristo es mi paciencia, y Él es así el maná que me sostiene en paciencia. Él es la fuente de gracia, no meramente el ejemplo que debo copiar»; y es así, como la fuente de gracia, compasión, y fortaleza para nosotros en el desierto, que Cristo es el maná de nuestras almas.
Hay algunas instrucciones prácticas con respecto al acopio del maná que son de fundamental importancia. Primero, ellos debían recoger cada uno según lo que pudiera comer (Éxodo 16:16-1816This is the thing which the Lord hath commanded, Gather of it every man according to his eating, an omer for every man, according to the number of your persons; take ye every man for them which are in his tents. 17And the children of Israel did so, and gathered, some more, some less. 18And when they did mete it with an omer, he that gathered much had nothing over, and he that gathered little had no lack; they gathered every man according to his eating. (Exodus 16:16‑18)). Como consecuencia, a aquel que recogía mucho no le sobró, y al que recogía poco no le faltó. El apetito gobernaba la cantidad recogida. ¡Cuán sorprendentemente esto es verdad acerca del creyente! Todos tenemos tanto de Cristo como deseamos —no más, y no menos—. Si nuestros deseos son grandes, si abrimos la boca amplia, Él la llenará. Jamás podemos desear demasiado, ni tampoco desilusionarnos cuando deseamos. Por otra parte, si no somos más que débilmente conscientes de nuestra necesidad, sólo un poco de Cristo será suministrado. Por consiguiente, la medida en que nos alimentaremos de Cristo, como nuestra comida del desierto, depende enteramente de nuestra necesidad espiritual sentida, de nuestro apetito. En segundo lugar, no se podía almacenar para un uso futuro. Ninguno debía dejar de ello para el día siguiente; pero algunos desobedecieron esta orden, sólo, no obstante, para encontrar que lo que habían dejado así se había corrompido. No; la comida recogida hoy no puede sustentarnos mañana. Podemos alimentarnos de Cristo solamente en un ejercicio presente de alma. Mucho daño ha resultado para las almas el hecho de olvidar este principio. Han tenido una rica comida de maná, y han intentado alimentarse de ella durante varios días; pero a menudo ha resultado en desilusión y pérdida, en lugar de bendición. Dios da sólo la porción de un día en su día (N. del T.: “la ración diaria cada día”, versículo 4, BTX), y nada más. En tercer lugar, debía ser recogido temprano, porque cuando el sol calentaba, se derretía. Ningún momento, en efecto, es tan precioso para el creyente para recolectar el maná como los primeros momentos del día, cuando en quietud, está sólo con el Señor. No ha entrado aún en las experiencias del día, y no conoce cuál puede ser el carácter preciso de su senda; pero sabe que necesitará el maná sustentador. Que él sea diligente, por tanto, temprano por la mañana, y que su mano no afloje para recolectar, y para recolectar tanto como pueda necesitar; ya que si lo busca después, encontrará que ha desaparecido todo delante de la luz deslumbrante y el calor del día. ¡A cuántos fracasos se les puede seguir el rastro hasta el descuido acerca de este punto! Viene una prueba —viene inesperadamente, y el alma se quebranta—. Pero ¿por qué? Porque el maná no fue recolectado antes que el sol calentase. Todos deberíamos tomar esto en serio, y estar alertas contra los ardides de Satanás para desviar nuestras mentes de esta cosa tan necesaria. Que se emplee toda diligencia para que, cualquiera sea la emergencia a lo largo del día, no pueda existir falta de maná.
El día de reposo es presentado en relación con el maná.
“En el sexto día recogieron doble porción de comida, dos gomeres para cada uno; y todos los príncipes de la congregación vinieron y se lo hicieron saber a Moisés. Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana. Y ellos lo guardaron hasta la mañana, según lo que Moisés había mandado, y no se agusanó, ni hedió. Y dijo Moisés: Comedlo hoy, porque hoy es día de reposo para Jehová; hoy no hallaréis en el campo. Seis días lo recogeréis; mas el séptimo día es día de reposo; en él no se hallará. Y aconteció que algunos del pueblo salieron en el séptimo día a recoger, y no hallaron. Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes? Mirad que Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estése, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día. Así el pueblo reposó el séptimo día” (Éxodo 16:22-3022And it came to pass, that on the sixth day they gathered twice as much bread, two omers for one man: and all the rulers of the congregation came and told Moses. 23And he said unto them, This is that which the Lord hath said, To morrow is the rest of the holy sabbath unto the Lord: bake that which ye will bake to day, and seethe that ye will seethe; and that which remaineth over lay up for you to be kept until the morning. 24And they laid it up till the morning, as Moses bade: and it did not stink, neither was there any worm therein. 25And Moses said, Eat that to day; for to day is a sabbath unto the Lord: to day ye shall not find it in the field. 26Six days ye shall gather it; but on the seventh day, which is the sabbath, in it there shall be none. 27And it came to pass, that there went out some of the people on the seventh day for to gather, and they found none. 28And the Lord said unto Moses, How long refuse ye to keep my commandments and my laws? 29See, for that the Lord hath given you the sabbath, therefore he giveth you on the sixth day the bread of two days; abide ye every man in his place, let no man go out of his place on the seventh day. 30So the people rested on the seventh day. (Exodus 16:22‑30)).
