?Es Sólo una Teoría?

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“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas” (Génesis 1:1-2).
El Tema
En los últimos doscientos años, la posición que la mayoría de los maestros y expositores cristianos han tomado sobre Génesis 1:1-2 es que se refiere a una creación original de Dios en la que después de algún tipo de juicio, la tierra pasó a un estado de caos y ruina. Luego, en Génesis 1:3-31, en seis días literales, Dios se dedicó a una reconstrucción de la tierra con la creación de la vida animal, estando la humanidad incluida en la reconstrucción (versículos 21 y 27). Maestros bíblicos han concluido, por lo tanto, que hay un período de tiempo no especificado entre la creación de la tierra (versículos 1-2) y su reconstrucción (versículos 3-31). Su objetivo no es calcular el lapso de tiempo de este intervalo ya que la Escritura guarda silencio al respecto, sino que simplemente hacen notar que se encuentra allí. Algunos sí han especulado que el intervalo podría haber sido de millones de años, y que esto quizás explica la presencia de los fósiles en las capas geológicas de la corteza terrestre, los cuales fueron en algún tiempo criaturas que formaron parte de la creación original de la tierra.
Esta interpretación ha sido la creencia de prácticamente todos los estudiosos respetados de la Biblia del siglo XIX y la primera parte del siglo XX – desde J. N. Darby, G. V. Wigram, W. Kelly, C. H. Mackintosh, F. W. Grant, W. Scott y A. J. Pollock – hasta C. I. Scofield, R. A. Torrey, E. Schuyler English, A. C. Gaebelien, H. A. Ironside y M. F. Unger, etc. Los encabezados de “La Biblia anotada por Scofield” [en inglés] reflejan esta interpretación en Génesis 1. Dice: Versículo 1 “La creación original”; versículo 2 “La tierra estaba sin forma y vacía por causa del juicio”; y versículos 3-31 “El nuevo principio: el primer día, etc.”
A pesar de esta interpretación generalmente aceptada, la mayoría de los cristianos evangélicos hoy en día creen que estos estudiantes de la Biblia están equivocados en su opinión de Génesis 1, principalmente porque se han descubierto ciertas cosas dentro de la ciencia y la geología en los últimos 50 o 60 años. Los “Creacionistas de la Tierra Joven” (como se les llama comúnmente), son cristianos que rechazan la idea de que hubo una tierra original creada por Dios antes de la que fue reconstruida y en la cual vivimos hoy. En su forma de interpretar a Génesis 1, ellos ven los versículos 1-2 Como parte de la obra de Dios en los seis días de los versículos 3-31. (Esto es esencialmente un resurgimiento de la enseñanza de la Reforma en relación a Génesis 1, es decir, de Martín Lutero, Juan Calvino, Matthew Henry, etc.) Para los Creacionistas de la Tierra Joven, Génesis 1 es parte de una narración continua de la creación. Concluyen, por lo tanto, que el registro de Génesis indica que la tierra es relativamente joven – de aproximadamente 6000 años – porque (dicen) los seis días en Génesis 1, en donde comienza el tiempo, marcan el inicio creativo de Dios. Ellos han hecho grandes esfuerzos para tratar de convencer al mundo cristiano de esto – utilizando la ciencia, los registros fósiles, y distorsiones de la Escritura. La pregunta es, “¿cuál de estas dos creencias es correcta?” Y, “¿es esto importante?”
Aquellos que sostienen que hay un intervalo no ven este tema como algo de vital importancia (ya que no toca la Persona de Cristo o la obra de Cristo en expiación), pero los Creacionistas de la Tierra Joven creen que es muy importante. Ellos insisten enérgicamente que la tierra es joven, y la razón principal de esto es que es una herramienta útil para desaprobar las teorías erróneas de la Evolución, que requieren largos períodos de tiempo para que las cosas evolucionen lentamente. Sostener que existe un intervalo en Génesis 1 – lo que los Creacionistas de la Tierra Joven llaman “la Teoría del Gran Intervalo” o “la Teoría de la Brecha” – es, en sus mentes, una terrible concertación con las falsas nociones de la Evolución. Estos hombres creen que la idea de un intervalo acomoda a la Evolución y, por lo tanto, socava el mensaje del evangelio. Ellos piensan que es un error grave que daña el propósito para el cual los cristianos han sido colocados en este mundo, que es difundir el evangelio.
Por otro lado, los que sostienen que existe un intervalo, en su mayoría, si no en su totalidad, usan la Palabra de Dios para apoyar sus creencias sobre la creación y dejan a la ciencia fuera de la escena. No creen que sostener lo que la Escritura dice sobre este tema (o sobre cualquier otro tema), pueda debilitar el mensaje del evangelio al mundo, porque Dios no enseña en Su Palabra cosas que derriben la verdad declarada en otras partes de Su Palabra. Los que creen que hubo un intervalo entienden que la causa real por la que una persona cree en el evangelio es el poder vivificante de Dios en las almas (Efesios 2:5), y que los ateos no serán convencidos de que sus creencias sobre la Evolución son erróneas por medio de argumentos astutos de la ciencia. Los que creen en que hubo un intervalo ven en las Escrituras que los cristianos no han sido llamados a razonar con los infieles, y por lo tanto no les corresponde convencer a hombres perdidos de la existencia de Dios y Su creación. Se contentan con dejar los resultados del evangelio a Dios, Quien solo tiene el poder de llevar a los hombres al arrepentimiento y a creer en el Señor Jesucristo. Así, los que creen que hubo un intervalo ven que la premisa de lo que creen los Creacionistas de la Tierra Joven tiene un mal fundamento – además de no ser bíblico.
La Biblia: La Máxima Autoridad Para la Respuesta
Una respuesta autoritativa a esta diferencia de opinión no se puede encontrar por acudir a la ciencia, a los registros fósiles, o a la razón humana, sino haciendo uso de la Palabra de Dios. Ella es nuestra máxima autoridad para lo que creemos. Nuestro examen, por lo tanto, debe comenzar con la pregunta, “¿Qué dice la Palabra de Dios acerca de este tema?” Un examen de Génesis 1 indica que en verdad hubo una creación original de “los cielos y la tierra”, y que la tierra pasó a un estado caótico en el que vino a estar “desordenada [baldía] y vacía”, y la “oscuridad” prevalecía sobre toda la escena. No se nos revela cuánto tiempo duró la tierra en esa condición caótica, pero sí dice que llegó a un punto en el que Dios actuó e “hizo” (una obra de reconstrucción) tierra y cielos nuevos (Éxodo 20:11; 31:17; Salmo 33:6). Esto ha llevado a muchos maestros de la Biblia, que fueron confiables y respetados, a la conclusión de que existe un intervalo entre el recuento de estas dos obras de Dios. Los Creacionistas de la Tierra Joven acusan a estos maestros de la Biblia de añadir un intervalo a la Escritura, cuando en realidad, ellos simplemente están observando el hecho de que Dios no nos ha revelado cuando fue que comenzó Su obra creativa en el pasado sin fecha y cuánto tiempo ésta permaneció en un estado caído antes de Él emprender Su obra de reconstrucción. Estos maestros respetados de la Biblia creen que sería un error decir que Génesis 1:1-2 es la misma obra que Génesis 1:3-31 en vista de las evidencias de la Escritura que estamos a punto de considerar.
En el relato de la creación, es importante tener en cuenta que la Palabra de Dios usa tres palabras diferentes – “creó”, “hizo”, y “formó” (Génesis 2:4-7) – para describir la obra de Dios.
•  “Creó” (“bara” en hebreo) tiene que ver con traer algo a la existencia que nunca ha existido antes, sin usar material preexistente (Génesis 1:1, 21, 27).
•  “Hizo” (“asa” en hebreo) tiene que ver con el uso de material que ha sido creado previamente y convertirlo en algo nuevo y diferente (Génesis 1:31; 2:3-4).
•  “Formó” (“yasar” en hebreo) tiene que ver con tomar algo que se ha hecho y darle una nueva forma para un propósito específico (Génesis 2:7-8).
Isaías 43:7 menciona los tres términos en un solo verso: “Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice”. (Véase también Isaías 45:18). Por lo tanto, en los primeros cuatro días de la reconstrucción, Dios solo estaba haciendo; en el quinto día Él estaba haciendo y creando; y en el sexto día estaba haciendo, creando y formando; en el séptimo día no hizo ninguno de los anteriores.
Los que abogan por una tierra joven dicen que estos términos se utilizan de forma intercambiable en la Escritura y que todos ellos se refieren a la misma cosa. Sin embargo, una mirada cuidadosa al recuento de la creación demostrará que estos no se utilizan indistintamente. Por ejemplo, Génesis 2:3 dice: “Y bendijo Dios al día séptimo, y santificólo, porque en él reposó de toda Su obra que había Dios creado y hecho”. Si creado y hecho son términos idénticos, esta sería una declaración redundante y sin sentido. Como regla, Dios no usa términos intercambiables en Su Palabra. Si aparece una palabra diferente en el texto, es porque está en vista un significado o aspecto diferente en el tema en discusión. Esto es consistente en toda la Escritura, y “la Escritura no puede ser quebrantada” (Juan 10:35).
Los Creacionistas de la Tierra Joven señalarán a Génesis 1:26-27 para apoyar su idea de que Dios usa los términos indistintamente. Estos versos dicen: “Y dijo Dios: Hagamos al hombre á nuestra imagen, conforme á nuestra semejanza; y señoree en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias, y en toda la tierra, y en todo animal que anda arrastrando sobre la tierra. Y creó Dios al hombre á Su imagen, á imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Sin embargo, estas palabras se refieren a diferentes partes del ser tripartito del hombre. Génesis 1:26 enfatiza el lado natural y físico del hombre el cual Dios hizo, y Génesis 1:27 se refiere al lado espiritual de su ser que Dios creó cuando hizo al hombre (Génesis 2:7).