Leemos, en Génesis 2, que “bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que Él había creado y hecho” (Génesis 2:3,3And God blessed the seventh day, and sanctified it: because that in it he had rested from all his work which God created and made. (Genesis 2:3) LBLA). Esto establece el significado del día de reposo, o séptimo día; ya que se debería observar cuidadosamente que se trata del séptimo y de ningún otro día, mostrando claramente que es el reposo de Dios. Este significado es afirmado muy claramente en la epístola a los Hebreos (véase Hebreos 4:1-111Let us therefore fear, lest, a promise being left us of entering into his rest, any of you should seem to come short of it. 2For unto us was the gospel preached, as well as unto them: but the word preached did not profit them, not being mixed with faith in them that heard it. 3For we which have believed do enter into rest, as he said, As I have sworn in my wrath, if they shall enter into my rest: although the works were finished from the foundation of the world. 4For he spake in a certain place of the seventh day on this wise, And God did rest the seventh day from all his works. 5And in this place again, If they shall enter into my rest. 6Seeing therefore it remaineth that some must enter therein, and they to whom it was first preached entered not in because of unbelief: 7Again, he limiteth a certain day, saying in David, To day, after so long a time; as it is said, To day if ye will hear his voice, harden not your hearts. 8For if Jesus had given them rest, then would he not afterward have spoken of another day. 9There remaineth therefore a rest to the people of God. 10For he that is entered into his rest, he also hath ceased from his own works, as God did from his. 11Let us labor therefore to enter into that rest, lest any man fall after the same example of unbelief. (Hebrews 4:1‑11)). El día de reposo, por tanto, es un tipo del reposo de Dios, y, como habiendo sido dado a los hombres, expresa el deseo del corazón de Dios de que el hombre comparta con Él en Su reposo. Se encuentra aquí por vez primera. No hay rastro de él a lo largo de la era patriarcal, o durante la estadía de los hijos de Israel en Egipto, pero, tal como se lo halla en este capítulo en relación con el maná, tiene una significancia muy bienaventurada.
Pero se debe hacer algunas observaciones antes de que esto sea explicado. El objeto que Dios tuvo en perspectiva al instituir el día de reposo ha sido indicado; pero, como es abundantemente claro, el hombre, a consecuencia del pecado, jamás poseyó la cosa significada. No, es más, Dios mismo no pudo reposar debido al pecado. Por eso, cuando nuestro bendito Señor fue acusado de quebrantar el día de reposo, Él respondió, “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” (Juan 15:1717These things I command you, that ye love one another. (John 15:17)). Dios no podía reposar en presencia del pecado, y de la deshonra hecha a Él mediante dicho pecado, y, como consecuencia, el hombre no pudo compartir el reposo con Él. El escritor de la epístola a los Hebreos desarrolla este último punto. Él muestra que los hijos de Israel estaban excluidos de dicho día debido a su incredulidad y dureza de corazón, que Josué nos le dio el reposo, que en los tiempos de David se habló de él como siendo aún algo futuro, y sostiene que “Por tanto, queda un reposo (un guardar el día de reposo) para el pueblo de Dios” (Hebreos 3 y 4). La pregunta surge entonces, ¿Cómo se ha de poseerlo? La respuesta se encuentra en nuestro capítulo. El maná, como hemos visto, prefigura a Cristo, y, por consiguiente, la relación enseña que es Cristo, y sólo Cristo, quien puede conducirnos al reposo de Dios. Él es el único camino. El apóstol dice así, “los que hemos creído entramos en el reposo” (Hebreos 4:33For we which have believed do enter into rest, as he said, As I have sworn in my wrath, if they shall enter into my rest: although the works were finished from the foundation of the world. (Hebrews 4:3)); es decir, entrar en el reposo pertenece a aquellos que creen en Cristo —no es de ningún modo, como algunos han enseñado, que el reposo sea una cosa actual—. El contexto muestra claramente que se trata de una bendición futura. Queda, por tanto, un reposo para el pueblo de Dios. El hecho de que los creyentes pueden tener su conciencia en reposo y reposo de corazón en Cristo es de verdad muy bienaventurado; pero el reposo de Dios no se alcanzará hasta que entremos en esa escena eternal en la que todas las cosas son hechas nuevas, cuando el tabernáculo de Dios esté con los hombres, y Él morará con ellos, y ellos serán Su pueblo, y Dios mismo estará con ellos, será su Dios (Apocalipsis 21:1-71And I saw a new heaven and a new earth: for the first heaven and the first earth were passed away; and there was no more sea. 2And I John saw the holy city, new Jerusalem, coming down from God out of heaven, prepared as a bride adorned for her husband. 3And I heard a great voice out of heaven saying, Behold, the tabernacle of God is with men, and he will dwell with them, and they shall be his people, and God himself shall be with them, and be their God. 4And God shall wipe away all tears from their eyes; and there shall be no more death, neither sorrow, nor crying, neither shall there be any more pain: for the former things are passed away. 5And he that sat upon the throne said, Behold, I make all things new. And he said unto me, Write: for these words are true and faithful. 6And he said unto me, It is done. I am Alpha and Omega, the beginning and the end. I will give unto him that is athirst of the fountain of the water of life freely. 7He that overcometh shall inherit all things; and I will be his God, and he shall be my son. (Revelation 21:1‑7)).
Hay dos circunstancias relacionadas con la institución del día de reposo en este lugar que requieren un breve comentario. La primera es la doble provisión de maná en el día sexto, para que el pueblo pudiese reposar en sus tiendas en el séptimo. Si era recogido así en cualquier otro día en voluntad propia, llegaba a ser inútil y corrupto; pero cuando esto era hecho en obediencia, en la perspectiva del día de reposo, permanecía sano y bueno. La verdad enseñada, no obstante, es que cuando se comparta en el reposo de Dios, en Su gracia, por toda la eternidad, Cristo será aún nuestra comida; no, es más, se podría decir que nuestro disfrute de aquel reposo consistirá en deleitarnos con Dios en el Cristo una vez humillado. Nada menor a que tengamos comunión plena con Él mismo con respecto a Su amado Hijo satisfará Su corazón. Hay, quizás, otro pensamiento. Es que todo cuanto adquirimos aquí de Cristo llega a ser nuestra posesión y deleite eternos. Recolectemos tanto maná como podamos, dos gomer en vez de uno; si es guardado para el reposo que queda, será una fuente de fortaleza y gozo por toda la eternidad. La segunda cosa es que algunos del pueblo, pese a la orden que habían recibido, salieron en el día séptimo a recoger maná, pero no hallaron (Éxodo 16:2727And it came to pass, that there went out some of the people on the seventh day for to gather, and they found none. (Exodus 16:27)). Independientemente de las exhibiciones de la gracia, el corazón del hombre permanecía siendo el mismo. La desobediencia es innata a su naturaleza corrupta, y se muestra igualmente, sea bajo la ley o bajo la gracia. Jehová reprendió, a través de Moisés, la conducta de Su pueblo, aunque Él los soportó en Su paciente y tierna misericordia. Al tomar el día de reposo, como se ha explicado, como un tipo del reposo de Dios, y por tanto, puesto que el pecado ha entrado, como estando aún en el futuro, se verá de inmediato que hay una clara enseñanza típica relacionada con que no hubiese maná en el día de reposo. El tiempo para el maná habrá pasado para siempre. Nunca más se comprenderá a Cristo en aquel carácter; ya que las circunstancias de Su pueblo habrán pasado para siempre entonces. Lo guardado que ellos recogieron mientras estaban en el desierto puede ser aún disfrutado; pero no habrá ya más para recoger. La misma lección, en un aspecto, se puede ver en la instrucción dada por Moisés por mandato de Jehová.
“Y dijo Moisés: Esto es lo que Jehová ha mandado: Llenad un gomer de él, y guardadlo para vuestros descendientes, a fin de que vean el pan que yo os di a comer en el desierto, cuando yo os saqué de la tierra de Egipto. Y dijo Moisés a Aarón: Toma una vasija y pon en ella un gomer de maná, y ponlo delante de Jehová, para que sea guardado para vuestros descendientes. Y Aarón lo puso delante del Testimonio para guardarlo, como Jehová lo mandó a Moisés. Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; maná comieron hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán. Y un gomer es la décima parte de un efa” (Éxodo 16:32-3632And Moses said, This is the thing which the Lord commandeth, Fill an omer of it to be kept for your generations; that they may see the bread wherewith I have fed you in the wilderness, when I brought you forth from the land of Egypt. 33And Moses said unto Aaron, Take a pot, and put an omer full of manna therein, and lay it up before the Lord, to be kept for your generations. 34As the Lord commanded Moses, so Aaron laid it up before the Testimony, to be kept. 35And the children of Israel did eat manna forty years, until they came to a land inhabited; they did eat manna, until they came unto the borders of the land of Canaan. 36Now an omer is the tenth part of an ephah. (Exodus 16:32‑36)).
Hay, sin duda, una alusión a esto en la promesa al vencedor en la iglesia en Pérgamo: “Al que venciere, daré a comer del maná escondido”, etc. (Apocalipsis 2:1717He that hath an ear, let him hear what the Spirit saith unto the churches; To him that overcometh will I give to eat of the hidden manna, and will give him a white stone, and in the stone a new name written, which no man knoweth saving he that receiveth it. (Revelation 2:17)). De este modo Cristo, en Su humillación, jamás ha de ser olvidado, sino siempre recordado, y Su pueblo se ha de nutrir de Él con agradecimiento por toda la eternidad.
Allí sobre el pan oculto
De Cristo —una vez humillado aquí—
La atesorada provisión de Dios —para siempre alimentada—,
Su amor mi alma vitorear.
Por eso, un gomer de maná fue puesto delante de Jehová, delante del testimonio, para ser guardado por sus generaciones. Esta fue la comida de ellos por cuarenta años, durante la totalidad de sus jornadas en el desierto, hasta que llegaron a tierra habitada; ellos comieron maná hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán.